El nuevo secretario general de la OPEP, Alvaro Silva Calderón, anunció este lunes en la capital venezolana que otorgará prioridad a la colaboración con países petroleros ajenos a la organización, para estabilizar el mercado internacional de crudo.
Silva Calderón informó del perfil que le dará a su nueva labor al despedirse de la prensa en Caracas, antes de dejar el cargo de ministro de Energía de Venezuela para radicarse en Viena, sede de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo).
El nuevo funcionario completará el año y medio pendiente del mandato asumido en enero de 2001 por su compatriota Alí Rodríguez, quien renunció al cargo para atender el llamado del presidente venezolano, Hugo Chávez, de presidir la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Al trazar el propósito de su nueva gestión, Silva Calderón confirmó la voluntad de continuar con la política de estabilización de precios, impulsada por Rodríguez.
Es un firme propósito estabilizar el mercado petrolero mundial y buscar razonables niveles de precios, no solamente para los países afiliados a la organización sino también para aquellas naciones que no lo son, pero que ahora asisten como observadores a nuestras reuniones ordinarias, precisó.
Silva Calderón añadió que con ellos vamos a mantener estrecho contacto, para lograr en concreto lo que conceptualmente todos compartimos con esa política.
La OPEP recortó en enero la oferta de 1,5 millones de barriles diarios de crudo, para tratar de recuperar los deprimidos precios petroleros. Esa medida fue acompañada por el retiro conjunto de otros 500.000 barriles por día de Angola, México, Noruega, Omán y Rusia, todos ajenos al grupo.
Este tipo de cooperación seguirá como uno de los ejes de la política de la OPEP, indicó Silva Calderón, en referencia a la estrategia trazada por su antecesor, que también trabajo para lograr la cohesión interna del grupo.
Los analistas del mercado petrolero indican que Venezuela ha adquirido en los últimos años un papel relevante en la OPEP, fundada hace cuatro décadas y hoy conformada además por Argelia, Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos, Indonesia, Kuwait, Libia, Irán, Iraq, Nigeria y Qatar.
Precisamente, la designación por unanimidad de Silva Calderón para reemplazar a su compatriota es considerada un respaldo a la política petrolera venezolana, que ha tenido como norte fortalecer el grupo desde que Chávez llegó al gobierno de este país en febrero de 1999.
En tanto, al visualizar el panorama energético, Silva Calderón aseguró que en segundo este semestre (de 2002) debe aumentar la demanda y, a medida que la economía mundial mejore, esperamos que también mejoren los precios, porque formamos parte de la economía mundial.
Al insistir en que su gestión se dirigirá a la estabilización del mercado petrolero mundial y a la búsqueda de razonables precios para el barril de petróleo, el funcionario defendió la política de bandas de precios fijada por el organismo en septiembre de 2000 de entre 22 y 28 dólares por cada barril.
En tanto, este lunes la secretaría de la OPEP en Viena confirmó que la semana pasada la cesta de siete crudos de la OPEP aumentó 59 centavos de dólar para venderse a una media de 24,55 dólares por cada barril de 159 litros.
En general, se mantuvo una tendencia al alza leve. Esto coincidió con la reunión de ministros de la OPEP, que el 26 de junio en Viena optaron por mantener sin variación su actual producción, ubicado en 21,7 millones de barriles diarios de crudo, sin incluir el petróleo iraquí sometido a embargo por la Organización de las Naciones Unidas.
La decisión de la OPEP, de no aumentar la producción, cuestión que había sido planteada por algunas naciones con gran consumo que esperan menores precios, fue refrendada por México. En septiembre, los ministros de la organización volverán a revisar la situación del mercado.
México mantendrá su volumen actual de exportaciones de crudo de 1,66 millones de barriles al día en los próximos tres meses, a diferencia de lo anunciado por Rusia y Noruega, que incrementarían sus ventas este mes.
Sin embargo, analistas creen que este aumento de producción de los dos países europeos no tendrá, de inmediato, una repercusión negativa en los precios. (FIN/IPS/ac/dm/if/02
