MUJERES-SUDÁN: El desafío de preservar espacio político

Cuando las mujeres de Sudán del Sur celebraron la firma del Completo Acuerdo de Paz en 2005, eran concientes de que la verdadera democracia se concretaría sólo cuando se respetaran plenamente sus derechos.

El acuerdo, firmado entre el norte de mayoría árabe musulmana y el sur de predominio negro, animista y cristiano, le dio autonomía a la región de Sudán del Sur, y reservó 25 por ciento de los puestos de su gobierno a las mujeres.

Pero éstas ahora temen que esos logros se vean amenazados por la escalada de violencia relacionada con las elecciones, originalmente programadas para junio pero que fueron postergadas para febrero de 2010.

La otra fuente de aprensión es el referendo programado para 2011, en el que se decidirá el futuro de la relación de Sudán del Sur con el resto del país.

Una guerra de 22 años sembró terror y destrucción en el territorio sudanés, matando a dos millones de personas y desplazando a otros cuatro millones, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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PRESERVAR LA ESPERANZA

Joy Raphael tiene fe. Esta líder política del meridional estado de Ecuatoria Central e integrante de la Unión de Mujeres ha declarado que se postulará en las próximas elecciones generales.

"No experimentaremos el nuevo Sudán, sueño por el cual se ha derramado tanta sangre y se han perdido tantas vidas, a menos que las mujeres se sienten a la mesa del liderazgo, que todavía es ampliamente patriarcal", dijo.

"Las mujeres podemos no haber estado físicamente en el campo de batalla, pero como la guerra continuó eternamente, perdimos esposos e hijos y aprendimos a ser madres y padres. Vivimos en base a nada más que la esperanza", agregó.

Ella cree que las mujeres sudanesas, como sus pares de otros países, pueden realizar un aporte político fundamental al inyectar un enfoque sensible al género en el proceso de toma de decisiones.

"Éste es el amanecer que las mujeres sudanesas han esperado. El liderazgo no llegará fácilmente, y por lo tanto exige que las mujeres sean proactivas", insistió Hellen Mursal, ministra de Género y Bienestar Social en Ecuatoria Central.

OBSTÁCULOS AL LIDERAZGO

"Aquí la vida es una batalla por la supervivencia, una continua lucha en un país caracterizado por una economía deprimida debido a una importante crisis mundial cuyo impacto ya estamos sintiendo", explicó Raphael.

Sudán del Sur tiene una de las tasas de mortalidad materna más altas del mundo, con 1.700 muertes por cada 100.000 nacimientos de bebés vivos, según estadísticas del informe nacional del país sobre los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio.

Esos Objetivos, definidos en 2000 por la Asamblea General del foro mundial, incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza y hambre (en relación a 1990), garantizar la educación primaria universal, promover la igualdad de género y reducir la mortalidad infantil y la materna.

Y también combatir el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), la malaria y otras enfermedades, asegurar la sostenibilidad ambiental y fomentar una asociación mundial para el desarrollo, todo esto con 2015 como fecha límite.

El informe de la ONU sobre Sudán también señala un alto analfabetismo entre las mujeres: 84 por ciento de las de 15 a 24 años no saben leer o escribir.

La cantidad de varones inscriptos en las escuelas primarias es tres veces mayor a la de las niñas, pese a que se estima que las mujeres representan 60 por ciento de la población.

Aunque hay estaciones de radio que transmiten en los idiomas locales, la difundida pobreza hace que pocas mujeres posean un aparato de radio, lo que las aísla de una fuente vital de información.

Todo esto representa un desafío extra para las mujeres que luchan por ocupar su lugar en el liderazgo del país. La mayoría simplemente no tiene, todavía, la capacidad para hacerlo.

En general, la cuota de 25 por ciento de mujeres en cargos de gobierno estipulada en el acuerdo de 2005 es respetada. Pero no todos los estados de Sudán del Sur han alcanzado ese umbral.

En Ecuatoria Oriental, donde faltan tres cargos para llegar a ese porcentaje, el problema es que no hay suficientes mujeres alfabetizadas para ocuparlos.

En los seis estados donde se logró la cuota, muchos sostienen que ésta es usada como una cortina de humo, y que las mujeres más flexibles son colocadas en posiciones de poder, mientras que las más contestatarias siguen siendo marginadas.

"Es verdad que en la gran parte de los estados hay mujeres líderes, pero la mayoría fueron ubicadas en esos puestos para agregar valor cosmético. Todavía no sabemos qué criterios se utilizaron para convertirlas en líderes", explicó Kyampaire Vervice, empresaria e integrante de la Unión de Mujeres de Sudán del Sur.

Hay "un corrupto proceso de selección que excluye a las mujeres de sustancia, a mujeres que defienden su posición y valor como líderes", sostuvo.

NECESITANDO APOYO

"Noventa y cinco por ciento de nuestras mujeres no han ido a la escuela, y la mejor manera de darles poder es mediante la educación de las niñas. Necesitamos una educación primaria universal, a fin de que para 2015 todos los niños de Sudán del Sur estén en la escuela", afirmó en 2005 John Garang, líder político y militar quien durante dos décadas libró una guerra contra el norte y falleció ese mismo año.

"El Movimiento para la Liberación del Pueblo de Sudán está comprometido con la emancipación de las mujeres", señaló en esa ocasión, durante una conferencia de donantes en Noruega.

Según Raphael, "el hecho de que sean los hombres quienes eligen quién debería beneficiarse de la acción afirmativa no puede ayudar a transformar el liderazgo de las mujeres en este país".

Para Vervice, "las mujeres de Sudán han enfrentado duras condiciones de vida y cargan con pesadas cicatrices, tanto físicas como emocionales, de los efectos de la guerra. Nuestras prioridades han cambiado, como ocurre durante los conflictos, pasando de una conciencia por el desarrollo a una conciencia por la supervivencia".

El ministro de Asuntos Parlamentarios, Martin Elia Lomuro, señaló que se ha llegado "a un punto en que las mujeres necesitan que se les dé una oportunidad para explorar su potencial" en un entorno adecuado.

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