El oportunismo económico ante la pandemia covid-19 impulsa la deforestación en los países con los mayores bosques tropicales del mundo, Brasil, Colombia, Indonesia, Perú y la República Democrática del Congo, denunció este jueves 18 la organización ambientalista británica Forest Peoples Programme (FPP).
La proliferación de los incendios en sus tierras, también sometidas a crecientes invasiones, una alta mortalidad por la covid-19 y la merma en sus derechos constitucionales componen el cuadro actual de amenazas que se ciernen sobre los indígenas en Brasil.
Los avances de las mujeres y los negros, mayorías demográficas subrepresentadas en el poder político, fueron pequeños, pero la diversidad étnica y de género, en su conjunto, emergió con fuerza en las elecciones municipales de Brasil.
En las zonas de la selva amazónica donde se practica la minería, tanto legal como ilegal, hubo mayor pérdida de
bosques entre 2000-2015 respecto de las tierras
indígenas sin minería, reveló un trabajo interactivo del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG).
La cuestión ambiental concentra muchas de las dificultades del actual gobierno de Brasil para convivir con la realidad y evitar justificadas acusaciones de cinismo, especialmente al ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles.
La pandemia de covid-19 es la causa directa de la muerte de cientos de indígenas en América Latina. Los líderes de gobierno que no han logrado controlar la propagación del virus, ya sea por negligencia o por falta de preparación, son igualmente responsables de las víctimas de la enfermedad.
El gobierno de Brasil decidió, ante las presiones internacionales, movilizar los militares para contener la oleada de incendios forestales en la Amazonia, pero solo habrá un cambio de rumbo si se modifican las convicciones que son la matriz de esa tragedia ambiental y climática.
La combinación de los altos niveles de la degradación de la tierra y los impactos del cambio climático, han transformado la protección del ambiente en un asunto crucial, pero no sucede lo mismo con quienes luchan incansablemente para preservar la naturaleza, en ocasiones con alto riesgo.
Resistencia, esa es la consigna con que los indígenas de Brasil cerraron el Campamento Tierra Libre, un encuentro en la capital del país que se concentró en protestar contra las amenazas a sus derechos y reclamar la derogación de medidas adversas que ya comenzó a aplicar el gobierno de extrema derecha.
“Ya fuimos diezmados, tutelados y víctimas de la política integracionista de gobiernos y el Estado Nacional”, recordaron líderes indígenas, para rechazar las propuestas y medidas del nuevo gobierno de Brasil sobre los pueblos originarios.