POLÍTICA-ARGENTINA: El reloj de Kirchner del infierno al purgatorio

El presidente argentino Néstor Kirchner encabezó este jueves el acto político más importante de su mandato. En la tradicional Plaza de Mayo del centro de Buenos Aires, colmada como no se veía en décadas, celebró de manera multitudinaria sus tres años de gestión.

Crédito: Presidencia de Argentina
Crédito: Presidencia de Argentina
En un discurso breve, que no leyó, el mandatario se abocó a repasar someramente logros de su gestión. Y llamó a "profundizar el proceso de cambio" en el país..

"Cuando me tocó asumir era segundo a segundo, hoy es minuto a minuto", dijo aludiendo a las urgencias que debió atender.

El acto —oficialmente convocado para festejar el 196 aniversario de la Revolución de Mayo, que marcó el inicio del levantamiento contra la dominación española— constituyó más bien una gigantesca celebración político-partidaria y la virtual apertura de la campaña para las elecciones presidenciales de 2007.

Kirchner instaló con su discurso la piedra fundamental de su proyecto de "construcción plural", atrayendo al oficialismo a sectores de diferentes partidos, con miras a los próximos comicios nacionales, pero sin hablar expresamente de ellos.

"Sueño con una Argentina más plural", dijo el presidente entre aplausos y cantos del público que hacían una y otra vez alusión a su reelección.

Allí estuvieron viejos y nuevos aliados, la mayoría de los gobernadores provinciales, agrupaciones políticas, sindicales, de piqueteros (desempleados) y de derechos humanos.

La concurrencia fue estimada por la agencia oficial de noticias Télam en 500.000 personas, mientras periodistas calculaban entre 100.000 y 200.000 concurrentes.

La organización del acto habría costado 4,5 millones de pesos (1,5 millones de dólares) según algunas estimaciones, sin contar rubros como publicidad, el escenario montado para la actuación de varios artistas populares y la compra de materiales, como banderas y carteles.

"Que demuestren que no lo paga el Estado", espetaron en los últimos días políticos opositores.

"Los que utilicen fondos del erario público para la organización de la 'Plaza del Sí' (como se dio en llamar la concentración), irán presos", contestó a las sospechas el ministro del Interior, Aníbal Fernández.

Kirchner suele comparar con el infierno la situación que vivía el país cuando asumió su cargo, el 25 de mayo de 2003, aunque lo peor de la crisis económica, social y política se manifestó durante 2002.

Esta semana, en entrevista con el diario Página 12, Kirchner dijo: "Seguimos estando en el infierno", pero adelantó que "el 10 de diciembre de 2007 (final de su mandato) le podremos decir al pueblo argentino, de seguir funcionando las cosas como hasta ahora, que nos acercamos a las puertas del purgatorio".

Ciertos indicadores alimentan la esperanza presidencial.

Al asumir su mandato, el desempleo se ubicaba en 20,4 por ciento de la población económicamente activa. Tres años después, bajó casi a la mitad: hoy hay 11,4 por ciento de desempleados, lo que equivale a 1.780.000 personas.

Asimismo, en estos tres años la pobreza bajó 20 puntos porcentuales, y la indigencia descendió 15. En el primer semestre de 2003, más de la mitad de la población era pobre (54 por ciento), mientras que hoy viven en esa condición 33,8 por ciento de los habitantes. La indigencia retrocedió de 27,7 por ciento, en 2003, a 12,2 por ciento este año.

La recuperación económica, medida en términos de expansión del producto interno bruto, es de 27 por ciento en el período kirchnerista, confirmando la existencia del mayor ciclo de crecimiento de la actividad de los últimos 50 años.

Con todo, las voces críticas ponen su acento en otros aspectos del panorama social.

"Efectivamente, hoy Argentina se recupera respecto de la etapa más honda de la crisis, pero sobre la base de una situación en donde se da el mismo marco de concentración económica y de profunda desigualdad que tuvimos durante el régimen anterior", indicó a IPS Claudio Lozano, diputado nacional y economista de extracción sindical.

"Yo no sé si esto es el infierno, de lo que estoy seguro es de que estamos muy lejos del paraíso", dijo a IPS Carlos March, representante en Buenos Aires de la no gubernamental Fundación Avina, dedicada a apoyar a líderes sociales.

"El gobierno no ha definido políticas públicas en el sentido de generar cambios estructurales en el país", indicó.

"Más allá de los índices sobre la pobreza, lo que siempre aumenta es la brecha entre los que pueden y los que menos pueden, entre los que tienen y los que no tienen. Y me parece que el gobierno está haciendo muy poco para achicarla", completó March.

En la actualidad, y según cifras oficiales, esa brecha entre los ingresos de los más ricos y los de los más pobres es de casi 30 veces, y dos puntos superior a la de 2003.

En otro orden, la deuda pública con tenedores de bonos, que había sido declarada impaga en la crisis de fines de 2001, fue reestructurada por este gobierno con 76 por ciento de los acreedores y una quita récord estimada en 50 por ciento de su valor.

Además, el gobierno decidió cancelar de modo anticipado todo el endeudamiento que Argentina mantenía con el Fondo Monetario Internacional.

"El manejo de la deuda es un aspecto favorable de este gobierno, es evidente que ha habido una descompresión", dijo a IPS Rubén Berenblum, profesor de historia económica de la Universidad de Buenos Aires.

Sin embargo, desde el punto de vista institucional, y en especial por su estilo personal de conducción, el presidente suele dar pie a algunos balances negativos.

"Este gobierno ha estado marcado por una clara vocación hegemónica, por la concentración de poder en el Ejecutivo y por un estilo autoritario de decisión", afirmó a IPS la politóloga Delia Ferreira Rubio.

Kirchner asumió la Presidencia tras haber obtenido en primera ronda 22 por ciento de los votos, debido al retiro de quien debía ser su contrincante en segunda vuelta, el ex presidente Carlos Menem (1989-1999), representante de la derecha de su mismo Partido Justicialista.

En los comicios legislativos de octubre de 2005, el oficialismo, con la esposa de Kirchner Cristina Fernández como su principal candidata al Senado, cosechó el respaldo de 40 por ciento de los votos.

Hoy el mandatario cuenta con una aceptación de 75 por ciento de consultados en encuestas, según datos consignados a IPS por el consultor de opinión pública Ricardo Rouvier.

"Los principales factores de popularidad son la situación económica y social, el mejoramiento de las expectativas sociales de la población, la defensa del interés nacional y de los derechos humanos", afirmó Rouvier.

Durante el actual mandato fueron anuladas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que garantizaban impunidad a uniformados que habían violado los derechos humanos en tiempos de la última dictadura militar (1976-1983). Además, el gobierno promovió la renovación del máximo tribunal de justicia, algunos de cuyos jueces habían sido muy cuestionados en los años 90.

En el eventual escenario de que Kirchner se presentara en 2007 a la reelección, su victoria parece estar asegurada.

"El presidente obtendría un 54 por ciento de los votos si las elecciones fueran hoy. Es decir, la reelección de Kirchner se produciría en primera vuelta", sostuvo Rouvier.

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