IRAQ: ¿A dónde va el dinero?

Muchos iraquíes, incluidos miembros del Consejo Interino de Gobierno designado por Estados Unidos, consideran que la potencia ocupante invierte mal el dinero destinado a la reconstrucción del país árabe.

El Congreso legislativo estadounidense aprobó una asignación adicional de 85.000 millones de dólares para financiar las operaciones en Iraq y en Afganistán el próximo año, 2.000 millones menos de lo solicitado por el gobierno de George W. Bush.

Sesenta y seis mil millones de ese total se emplearán en operaciones militares, la mayoría en Iraq, y el resto en la reconstrucción de este país, cerca de la mitad en carácter de donación.

Pero Iraq no cuenta con propios ingresos propios tras 12 años de sanciones económicas internacionales y luego de la invasión realizada entre el 20 de marzo y el 1 de mayo por una coalición internacional encabezada por Estados Unidos.

Por esta causa, hasta fines de año la mayoría del dinero en las arcas públicas iraquíes procederán del bolsillo de los contribuyentes estadounidenses.

De todos modos, muchos iraquíes consideran que Washington gasta demasiado en contratos que podrían quedar para más adelante, cuando saldrán más barato.

”Sí, es su dinero, así que pueden gastarlo como quieran. Pero siempre están diciendo que lo gastan en beneficio del pueblo iraquí”, dijo el representante del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Iraq (SCIRI) Adel Abdel Mehdi.

La Autoridad Provisional de Coalición (CPA), principal órgano civil de la ocupación estadonundense, prevé la firma de un contrato con Jordania para contruir una instalación destinada a entrenar a entre 30.000 y 40.000 policías iraquíes.

”Creo que nuestras fuerzas pueden entrenarse en Iraq y con mucha rapidez si los estadounidenses lo permitieran. Tenemos dos escuelas de policía e instructores muy buenos. El entrenamiento podría ser así más rápido y 10 veces más barato que en Jordania”, dijo el integrante del Consejo Interino de Gobierno Mahmoud Osman.

El contrato es un favor a Jordania ”a nuestras expensas”, sostuvo Osman.

Funcionarios de la coalición temen que algunos miembros del Consejo Interino de Gobierno pidan ejercer mayor control sobre el gasto de dinero de la CPA. Uno de los integrantes del órgano iraquí, Ahmed Chalabi, ya solicitó a Estados Unidos 20.000 millones de dólares para que el Consejo gaste a su antojo.

La CPA discutió con el Consejo el contrato en Jordania, dijo el portavoz de la ocupación estadounidense Charles Heatly.

”Esto es caro porque creemos que mejorar a la policía iraquí implicará entrenadores internacionales, que no son baratos. Sea en Jordania, en Iraq o en otro país, los costos serán los mismos”, dijo Heatly.

El funcionario también sostuvo que los policías iraquíes no podrían recibir un entrenamiento adecuado en el territorio de su propio país.

Las fuerzas de la coalición utilizan criterios distintos de empleo del dinero según sea aportado por Washington o por otros aliados, e incluso si el gasto corresponde a la CPA o a la estadounidense Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid).

Como el presupuesto de la CPA procede del Departamento (ministerio) de Defensa estadounidense, contratos como el de entrenamiento en Jordania pueden ser auditados por el Congreso, al igual que otros por los que la empresa Halliburton se embolsará más de 1.000 millones de dólares.

Halliburton fue dirigida por el hoy vicepresidente Dick Cheney hasta que se integró a la fórmula encabezada por Bush.

Pero los contratos suscriptos entre Usaid y la firma Bechtel Corporation no pueden ser objeto de auditoría pues se los considera de derecho privado, aunque uno de los firmantes sea una agencia gubernamental.

Muchos iraquíes no reconocen tales distinciones. Para ellos, los contratistas extranjeros, la mayoría estadounidenses, obtienen salarios inflados, y que ese dinero debería ser gastado para mejorar la calidad de vida de los iraquíes.

”Para nosotros, es irrelevante el problema legal y técnico de determinar qué dinero puede ser gastado en una cosa y no en otra, y cómo cierto trabajo puede ser pagado con ese dinero y no con otro”, dijo la contadora Hend Atef, residente en Bagdad.

”Lo que nos importa es que las fuerzas de la coalición nos dicen que arreglarán las cosas. Eso no sucede, pero muchos estadounidenses y británicos se están enriqueciendo a nuestra cuenta. El dinero es de ellos, sí, pero vuelve a sus bolsillos, no viene a los nuestros”, se lamentó Atef. (

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