ECUADOR: Ola de renuncias y relevos tras denuncia de Correa

La afirmación del presidente de Ecuador, Rafael Correa, de que servicios de espionaje de su país habían sido infiltrados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos provocó un sacudón en las Fuerzas Armadas de consecuencias todavía impredecibles.

Las renuncias y remociones están a la orden del día. Wellington Sandoval se alejó del cargo de ministro de Defensa y fue reemplazado por su secretario privado, el periodista y escritor Javier Ponce, mientras que han presentado su solicitud voluntaria de pase a disponibilidad el jefe del Estado Mayor Conjunto, Héctor Camacho, y el comandante del ejército, Guillermo Vásconez.

Correa, además, destituyó este miércoles al general Bolívar Cisneros de la jefatura de la policía. Según las primeras versiones, la causa sería la existencia de serios problemas en la obtención y manejo de datos de inteligencia, fundamentalmente respecto de la información en ese cuerpo de seguridad.

La crisis estalló tras el ataque militar colombiano, el 1 de marzo, a un campamento en territorio ecuatoriano de las insurgentes de izquierda Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), lo que provocó una crisis regional. Asimismo, al menos dos miembros del alto mando militar ecuatoriano han puesto sus cargos a disposición del presidente, según informó Camacho.

Ponce, el flamante ministro de Defensa, señaló que no se trata de "un escenario para una casería de brujas, sino para un saludable proceso crítico del ejercicio de la transparencia. La estabilidad en nuestra democracia no se funda en el ocultamiento sino en el análisis valiente de nuestros actos".
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Asimismo, invitó a las Fuerzas Armadas "a emprender una revisión generosa de sus estructuras y de sus prácticas".

Un militar ecuatoriano de alto rango, quien pidió no revelar su nombre, aseguró a IPS que se vive un momento crucial en el cual sólo hay dos caminos: "o la institución militar retoma su política nacionalista o se entrega definitivamente a las imposiciones estadounidenses".

Es necesario, agregó, que "los sectores independientes y progresistas retomen el control de la institución y se restrinja el poder de un grupo que responde al ex presidente Lucio Gutiérrez" (2003-2005), un ex oficial militar destituido en su momento por el Congreso legislativo y sustituido por su vicepresidente Alfredo Palacio.

Correa denunció el sábado pasado, durante su mensaje semanal por cadena radial, que la CIA "ha tenido totalmente infiltrado algunos de los organismos de inteligencia militar" de Ecuador.

Días antes había removido a Mario Pazmiño de la dirección de Inteligencia del ejército, por ocultar información, y anunció que seguiría tomando medidas.

Según Correa, el ocultamiento de información provocó errores en el manejo militar y diplomático del país en el conflicto con Colombia. La renuncia de Sandoval se produjo dos días después de que se anunciara la conformación de una comisión civil de alto nivel para "determinar los grados de vinculación no autorizada de oficiales y unidades de inteligencia del Ecuador" con "centrales de inteligencia externas", según la agencia de noticias militares Notimil.

"El Consejo de Oficiales Generales de la Fuerza Terrestre, reunido el jueves 3 de abril, resolvió colocar al coronel Mario Pazmiño a 'disposición' del señor Ministro de Defensa Nacional, no en 'disponibilidad', ni ha sido dado de baja, como se manifiesta en algunos medios de información", señaló el parte militar.

También indicó que se había iniciado una investigación para determinar "presuntas responsabilidades que el referido oficial tendría en la entrega de información oportuna y completa", respecto del ataque al campamento de las FARC.

El portal informativo Ecuadorinmediato, mencionando fuentes militares, aseguró el lunes que "la caída de Pazmiño sería fruto de una serie de quejas y denuncias de oficiales superiores, que fueron desobedecidos por el coronel", quien "se mantuvo al frente del arma de inteligencia del ejército ecuatoriano por más de diez años".

Según esa fuente, una vez que se comenzaron a revelar datos de un supuesto conocimiento de las Fuerzas Armadas de Ecuador sobre el ataque colombiano al campamento de las FARC, algunos militares reclamaron internamente, acusando al servicio de inteligencia por no haber informado.

Algunos medios de comunicación difundieron un informe según el cual el ecuatoriano Franklin Aizalla, quien murió en ese ataque, había sido seguido por la inteligencia militar sin que se le hubiese informado a Correa.

El 17 de marzo, Correa y el hoy ex ministro de Defensa se enteraron por la prensa sobre la vigilancia de Aizalla, lo cual era conocido desde hacía tiempo por el presidente de Colombia, el derechista Álvaro Uribe. "La hoja de vida del coronel Mario Pazmiño Silva denota una formación muy efectiva por los organismos de seguridad de Estados Unidos e Israel", aseguró Ecuadorinmediato y agregó que "manejó de forma casi autónoma las operaciones de inteligencia militar sin los debidos reportes a sus superiores, muchos de los cuales desconocían tales acciones".

La fuente militar consultada por IPS reconoce el poder acumulado por Pazmiño, pero también critica la negligencia de sus mandos directos en los últimos 10 años. Considera, además, que merece la "baja deshonrosa con juicio por traición a la patria" y no sólo un simple pase a disponibilidad.

"Tal vez haya temor de que Pazmiño maneje información sobre muchos militares y pueda revelarla", agregó.

Alexis Ponce, de la Asamblea Permanente de los Derechos humanos, destacó que "es la primera vez que un jefe de Estado toca el tema y me parece que es una oportunidad histórica para desarticular grupos que autónomamente están haciendo tareas de inteligencia paralela, muchas veces en contra de los propios intereses de la seguridad ecuatoriana".

El coronel retirado Jorge Brito, jefe militar en la guerra de 1995 con Perú y uno de los oficiales del ejército que participó en la rebelión indígena-militar de enero de 2000 que derrocó al presidente Jamil Mahuad, enjuició a Pazmiño en 2001, acusándolo de ser el creador de la Legión Blanca, un grupo de ultraderecha que amenazó de muerte a periodistas, activistas de derechos humanos y dirigentes políticos y sociales. Sobre los posibles nexos de Pazmiño con los servicios de inteligencia de Colombia, Ponce recordó que pobladores de zonas cercanas al sitio del ataque colombiano fueron advertidos de abandonar el lugar "porque iban a darse enfrentamientos".

Tras las denuncias de Correa sobre la presunta infiltración de la CIA, el lunes el renunciante Camacho y la embajadora de Estados Unidos en Ecuador, Linda Jewell, inauguraron el seminario "Desafíos y Oportunidades Estratégicas", que es parte de la cooperación entre el Comando Sur de Estados Unidos y las Fuerzas Armadas ecuatorianas.

La fuente militar consultada por IPS se mostró contraria a este tipo de actividades que, argumentó, condicionan a las fuerzas militares ecuatorianas.

También indicó que, "además de la infiltración de la CIA en las Fuerzas Armadas, es fundamental ver qué ocurre con la policía" y recordó que "siempre fue la policía la que tuvo una mayor vinculación con las políticas de seguridad de Estado Unidos para la región".

En enero de 2004, tras la detención en Quito del dirigente de las FARC Simón Trinidad, la directora de Asuntos Públicos de la embajada de Washington en el país, Marty Estell, aseguró que el operativo fue "un ejemplo de cooperación entre la policía de Ecuador y de Colombia".

"Una operación conjunta que resultó perfectamente" y que contó con el apoyo de los servicios secretos estadounidenses, añadió.

Días después del bombardeo al campamento de las FARC, la revista Cambio, de Colombia, publicó que en su localización estuvieron involucrados miembros de inteligencia de la policía ecuatoriana.

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