Las islas del Pacífico, hasta ahora, se han librado de una propagación catastrófica de la covid, pero sus economías se han visto devastadas por los cierres de fronteras, los bloqueos internos y la desaparición del turismo y el comercio internacionales. Al no avizorarte aún el fin de la pandemia, los habitantes de estas islas apuestan a sus economías locales y regionales para recuperarse.
La pesca costera en las islas del Pacífico se ha convertido en la fuente de alimentación y sustento para muchas personas que han perdido sus empleos, especialmente en las urbes y el sector del turismo, por el eco de los cierres fronterizos y otras restricciones establecidas en el mundo para contener la pandemia de covid-19.
La reciente y drástica caída de los precios mundiales del petróleo, de 115 dólares en junio de 2014 a 66 dólares al cierre de abril para el barril del tipo Brent, comienza a beneficiar a las islas del Pacífico, que ahora pagan menos por el combustible y la energía que consumen.
El ciclón tropical Pam, que azotó al estado insular de Vanuatu el 13 de marzo, agravó la situación de vulnerabilidad de los habitantes en los asentamientos informales de la capital, Port Vila.
La devastación que provocó el ciclón Pam en Vanuatu, un estado insular del Pacífico, confirma la urgente pertinencia de las palabras del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, cuando aseguró que la reducción del riesgo de desastres es en "interés de todos".
Al cumplirse este año el plazo fijado para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de las Naciones Unidas, los países insulares del Pacífico evalúan sus éxitos y fracasos en el abordaje de sus metas.
Mientras cobra impulso una importante campaña mundial para reducir la evasión fiscal, activistas contra la indigencia sostienen que la iniciativa pasa por alto a los estados más pobres.
Los expertos prevén que la población de muchos países de Melanesia, en la zona de las islas sudoccidentales del Pacífico, se duplique en el lapso de una generación, lo que amenaza los esfuerzos regionales y nacionales para mejorar los bajos indicadores de desarrollo económico y humano.
La rápida migración del campo a las ciudades por la falta de servicios públicos y de empleo en las zonas rurales, genera un profundo cambio social en los países insulares del Pacífico, que se caracterizaron por una fuerte población agraria.
Para muchos habitantes de las islas del océano Pacífico, las tierras ancestrales son la fuente de vida, identidad y seguridad social. Sin embargo, la mayoría de los estados insulares son pobres, y los gobiernos sostienen que se requieren reformas agrarias para mejorar el desarrollo económico y las infraestructuras.