Las fuerzas de combate contra la langosta del desierto, reunidas por países de África oriental para hacer frente a una invasión de esta plaga devoradora de cultivos, corren el riesgo de que sus actividades queden paralizadas al agotarse los fondos para sus operaciones, alertó este miércoles un reporte de la FAO.
Aisha Elias Adan fue secuestrada el 24 de febrero en un mercado del pueblo de Israc, en la región de Puntland, en Somalia. Su cuerpo fue tirado frente a la casa de su familia a la mañana siguiente. El informe forense reveló que había sufrido una brutal violación grupal.
Poco después de medianoche, un avión procedente de Arabia Saudita aterriza en Adis Abeba. De él descienden trabajadores que fueron expulsados, y que antes se habían ido de Etiopía para buscar empleo en un reino rebosante de riqueza petrolera.
Se necesitan medidas urgentes para salvar la vida de las personas que padecen hambre en el noreste de Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen, alertó la FAO. “Si no se hace nada, unas 20 millones de personas podrían morir de hambre en los próximos seis meses”, advirtió.
En el centro de Hargeisa, la soleada capital de Somalilandia, mujeres vestidas de formas tradicionales islámicas conversan y bromean con hombres. Las mujeres de esta región del Cuerno de África no son sumisas ni dóciles.
El primero de este mes, Somalia ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), lo que dejó a Estados Unidos como el único Estado miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que no ha adoptado este tratado de derechos humanos de aceptación universal.
La moción de juicio político que presentaron legisladores de Somalia contra el presidente Hasan Sheij Mohamud provocó una crisis que podría poner en peligro la frágil estabilidad del país africano, poco antes de las elecciones previstas para 2016.
Bar Seed es la única mujer en el parlamento de Somalilandia, con 82 legisladores. Pero las defensoras de la igualdad de género trabajan para que las próximas elecciones nacionales pongan fin a su aislamiento.
La creciente cantidad de muertes de civiles, específicamente mujeres, niñas y niños, en los conflictos armados actuales, genera fuertes mensajes de condena de parte de instituciones internacionales y organizaciones de derechos humanos.
Jaha Dukureh sufrió en carne propia los efectos atroces de la mutilación genital femenina. A ella, que ahora vive en Estados Unidos, se la practicaron en Gambia cuando era bebé. Su hermana murió desangrada tras soportar el mismo procedimiento.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró que 2015 ya es “el año más mortal” para millones de migrantes y solicitantes de asilo que huyen de situaciones de guerra y persecución en sus países de origen. Pero Pakistán da refugio seguro.
Los últimos ataques de piratas somalíes contra buques pesqueros iraníes en el océano Índico señalan que es demasiado pronto para reducir los esfuerzos internacionales contra la piratería, según un nuevo informe.
Ni siquiera pasó un mes desde que más de 700 migrantes africanos perdieron la vida en el intento de llegar a las costas de Italia y los medios de comunicación ya se olvidaron de la isla de Sicilia, la principal puerta de entrada de la inmigración a Europa, en el sur de Italia.
Cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) gastó más de 2.200 millones de dólares en la renovación de su emblemática sede en Nueva York, que ya tiene 65 años, uno de sus principales objetivos era reforzar la seguridad para evitar que el edificio de 36 pisos sufriera atentados.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) está perdiendo la batalla contra una cadena simultánea sin precedentes de crisis políticas y humanitarias en 10 de los puntos más críticos del mundo.
Cuando Somalia, en el pasado considerada un "estado sin ley", ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño el 23 de este mes, dejó a dos países en aislamiento del resto del mundo: Estados Unidos y Sudán del Sur.
Cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, habló en la Asamblea General de la ONU, fue muy franco en sus críticas a Rusia por intimidar a Ucrania, a Siria por la brutalidad contra su propio pueblo, y a los terroristas de todos los colores políticos por la muerte y la destrucción que azotan a Iraq, Siria, Yemen y Somalia.