ECONOMÍA: «Un colapso en EEUU causará daños en todos lados»

Mientras el Congreso legislativo de Estados Unidos discute cómo rescatar al precario sistema financiero nacional, los análisis del economista Dean Baker son material de consulta obligado.

Dean Baker Crédito: CEPR Baker codirige el Centro de Investigación Económica y de Políticas, organización de expertos independiente de partidos políticos con sede en Washington.

Su libro más reciente es "The Conservative Nanny State: How the Wealthy Use the Government to Stay Rich and Get Richer" ("El Estado niñera conservador: Cómo los ricos usan al gobierno para seguir siendo ricos y enriquecerse").

IPS dialogó telefónicamente con Baker el día 24.

IPS: Por televisión, el secretario del Tesoro (ministro de Hacienda) Henry Paulson parece alguien con quien uno podría sentarse a tomar cerveza. ¿Por qué no deberíamos confiar en él y darle los 700.000 millones de dólares que pide, y hasta un billón?

DEAN BAKER: No quiero poner en duda la integridad de Paulson, pero él fue presidente de Goldman Sachs. Aquellos a los que está rescatando son sus amigos. No hay que entregarle un cheque en blanco a nadie, pero particularmente no a alguien con sus antecedentes.
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¿Acaso le daríamos a un ex presidente de (el sindicato del sector automovilístico) United Auto Workers 100.000 millones de dólares para un rescate de su industria, para que los gaste como mejor le parezca, aunque confiáramos en él? Cuando gastamos dinero público esperamos responsabilidad, especialmente cuando se trata de una intervención tan enorme.

IPS: Algunos consideran que esta crisis es pura táctica de miedo, que se debería dejar que el mercado escurra la industria financiera.

DB: Me haría feliz que la industria financiera se escurriera. La mitad de los bancos podrían quedar fuera del negocio y estaríamos bien. Pero la semana pasada casi colapsó el sistema de pagos en su totalidad. No quiero que la gente se vea imposibilitada de pagar sus cuentas, retirar dinero de un cajero automático o comprar pasajes de avión con una tarjeta de crédito.

No descarto que eso haya sido orquestado. Pero realmente tenemos una situación en la cual los bancos no confían el uno en el otro, a tal punto que no se pueden realizar negocios de manera normal.

IPS: China posee una enorme cantidad de bonos estadounidenses. ¿Podría Estados Unidos presionarla para que ayude con este rescate?

DB: China tiene nuestros bonos a intereses extremadamente bajos, lo que ayuda mucho al rescate. Francamente, no sé por qué lo hace. Hasta donde sé, ya hemos negociado esto. No estamos en posición de pedirle más dinero a China. En realidad estaríamos mejor económicamente si no nos ayudara teniendo nuestros bonos.

El dólar caería, lo que aumentaría nuestras exportaciones y reduciría nuestro déficit comercial, una de las fuerzas subyacentes de esta crisis.

IPS: ¿Qué clases de efecto ve usted que tenga esta crisis sobre, digamos, un cultivador de café en México o el obrero de una fábrica en Vietnam?

DB: Si hacemos de cuenta que el gobierno está actuando de la manera correcta, impediremos mucha inestabilidad financiera global, porque un colapso en Estados Unidos causaría daños en todos lados.

Pero la economía de Estados Unidos se dirigirá a una recesión, así que eso va a reducir la demanda de exportaciones de todo el mundo, y los precios de muchos de estos productos se contraerán. Esto afectará al cultivador de café y a cualquiera que venda cosas a Estados Unidos o al mercado mundial.

Pero si eso es compensado por un mantenimiento del acelerado crecimiento económico de China y otros países en desarrollo, tal vez el impacto no sea tan grande.

IPS: Si China, India y Brasil continúan creciendo, ¿usted cree que el poder económico de Estados Unidos pasará a estar en manos de estas economías?

DB: Bueno, ciertamente eso es parte de la historia. Estados Unidos ya venía creciendo de un modo mucho menos veloz que China, que no está por sobrepasar a Estados Unidos pero avanza muy rápidamente. Para muchos países, en especial en Asia oriental, la economía china ya es mucho más importante que la estadounidense.

IPS: ¿Qué medidas debería considerar el Congreso legislativo de Estados Unidos para ayudar a los propietarios de viviendas en peligro de desalojo?

DB: Hemos presionado para que los prestamistas privados intenten reducir los pagos hipotecarios, para que la gente pueda quedarse en sus hogares.

Si resulta que la amortización del préstamo es de un monto demasiado elevado como para ser práctica y esa gente pierde la casa, deberían dejarla pagar una renta al valor del mercado. Denle la opción de quedarse allí como inquilinos por un periodo largo, cinco o diez años.

Si esas dos salidas fallan, los prestamistas tienen una situación que no son capaces de manejar y no podemos esperar que los contribuyentes los subsidien.

IPS: Los demócratas han hablado de modificar la ley de bancarrota para permitir que los jueces reestructuren los pagos hipotecarios.

DB: Eso es de sentido común. Simplemente se estaría tratando una deuda hipotecaria como cualquier otra deuda, como si fuera la de una tarjeta de crédito o la que se contrae el comprar un automóvil. Hicimos eso hasta 1991. Las deudas por tarjetas de crédito o compras de automóviles no suelen terminar en bancarrota, lo cual sucedería si se cambiara la ley.

IPS: En la medida en que se ayude a los propietarios de viviendas, ¿eso no hace viable nuevamente un gran endeudamiento?

DB: Sí, eso debería aumentar el valor de esta deuda de algún modo. Ésa es una de las motivaciones, absolutamente. Pero eso nunca será totalmente viable, porque lo esencial es que la gente debe más de lo que puede pagar.

IPS: ¿Y qué ocurre con los inquilinos cuyas viviendas son ejecutadas? ¿Hay alguna manera de ayudarlos?

DB: Deberíamos intentar asegurarnos de que si el propietario pierde la casa, sus inquilinos puedan quedarse allí al menos por lo que queda del contrato y algún periodo de gracia. Así no le pueden decir: "Bueno, la casa ha sido ejecutada. Váyase de aquí hoy."

Incluso sin un contrato de arrendamiento, quienes alquilan deberían obtener algo así como un aviso con 90 días de antelación para que puedan hacer planes. Porque los inquilinos no tienen cómo saber si los dueños de sus viviendas están pagando las hipotecas.

IPS: A largo plazo, ¿qué regulaciones se necesita implementar para arreglar estos mercados?

DB: Primero demos un paso atrás. La Reserva Federal (Fed) permitió que la burbuja de la vivienda creciera. La burbuja podría haber sido atacada fácilmente, pero (el ex presidente de la Fed), Alan Greenspan, decidió no hacerlo. Si lo hubiera hecho, no habríamos tenido muchos de estos problemas.

Más allá de eso, él fue totalmente abandonado en la implementación de muchas regulaciones. Todos saben que se hicieron muchos préstamos basura. Fácilmente se podría haber tomado medidas enérgicas. La omisión fue una negligencia increíble.

En cuanto a la estructura más profunda de los mercados, tiene sentido asegurarse de que los emisores de valores con respaldo hipotecario tengan intereses en ellos, a fin de que no tengan un incentivo para extender préstamos basura y venderlos en el mercado secundario.

Sin embargo, como cuestión práctica, no sé si los reguladores tendrán que hacer algo, porque no pienso que nadie vaya a comprar hipotecas de personas que no tienen una participación en ellas. En realidad, Wall Street tal vez desee la regulación, porque quiere que la gente crea en las bondades de las acciones que vende.

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