COMERCIO: Sur rechaza embestida divisionista

La consolidación de la unidad de las naciones del Sur fue el principal resultado de la reunión ministerial del Grupo de los 20 países en desarrollo (G-20) que combaten las distorsiones del comercio agrícola en la OMC, celebrada en la ciudad brasileña de Sao Paulo.

Este es el balance del activista Adriano Campolina, director regional de Action Aid International en las Américas y uno de los tres representantes de la sociedad civil que fueron escuchados por los ministros reunidos el sábado.

La participación asimismo en ese encuentro del coordinador del Grupo de los 90 (G-90), Clement Rohee, ministro de Cooperación y Comercio de Guyana, selló a nivel ministerial la unidad del mundo en desarrollo en las negociaciones comerciales multilaterales, evaluó Campolina.

Esta alianza entre distintos agrupamientos de los países del Sur se reforzó por la defensa del "tratamiento especial y diferenciado" a los países menos desarrollados (los más pobres entre los pobres) y por la solidaridad con las naciones africanas productoras de algodón, expresadas en el comunicado de la reunión, acotó Campolina a IPS.

El G-90 abarca a todas las naciones de la Unión Africana, a los países menos desarrollados y a los del grupo de Africa, Caribe y Pacífico (ACP), productores agrícolas que fueron enclaves coloniales de Europa.
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Como el G-20, el G-90 cristalizó en el ámbito de la conferencia ministerial de la OMC (Organización Mundial del Comercio) celebrada en Cancún, México, el año pasado, para corporizar el rechazo a los intentos de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) de introducir en la negociación los llamados "temas de Singapur" (servicios, inversiones, compras gubernamentales y propiedad intelectual).

El G-20, encabezado por Brasil e integrado por varios países latinoamericanos, reúne a otras potencias del mundo en desarrollo, como India, Sudáfrica y China y tuvo un papel fundamental en Cancún, al negarse a aceptar nuevas postergaciones del Norte industrial para abolir sus elevados subsidios agrícolas.

En la reunión ministerial del G-90 en Guyana, el 3 de junio, estuvo presente como portavoz del G-20 el canciller brasileño Celso Amorim, para iniciar el acercamiento.

Action Aid, Oxfam Internacional y la Red Brasileña por la Integración de los Pueblos pidieron el sábado al G-20 que se mantenga unido "ante las fuertes presiones políticas" para dividirlo y se acerque a otros grupos del Sur organizados en torno de sus necesidades, como el G-90 y el G-33 (de países muy dependientes de algunos productos básicos).

La "visión estratégica y voluntad política" del G-20, que busca en la OMC resultados a favor del desarrollo, fueron saludadas por las organizaciones no gubernamentales (ONG).

Estas reconocieron su gran contribución al cambio de "equilibrio del poder en las negociaciones" a partir de Cancún, favorable a los países en desarrollo.

Las ONG pidieron también que se consulte a la sociedad civil en la preparación de la reunión ministerial de la OMC, el próximo año en Hong-Kong, fortaleciendo el diálogo con la ciudadanía.

El G-20 trazó un balance de las negociaciones y de su actuación en ellas, y manifestó respaldo a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), que realiza su XI sesión ministerial desde este domingo hasta el viernes en Sao Paulo.

La intensificación del comercio Sur-Sur, estimulada por la Unctad, debe ser "prioritaria para todos los miembros", señala el comunicado del G-20, que reafirma su unidad y sus posiciones.

El grupo "está unido" en la defensa de avances de las negociaciones agrícolas en tres pilares: el fin de subsidios a las exportaciones, la reducción del apoyo doméstico que distorsiona el intercambio internacional y el mejor acceso a los mercados, manifestó el canciller Amorim.

Ante cuestionamientos de negociadores de países ricos y de la prensa, quienes arguyen que India también practica proteccionismo agrícola y podría afectar la unidad del grupo en sus intentos de abrir mercados, el ministro indio de Comercio e Industria, Kamal Nath, afirmó su total compromiso con el G-20 y con los "tres pilares" de la negociación.

En el mismo sentido se manifestaron los ministros de Comercio Idris Adamu Waziri, de Nigeria, y Lndiwe Hendrix, de Sudáfrica.

La gran contribución del G-20 ha sido aclarar los conceptos que deben orientar las propuestas negociadoras, señaló el viceministro de Relaciones Exteriores de Argentina. Martin Redrado.

Un concepto es la "progresividad", que impone mayor reducción a los aranceles más altos, y que ataca directamente los "picos arancelarios" practicados por países desarrollados, que alcanzan hasta 500 por ciento, explicó.

Otro es la "flexibilidad", que reconoce las diferencias y asimetrías y la necesidad absoluta de algunos países de defender su agricultura.

Son muy distintas las situaciones de los agricultores indios, para los cuales su producción es cuestión de sobrevivencia, y las de sus colegas europeos, destacó Amorim, en referencia a los abultados subsidios con que la UE sostiene su sector agrícola.

Hay perspectivas de avances en la negociación agrícola de la OMC que forma parte de la llamada Ronda de Doha, por la conferencia ministerial de noviembre de 2001 en la capital de Qatar, que resolvió la agenda y cometidos del proceso, evaluó Amorim.

El canciller brasileño se refería a declaraciones de negociadores de la UE, según las cuales el bloque aceptaría fijar un plazo para eliminar los subsidios a las exportaciones agrícolas, si hay "paralelismo" en la abolición de otros mecanismos de competencia desleal como créditos, seguros e incluso ayuda alimentaria.

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