Las tabacaleras, ahora casi marginadas del sistema de la ONU, podrían ser expulsadas de uno de sus últimos bastiones: la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El mercado del tabaco está menos regulado en los países de bajos y medianos ingresos que en los países ricos, lo que hace que el Sur en desarrollo pague el precio con mayores consecuencias para la economía y la salud de la población.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó para este Día Mundial sin Tabaco que los países adopten un empaquetado neutro para los cigarrillos con el fin de reducir el consumo, pero hasta ahora solo los más ricos han podido hacer frente al costo que implica la medida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que vence o por lo menos aplaca las pestes más severas, como ha sucedido con la epidemia del Ébola, arrastra desde hace cinco años una definición de sus relaciones con el sector privado y la sociedad civil.
Continúan las arduas negociaciones de los gobiernos de todo el mundo reunidos en esta ciudad para acordar el texto del Acuerdo de Addis Abeba, cuya aprobación está prevista en la Tercera Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo, que tendrá lugar en Etiopía en julio.
Para muchos jóvenes de Estados Unidos el verano es sinónimo de vacaciones y de tiempo libre. Pero para otros, menos afortunados, significa tener que trabajar en plantaciones de tabaco, en condiciones de insalubridad, para ayudar a pagar las cuentas de sus familias.
Cada año, cerca de seis millones de personas fallecen como consecuencia del consumo de tabaco, de las cuales 600.000 son fumadores pasivos, víctimas del humo del entorno. En total, una de cada 100 muertes en el mundo son ocasionadas por el tabaquismo.
“Hay que esperar” y “de eso no se habla mucho” son las respuestas de trabajadores del tabaco en este municipio del occidente cubano, cuando se les pregunta sobre sus expectativas por la posible apertura del mercado estadounidense.
El 27 de este mes se celebra el 10 aniversario de la entrada en vigor del Convenio Marco para el Control del Tabaco, de la Organización Mundial de la Salud, el primer tratado de salud pública mundial.
“¿Aquí se puede fumar?”, le pregunta un cliente al recepcionista de un hotel en la capital cubana. “No”, responde el empleado. El huésped insiste “¿Y esas colillas en el suelo?”. “Son de las personas que no preguntaron”, espeta el hostelero.
Casi cuando termina la actual cosecha, los habitantes del municipio cubano de San Juan y Martínez, con las mejores plantaciones de tabaco del mundo, ven ahogarse sus esperanzas de una alta producción por las inesperadas lluvias de invierno boreal.
Gobiernos de las islas del Pacífico occidental, donde se cree que vive un tercio de los fumadores del mundo, iniciaron una larga batalla contra la creciente cantidad de enfermedades no transmisibles, responsables de 75 por ciento de las muertes en la región.