San Salvador ha debido enfrentar, a lo largo de su historia, el peligro de deslizamientos de tierra, lodo y rocas que han bajado de las laderas del volcán a cuyos pies fue fundada en 1525.
En esas laderas, inclinadas en extremo, no se logra infiltrar toda el agua de lluvia y esta, como en un efecto de bola de nieve, va desprendiendo tramos de tierra hasta producir aluviones que ya han causado muerte y destrucción en la capital de El Salvador y en sus ciudades aledañas.
“Piensa en grande”, invita un colorido afiche en las paredes de Ideario, un centro de innovación en Chamanculo, un modesto barrio de la capital de Mozambique.
El hijo de Claudine Umuhoza cumplió 19 años el 1 de abril. Es uno de los miles y miles de niños concebidos mientras en Ruanda se perpetraba un genocidio, pero no está reconocido oficialmente como un sobreviviente. Su madre sí.
El filme documental “The Act of Killing” (El acto de matar), que retrata las masacres que se perpetraron en Indonesia en 1965 y 1966, perdió el premio Oscar para el que estaba postulado, pero quizás gane en otros terrenos.
Mimose Gérard se sienta en su tienda del campamento Gaston Margron, cerca de la capital de Haití, rodeada por grandes sacos llenos de botellas de plástico. Gana apenas unos peniques por cada una, pero eso es mejor que nada.