Partido de los Trabajadores

Con el lema común de “Fuera Bolsonaro”, se suceden las protestas en Brasil contra el presidente Jair Bolsonaro, como está en São Paulo, impulsadas por su nefasta gestión de la pandemia de covid-19, con marchas de vehículos para evitar aglomeraciones y medidas de distancia física, al contrario de lo que hace e mandatario, que se reúne con sus adeptos sin mascarillas y sin mantener distancias. El desalojo de Bolsonaro en las elecciones de 2022 se posibilita ahora con las decisiones del Supremo Tribunal Federal. Foto: Elineudo Meira / @fotografia.75- Fotos Públicas

Lula renace y pone a prueba ultraderecha militarista en Brasil

“Lula presidente”, es el grito desatado en diferentes sectores de Brasil por un dictamen del Supremo Tribunal Federal (STF), al anular las condenas penales contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en lo que es también representa el ocaso

Las elecciones municipales de Brasil, el 15 de noviembre en primera vuelta y el 29 la segunda, se escenificaron con rígidas medidas de protección contra la covid. Los contagiados y los muertos por la pandemia sufrieron un gran repunte las últimas semanas en país, que se mantiene como el tercero en el mundo de personas afectadas por el coronavirus, detrás de Estados Unidos e India. Foto: Fernando Frazão/Agência Brasil

Elecciones municipales exacerbaron fragmentación en Brasil

La política en Brasil volvió a su cauce tradicional en las elecciones municipales de noviembre, al descartar los candidatos antisistema que ganaron fuerza en comicios anteriores, pero exacerbó una fragmentación que agrava las dificultades de gobernanza.

Jair Bolsonaro y su vicepresidente son militares retirados y el presidente electo incorporará a otros siete militares como ministros de su gobierno. Desde que es mandatario electo de Brasil, el político de extrema derecha ha mostrado su predilección por participar en ceremonias castrenses, como esta graduación de oficiales de la Marina, en Río de Janeiro. Crédito: Tânia Rêgo/Agência Brasil-Fotos Públicas

¿Un gobierno incompatible con la cultura nacional de Brasil?

Suena raro que Brasil haya elegido un gobierno extremista de derecha, moralista y retrógrado, el opuesto de un país cuya imagen internacional es de alegría, libertad de costumbres, convivencia interracial y creatividad cultural.

Las mujeres constituyen 52,8 por ciento de los 147 millones de electores en Brasil y pueden ser decisivas en que Fernando Haddad, el candidato presidencial del Partido de los Trabajadores, derrote finalmente a Jair Bolsonaro, al rechazar los pronunciamientos machistas de este aspirante de extrema derecha. En la gráfica, representantes del movimiento #PrimaveraDasMulheres en un acto de Haddad, el 25 de septiembre en São Paulo. Crédito: Ricardo Stuckert/Fotos Públicas

Múltiples fracturas conducen a Brasil a insólitas elecciones

Aislado en una cárcel, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva conduce su Partido de los Trabajadores (PT) a un probable triunfo en las elecciones presidenciales, cuya campaña ha atizado viejos y nuevos demonios en Brasil.

Fernando Haddad, el previsible candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT), saluda a militantes a su llegada a Fortaleza, capital del estado de Ceará, en la región del Nordeste de Brasil, que aseguraría su triunfo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de octubre. Crédito: Ricardo Stuckert/Fotos Públicas

Exclusión de Lula condena a Brasil a otro gobierno débil

Brasil está condenado a tener otro gobierno de baja legitimidad y una justicia cuestionada, ante la exclusión del candidato favorito a la presidencia, el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, en las elecciones de octubre.

El magistrado Gilmar Mendes, líder de los conservadores dentro del Tribunal Supremo Federal de Brasil y quien ha impulsado decisiones que han impedido procesar al presidente Michel Temer. Detrás suyo, Luiz Fux, el magistrado que favorece los dictámenes más duros contra la corrupción en el máximo tribunal del país. Crédito: Marcelo Camargo/Agência Brasil

Corrupción sistémica, muy difícil de condenar en Brasil

“No hay pruebas”, arguyen casi  a coro los legisladores, ministros y el mismo presidente Michel Temer ante las denuncias de corrupción que se multiplicaron en Brasil y ya involucraron a centenares de políticos y empresarios.

La sala del Tribunal Superior Electoral, de siete magistrados, al comenzar el 6 de junio en Brasilia el juicio sobre la demanda de anulación de las elecciones presidenciales de octubre de 2014, por alegadas irregularidades en la fórmula ganadora, de Dilma Rousseff y Michel Temer. Crédito: Roberto Jayme/Ascom/TSE

La política y la justicia se autodestruyen en Brasil

El juicio que puede desalojar a Michel Temer de la presidencia de Brasil, por delitos electorales, contrapone aliados y une enemigos en un proceso donde la justicia puede resultar la única condenada.

Una de las convulsas sesiones de la Cámara de Diputados de Brasil. Buena parte de los parlamentarios del país están bajo sospecha o encausados por corrupción. Crédito: Nilson Bastian/Cámara de Diputados

Corrupción acumulada en la historia estalla en Brasil

La corrupción es inherente al sistema político nacional, permite concluir la abrumadora oleada de denuncias que empezó a trascender de la colaboración judicial de Odebrecht, conglomerado empresarial encabezado por la mayor constructora de Brasil.

Las mujeres han pasado a ser una excepción en el gobierno de Brasil, como en este encuentro del presidente Michel Temer, en el centro, con algunos gobernadores, en la sede del gobierno, en Brasilia. Crédito: Beto Barata/PR

Un año lamentable en Brasil, incluso para los vencedores

Este será un año recordado sin nostalgia por los brasileños, incluso por la mayoría triunfante en el proceso de inhabilitación de Dilma Roussef, culminado con la destitución de la ahora expresidenta el 31 de agosto.