ARQUITECTURA-HUNGRÍA: Descentralización carcome patrimonio

La disputa por la posible demolición de un centro cultural en la capital de Hungría es tan sólo la última de una prolongada polémica por el futuro de su paisaje arquitectónico y cultural en franco deterioro.

El mayor escollo para las autoridades locales y otras organizaciones dedicadas a proteger viejas edificaciones es la gran autonomía que tienen los numerosos distritos existentes en Budapest.

El origen de esa situación se remonta a 1990, cuando tras la caída del sistema comunista se pensó que los 23 distritos de la capital estarían mejor gestionados de forma descentralizada.

Por ello, el gobierno de esta ciudad tiene menos autoridad que el de París, Berlín o Praga. Los distritos más independientes de Budapest carecen de financiación y son vulnerables a la corrupción.

La situación no mejorará en un lapso breve porque se necesita una mayoría parlamentaria de dos tercios para cambiar la organización de la ciudad, explicó András Zsuppan, periodista local especializado en el asunto.

Los partidos políticos están atados a distritos concretos y les conviene mantener el status quo.

Las últimas edificaciones que generaron polémica fueron el popular centro cultural Kultiplex, en cuyo lugar se prevé construir un nuevo hotel, y una sección de la pared de un castillo del siglo XV, por considerarse que obstruye la construcción de un garaje.

Desde principios del siglo XX se organizaron actividades culturales en Kultiplex, en especial vinculadas al cine. También alberga una emisora de radio, un cine, un café, un restaurante y una sala de conciertos.

El hotel no se construiría dónde está Kultiplex, sino en un parque adyacente. Pero como existe una ley que estipula que la cantidad total de espacio verde no puede reducirse, si el centro cultural no se transforma en parque, la nueva construcción sería ilegal.

Zoltán Jakab, encargado de las actividades de Kultiplex, señaló que sería absurdo reemplazar tal encarnación de la cultura húngara por "unos cuantos bancos de plaza".

El gobierno de Budapest era dueño de la propiedad, pero se la vendió al distrito en que está ubicada creyendo que en su lugar sería construida una universidad. Y ahora, las autoridades locales tratan por todos los medios de cerrar Kultiplex para permitir la construcción del hotel.

La Oficina Nacional Húngara de Preservación del Patrimonio Cultural (KÖH, por sus siglas en húngaro) presentó un pedido para proteger el centro cultural.

Mientras, Kultiplex busca otros caminos para mantenerse en pie, alegando que el distrito le concedió una licencia de funcionamiento hasta 2010.

KÖH es conocido por abogar por la preservación del patrimonio, pero hace poco hubo cambios en su conducción. El hecho también puede estar detrás de su decisión de permitir que se derribe una porción de pared del siglo XV para construir un garaje.

El vicepresidente de KÖH, Tamás Fejérdy, señaló que sin eliminar esa sección de la pared, la construcción del garaje sería insostenible. Se buscó la opción que ocasione "la menor cantidad de daño posible", declaró.

Dado que ni las autoridades de la ciudad ni el gobierno dan fondos significativos para que los distritos realicen reformas, es posible que siga la tendencia de preferir nuevas construcciones a restaurar las viejas.

Es común que las autoridades de los distritos, propietarias de muchos edificios viejos, no tengan fondos para reformarlos y también que aparezcan empresas constructoras con dinero para demoler una construcción histórica y erigir una nueva.

El área más golpeada es el distrito siete, donde se ubica el barrio judío de Budapest y se encuentra la mayor sinagoga de Europa.

"Los nuevos edificios rara vez encajan con el medio", señaló Judit Holländer, de la asociación civil OVÁS! (Protección, en húngaro), creada en 2004, para detener las demoliciones del barrio judío.

Hubo algunos avances. Se anularon órdenes de demolición de varios edificios de ese barrio.

Un logro importante se consiguió el 1 de febrero, cuando se dictó una moratoria de cuatro meses para todo cambio estructural en ese barrio mientras se redacta un nuevo plan normativo con aportes de todos los involucrados.

El arquitecto francés Michael Polge visitó Budapest en noviembre de 2007 en representación del Consejo Internacional de Sitios y Monumentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Polge advirtió que, en caso de no mantenerse las características de la zona, la Unesco retirará el estatus especial que tiene. El barrio judío forma parte de un área de contención semiprotegida por estar próximo al sitio patrimonial Andrássy Boulevard.

Polge propuso un impuesto como incentivo, similar a uno existente en Francia, donde las nuevas construcciones deben pagar un tributo de 19,6 por ciento, en tanto las reformas sólo 5,5 por ciento.

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