MUJERES-KENIA: Por el «gran dinero»

«Me gusta mucho el comercio», dijo Sonia Gateri, en su oficina al lado del Centro Yaya, en la capital de Kenia. Era una tarde calurosa y estaba ocupada preparando un viaje a Tanzania para la tarde.

Sonia Gateri. Crédito: Rosalia Omungo/IPS
Sonia Gateri. Crédito: Rosalia Omungo/IPS
Gateri trabaja como importadora de alimentos para animales. Ha estado en el negocio desde hace tres años, proveyendo ingredientes a las principales firmas molineras de Nairobi.

Esta mujer considera que el trabajo es todo un desafío, sobre todo desde el punto de vista logístico. Cada viaje comienza con un depósito de dinero para los proveedores en el país del cual está importando. "La primera dificultad es que la mayoría de los bancos que se encuentran en Kenia no están en otros, como Tanzania", dijo a IPS.

Afortunadamente, un banco keniata se ha expandido hacia el este africano. "De otra manera, tienes que llevar el dinero en dólares contigo, lo cual es muy riesgoso en estos días", señaló.

Las fluctuaciones en la tasa de cambio también suponen un gran desafío. "Especialmente este año, el dólar ha estado realmente alto. El chelín keniata perdió mucho frente a otras monedas. En ese sentido, no es favorable cuando estás trayendo cosas de otros países", explicó.
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El destino más frecuente de Gateri es el puerto tanzano de Mwanza, debido al gran número de industrias que hay allí. "Se consigue la mayor variedad de materias primas en Mwanza. Hay comida de pescado (pescado esterilizado y procesado para alimentar a pollos), tortas de semilla y de girasol, todas cosas usadas para hacer alimentos para animales.

La aerolínea Kenya Airways lanzó una serie de vuelos a Mwanza, lo cual también favoreció a la empresaria. "A veces tomo Kenya Airways para ir a Arusha, luego a Mwanza. Otras veces, voy en ómnibus", contó. Ella prefiere pagar un poco más y traer la mercancía vía aérea, a diferencia de muchos otros comerciantes en África meridional.

Gateri usa Internet para localizar fábricas que fabriquen tortas de semillas, pero la información boca a boca es otra fuente importante para conocer qué hay disponible. Ella se comunica con otros comerciantes que también operan individualmente.

"Yo conozco a algunos comerciantes y comparamos notas. No tenemos aún un sindicato para los comerciantes de alimentos para animales. No nos reunimos como grupo, pero al menos hablamos entre nosotros", indicó.

Ella viaja a Mwanza dos veces al mes, y en ocasiones se queda allí durante una semana, porque tiene que encontrar transporte para llevar los productos de regreso a Kenia. Pero eso es lo máximo que ha estado fuera de su país.

"Es recomendable esperar a ver cómo son empacados los productos. Como aún no tienen servicios dónde guardar las cosas en contenedores o enviártelas, tienes que hacerlo tú misma", añadió.

A veces, las pérdidas son inevitables. "Hay mucha adulteración de materiales, sobre todo por parte de las fábricas que manufacturan tortas de semillas de algodón y de girasol", dijo a IPS, y contó que en alguna ocasión compró productos que no cumplían con la calidad que le habían ofrecido.

Terminó perdiendo dinero porque tuvo que venderlos a precios más bajos. Sin embargo, este tipo de cosas siempre suceden, y se logra la compensación con la próxima transacción.

La gran preocupación de Gateri es la competencia de los otros comerciantes de la región. "Hay mucha competencia de otros países. Por ejemplo, comerciantes de Ruanda y de Congo llegan para comprar los mismos materiales. Además, venden a altos precios en sus países", señaló.

"Los tanzanos, por ejemplo, no les interesa hacer mucho dinero. Creo que el costo de vivir en su país es tan bajo que por eso reducen sus propios precios, y arruinan el comercio", sostuvo.

"No están buscando el gran dinero. El chelín keniata es lo suficientemente fuerte en la región, así que podrían tener buenas ganancias", añadió.

Gateri ha logrado superar varios obstáculos gracias a sus contactos empresariales. Ella es proveedora habitual de varias fábricas, que se convirtieron en clientes fieles. Los comerciantes extranjeros no tienen acceso a esos contactos.

Ella comenzó asegurándose siempre una orden de compra local. Ahora tiene clientes regulares que siguen llamándola. "Todos los meses tengo que proveer 100 toneladas de alimentos. En estos días, ya sé de dónde sacar la mercadería", dijo a IPS.

La empresaria tiene una bodega en el área industrial de Nairobi donde guarda sus excedentes, productos que a veces compra aun cuando antes no se ha asegurado un cliente. Estos excedentes generalmente los vende luego a pequeñas fábricas en torno a Nairobi.

Gateri estudió botánica y zoología en la Universidad Kenyatta. Se le ocurrió la idea de su negocio con un amigo, y nunca la abandonó. Ella dice que disfruta su trabajo, en parte porque recupera dinero rápidamente.

Esta empresaria, madre de un niño, ha tenido también esporádicas participaciones en el comercio de cemento. Exportó ese producto a los países vecinos, y en cambio trajo alimentos para animales.

A Gateri le gustaría expandir su negocio, aumentando y diversificando sus productos. Pero no le interesa explorar nuevos mercados. "Hay mucha demanda en Sudáfrica. Pero tengo algunas dudas sobre aventurarme a eso porque consume mucho tiempo y no sé con qué pueda encontrarme", explicó.

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