POLÍTICA-TURQUÍA: Velo con cola

La decisión del Tribunal Constitucional de Turquía de anular una enmienda que autorizaba el uso del tradicional velo islámico femenino en las universidades de ese país laico, pero de mayoría musulmana, puede agravar la tensión interna de un aliado estratégico de Estados Unidos.

El veredicto emitido el jueves es visto como parte del callejón sin salida en que se encuentran las relaciones entre los partidarios laicistas y el gobernante Partido por la Justicia y el Desarrollo (AKP), del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, de orientación islámica.

El problema se acentuó en 2007 con la designación de Abdullah Gül, del AKP, como presidente de Turquía.

El Tribunal Constitucional de 11 miembros, que decidió por unanimidad anular la reforma constitucional aprobada en febrero por el parlamento, encabeza el pulso contra la fuerza gobernante por sus acciones y su conducta, consideradas pro islamistas.

«Creo que ahora que el AKP está bajo gran presión del sistema jurídico, la decisión puede entenderse como un golpe de la justicia contra el parlamento y sus representantes legítimamente elegidos», dijo a IPS un analista que pidió reserva de su identidad.
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El parlamento turco había levantado en febrero la prohibición a las mujeres de usar el velo islámico en las instituciones de educación superior, con el voto de alrededor de 80 por ciento de los legisladores.

La medida había sido impulsada por el AKP en el marco de las reformas constitucionales a las que se había comprometido con sus partidarios, en su mayoría musulmanes conservadores, antes de obtener una gran victoria en las elecciones legislativas de 2007.

Pero dos partidos de la oposición cuestionaron la votación del plenario y plantearon el asunto ante el Tribunal Constitucional, que el jueves anuló la enmienda.

El dictamen que devuelve validez a la polémica prohibición del velo en las universidades puede interpretarse como un preludio de cómo puede fallar el alto tribunal ante la demanda de proscribir al AKP, acusado por el fiscal general de socavar la laicidad de Turquía, uno de los fundamentos de su Constitución.

«La pregunta es qué peso tendrá esta decisión la hora de fallar sobre la proscripción del AKP», señaló Bulent Aliriza, director de programa del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington.

«Es una indicación firme de que el veredicto puede ser contrario al AKP y, por lo tanto, podría ser proscrito», apuntó.

El Tribunal Constitucional concluyó que la enmienda aprobada por el parlamento atentaba contra varios artículos de la ley fundamental, entre ellos el 2 y el 4, que estipulan que la laicidad es una de las características inamovibles del Estado turco.

Estados Unidos observa con preocupación los acontecimientos que se vienen sucediendo en ese territorio aliado. Este último episodio puede complicar más una situación ya tensa y, quizá, sea la antesala de una época de gran incertidumbre si se llega a proscribir al AKP.

La Unión Europa (UE), bloque al que pretende integrarse Turquía, respaldó al AKP. En cambio, Estados Unidos no hizo explícito su apoyo al partido de Erdogan. Algunos círculos de Washington están a favor de su proscripción, pues temen que conduzca al país a un régimen islamista.

Con el intento de Rusia de expandir su poder hacia Asia central y a las naciones de Europa oriental, por un lado, y la creciente influencia de Irán y sus ambiciones nucleares, por otro, aumenta el peso estratégico de Turquía para Washington.

Funcionarios del gobierno de George W. Bush pusieron varias veces a Turquía como ejemplo de un país musulmán con sistema democrático, pero su respaldo al AKP no fue suficiente.

«No estoy seguro de que en este momento lo principal para Washington sea la democracia», señaló la fuente que pidió reserva de su identidad. «Creo que lo más importante es la estabilidad general. Como se sabe, el gobierno de Bush tiene muchos funcionarios que desconfían del AKP».

Atrapados en una lucha con la elite laica del país, que tiene la anuencia del poderoso ejército, los partidarios del AKP pueden sentir que todo intento de modificar artículos polémicos de la Constitución choca contra un muro.

De hecho, las primeras señales de indignación de los dirigentes de ese partido se dieron poco después de conocerse el fallo.

«El tribunal rebasó los límites dispuestos en el artículo 148 de la Constitución y violó el principio de que ninguna institución estatal puede ejercer poderes no derivados de la ley fundamental», declaró Bakir Bozdag, legislador del AKP.

El oficialismo alega que ese artículo de la ley fundamental autoriza al alto tribunal a anular leyes, pero no enmiendas constitucionales aprobadas por el parlamento, como la que puso fin a la prohibición del velo en las universidades.

La Constitución de Turquía, redactada tras el golpe de Estado militar de 1982, estipula que sólo son intocables los tres primeros artículos, referidos a la naturaleza del Estado y a su territorio. La enmienda de febrero no entra dentro de los límites de esos artículos, según el AKP.

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