ESLOVAQUIA: Todos los caminos conducen a Occidente

La próxima incorporación de Eslovaquia a la Unión Europea (UE) y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) domina la campaña para las elecciones del 20 y el 21 de este mes, como remedio para todos los problemas del país.

Entre esos problemas están el desempleo de casi 20 por ciento de la población económicamente activa, el estancamiento de la industria y graves deficiencias de los sistemas de salud y educación.

Bratislava será invitada a integrar la OTAN en la próxima cumbre de esa organización, que se llevará a cabo en noviembre en Praga, y la UE anunciará en diciembre su plan para incorpora a 10 nuevos Estados, entre ellos Eslovaquia.

La importancia de las próximas elecciones consiste en que definirán el elenco político encargado de conducir a los eslovacos hacia la UE y la OTAN, según diplomáticos estadounidenses y del bloque europeo.

En las encuestas de opinión, las posiciones favorables a ingresar en la UE rondan 70 por ciento de los consultados, y las favorables a entrar en la OTAN, 60 por ciento.

”Muchos creen que la integración a Europa Occidental mejorará sus vidas y resolvería todas las actuales dificultades”, dijo a IPS el profesor de ciencia política Miroslav Kusy, de la Universidad Comenius de Bratislava.

La política exterior de acercamiento a Europa Occidental y a Estados Unidos es reivindicada como clave del desarrollo por los partidos de la coalición gobernante, entre ellos la Unión Democrática y Cristiana Eslovaca del primer ministro Mikulas Dzurinda, y el Partido de la Coalición Húngara.

”Déjenos terminar lo que empezamos. Sólo falta un pequeño paso para llegar a la Unión Europea y la OTAN. Usted lo logrará con nosotros”, se asegura en publicidad del partido de Dzurinda.

Populares dirigentes opositores como Robert Fico, del partido Smer (Dirección), y Pavol Rusko, del partido Nueva Alianza de los Ciudadanos, también aseguran que el ingreso a la UE y la OTAN ayudará mucho a superar la crisis económica y la corrupción.

Incluso el Movimiento por una Eslovaquia Democrática, liderado por Vladimir Meciar, cambió sus anteriores posiciones aislacionistas y asegura ser el más indicado para conducir el ingreso a esas dos organizaciones internacionales.

Muchos especialistas independientes también afirman que entrar a la UE y la OTAN es vital para el futuro económico y político del país, de 49.000 kilómetros cuadrados y unos cinco millones de habitantes, que formó parte de la antigua Checoslovaquia, junto con la actual República Checa, hasta 1991.

Pero otros expertos advierten que la población no ha sido informada sobre los costos de la integración a esas organizaciones, y afirman que el entusiasmo expresado por los mayores partidos es ante todo a oportunismo ante los resultados de las encuestas de opinión.

”Los políticos no pueden ignorar a las mayorías populares, y el principal motivo de que se jerarquice la integración a Occidente es el deseo de complacer a los votantes”, comentó Alexander Duleba, de la Asociación Eslovaca de Política Exterior.

”Muy pocos partidos hablan de los deberes que implica” pertenecer a la UE y la OTAN, añadió.

El ingreso del país a la UE determinará en corto plazo un aumento de casi 20 por ciento de los precios al público de algunos bienes, según un estudio de la Academia Eslovaca de Ciencias realizado este verano (boreal) por encargo del gobierno.

Entre los escasos opositores a esos ingresos está el Partido Nacional Eslovaco, que considera excesivo el costo de transformación de las Fuerzas Armadas asociado con la incorporación a la OTAN, y alega que el país perderá soberanía e independencia.

La retórica de los defensores de la integración a Occidente es ”deshonesta” según Kusy, quien señaló que ”todos asumen que se trata de algo natural y conveniente, porque no conocen parte de las previsibles consecuencias o no quieren hablar de ellas”.

Fico arguye que sí advierte a la población sobre ”el impacto que significará la integración”, pero insiste en que de todos modos es indispensable entrar a la UE y la OTAN.

”Tengo un hijo de nueve años y quiero que crezca en una Europa unida”, asegura. (FIN/IPS/tra-eng/eh/ss/mp/ip/02

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