Dos millones de nuevos casos de mutilación genital femenina pueden registrarse esta década, a medida que la covid-19 obliga al cierre de escuelas e interrumpe programas que protegen a las niñas de esa práctica nociva, planteó una declaración de las agencias de la ONU dedicadas a la infancia y la población.
Balas, bombas y muerte. Niños llorando por comida, civiles que luchan por sobrevivir, mujeres que no pueden salir de sus hogares libremente. Cuando no se está bajo el asedio de bombas y minas terrestres, los afganos comunes sufren de hambre, peligros naturales y pobreza.
La actual pandemia de la covid-19 puede ofrecer una idea sobre cómo reorganizar los métodos tradicionales de recopilación de datos, y podría brindar la oportunidad de hacerlo de formas más innovadoras, mejorando así el progreso hacia la igualdad de género.
Conscientes del largo camino por andar, activistas califican de urgente la atención a los agresores varones en Cuba como parte del enfrentamiento de la violencia de género, que prioriza el apoyo a las mujeres víctimas con lentos aunque sostenidos avances.
El enfrentamiento a problemas sociales, como la inequidad y la discriminación sexual y raza, debe formar parte de la agenda del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), plantean activistas.
¿Se imagina un día entero sin acceso a su teléfono móvil, su computadora portátil o incluso Internet? En nuestro mundo de constantes cambios, ¿usted podría funcionar sin la tecnología a su alcance?
En todo el mundo se produjeron 57 millones de muertes en 2015, lo cual equivale a 0,78 por ciento de los 7,300 millones de habitantes. En el año hubo 140 millones de nacimientos, lo que resulta en un incremento neto de población de 83 millones de personas.
Activistas e investigadoras dedicadas al estudio de la violencia de género en Cuba consideran cada vez más necesaria una ley integral que proteja a las víctimas y prevenga el flagelo, ignorado públicamente hasta hace pocos años en este país caribeño.
Tras la multitudinaria acogida de la convocatoria a manifestarse contra los femicidios en Argentina, sus organizadores comienzan a delinear los pasos a fin de hacer realidad el clamor de “Ni Una Menos”, aprovechando la fuerza de las calles para dictar agendas políticas a favor de las mujeres.
Desde que se despierta hasta que se va a dormir, la principal inquietud de Kali Sunar, una mujer de 25 años en Dumpada, una aldea en el oeste de Nepal, es cómo podrá satisfacer las necesidades básicas de su familia.
El asesinato de una adolescente de 17 años, en este distrito del nororiental estado indio de Assam, refleja una tendencia preocupante en India, que miles de niñas sufren agresiones sexuales o torturas y son asesinadas sin que aparezcan señales de que la violencia de género podría menguar.