SUDESTE ASIATICO: Tráfico de armas pequeñas preocupa a gobiernos

Los gobiernos del sudeste de Asia buscan una estrategia común contra el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras, que aumentó el poder de organizaciones criminales internacionales y exacerbó conflictos internos en la región.

"El tráfico, la acumulación y la proliferación de armas pequeñas y ligeras amenazan la seguridad nacional y regional, y pueden desestabilizar los estados", advirtió Ureerat Ratanaprukse, primer secretario del Ministerio de Asuntos Exteriores de Tailandia.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define como armas pequeñas aquellas que pueden ser llevadas por un individuo para uso personal, y como armas ligeras las que pueden ser manejadas por dos o más personas, animales o un vehículo ligero.

Ejemplos de armas pequeñas son pistolas, revólveres, rifles, carabinas, subametralladoras, rifles de asalto y metralletas livianas. Las armas ligeras incluyen ametralladoras pesadas, lanzadores de granadas, armas portátiles antiaéreas y morteros de calibre inferior a 100 milímetros.

"Ninguna región es inmune el comercio ilegal de esas armas", destacó Agnes Marcaillou, secretaria del comité preparatorio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras.

La conferencia, a celebrarse el año próximo, considerará propuestas de expertos para limitar la fabricación y el comercio de armas pequeñas y ligeras a empresas autorizadas por los gobiernos.

En preparación de esa conferencia, representantes de países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) se reunieron en Yakarta los días 3 y 4 para celebrar un seminario sobre el tema.

El encuentro fue patrocinado por los gobiernos de Indonesia y Japón y por el Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz y el Desarme en Asia y el Pacífico.

También participaron en carácter de observadores delegados de China, India, Japón, Corea del Sur y Pakistán.

El tráfico de armas pequeñas y ligeras es muy próspero en el sudeste asiático, y su control se ha convertido en una cuestión de seguridad para los gobiernos de la región.

En Birmania, donde el gobierno militar controla férreamente la posesión y el tráfico de armas, grupos insurgentes como la Unión Nacional Karen adquiere armas de la vecina Tailandia.

También compran armas a Tailandia grupos rebeldes que luchan contra el gobierno de India desde el oeste de Birmania.

"Es un hecho conocido que insurgentes que actúan en las fronteras de Tailandia, Bangladesh e India compran armas y municiones a traficantes en Tailandia", declaró el teniente coronel Si Thu, del Ministerio de Defensa de Birmania.

En Filipinas, donde los ciudadanos ordinarios pueden poseer armas de fuego autorizadas, la posesión y el tráfico ilícitos son comunes.

En diciembre de 1999, las armas registradas en Filipinas totalizaban 706.148, mientras las no registradas se estimaban en 349.782 unidades.

La policía filipina detectó la participación de organizaciones criminales internacionales en el tráfico de armas pequeñas.

"Información recabada por las agencias de inteligencia confirmaron que la Yakuza (mafia japonesa) participa del tráfico de armas" en Filipinas, dijo el teniente coronel Gilberto Abanto, del Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas filipinas.

Miembros de la Yakuza adquieren la mayor parte de las armas de fabricantes ilegales y las envían al exterior desde Batangas, Ilocos Sur o ciudades del norte de Filipinas, explicó Abanto.

Así mismo, agregó, integrantes de la Yakuza comenzaron a reclutar a fabricantes de armas filipinos para ir a Japón y producirlas allí.

En Indonesia, el tráfico de armas está muy vinculado con los asaltos en ciudades como Yakarta, Lampung, Aceh y Surabaya. La policía registró 170 casos de robos armados en los primeros cuatro meses del 2000, frente a 181 en todo 1999.

La policía también identificó tres áreas en las provincias de Sulawesi del Norte, Aceh y en la zona fronteriza con Timor Oriental donde prospera el comercio ilícito de armas pequeñas y ligeras.

Las autoridades arrestaron recientemente a traficantes de armas filipinos que se dirigían a las provincias indonesias de Maluku del Norte y del Sur, donde existen conflictos religiosos. Se cree que miembros del grupo separatista Movimiento Aceh Libre reciben armas desde Malasia.

En Camboya, durante más de dos décadas del régimen del Jemer Rojo, entraron al país todo tipo de armas, no solo para el uso de combatientes, sino también de civiles.

Desde 1998, el gobierno camboyano recolectó más de 100.000 armas pequeñas y ligeras, de las cuales 50.000 fueron destruidas.

El tráfico es especialmente preocupante en Filipinas, Indonesia y Malasia debido a la debilidad de las instituciones encargadas de hacer aplicar las leyes, explicó Mitsuro Donowaki, un experto japonés que presidió el panel de expertos de la ONU.

Aunque ASEAN no produjo una estrategia común en el seminario, acordó que el tráfico de armas pequeñas y ligeras es un problema regional que debe resolverse mediante la cooperación de los países miembros.

"Detener por completo el tráfico de esas armas llevará mucho tiempo, porque los criminales introducen armas donde hay más demanda", advirtió Donowaki. (FIN/IPS/tra-en/kd/js/mlm/ip/00

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