AGUA: Egipto y Sudán reacios a compartir el Nilo

Los 10 países de la cuenca del río Nilo parecen resolver las discrepancias sobre su gestión, aunque resta por ver si Egipto y Sudán renuncian a parte de la cuota de agua establecida en los acuerdos en revisión.

"Egipto parece optar por la vía diplomática y la cooperación económica, en vez del conflicto", dijo a IPS Hani Raslan, del Centro Al-Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos.

"Resolvimos las grandes diferencias, salvo una", señaló el ministro de Recursos Hídricos de Etiopía, Asfaw Dingamo, de visita en la capital egipcia a principios de este mes cuando se reunió con su contraparte egipcio Mohammad Nasreddin Allam.

"Espero que podamos llegar a un acuerdo en los próximos seis meses", añadió.

La declaración de Dingamo muestra un cambio significativo de enfoque respecto de la histórica posición de Etiopía. Ese país encabezó la campaña de los estados de las nacientes del río contra los acuerdos que establecen los derechos de Egipto y Sudán sobre el uso del agua.
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Dos tratados suscritos en 1929 y 1959 le dan a Egipto el derecho de usar 55.500 millones de metros cúbicos de agua al año, y a Sudán 18.500 millones. Además prohíben a los países corriente arriba la construcción de represas, canalizaciones, y otras obras de infraestructura, sin permiso de Egipto y Sudán.

Los otros países sostienen que los tratados datan de la época colonial y que no garantizan sus legítimos derechos sobre el río.

El Nilo nace en la región de los Grandes Lagos, en África central, y recorre más de 6.500 kilómetros en dirección norte hasta su desembocadura en el mar Mediterráneo. En su trayecto atraviesa Burundi, Egipto, Eritrea, Etiopía, Kenia, República Democrática del Congo (RDC), Ruanda, Sudán, Tanzania y Uganda.

Los 10 países negocian desde los años 90 un nuevo acuerdo llamado Iniciativa de la Cuenca del Nilo (NBI, por sus siglas en inglés) a fin de lograr un sistema aceptable para todos.

Etiopía encabeza las presiones para que el nuevo tratado no conceda a Egipto y a Sudán tantos beneficios y poder de decisión. Pero las conversaciones se estancaron porque ambos países se niegan a renunciar a sus privilegios.

"Para Egipto, el Nilo es el Estado. Toda amenaza al río constituye un riesgo para la seguridad nacional", dijo a IPS Ayman Shabaana, politólogo del Instituto de Estudios Africanos, de la Universidad de El Cairo.

"Si los países de la cuenca no aceptan las cuotas previstas por los tratados existentes, Egipto y Sudán no suscribirán la NBI", añadió.

El Nilo abastece más de 95 por ciento de la demanda nacional, indicó Shabaana. "Mientras, los países corriente arriba apenas si lo usan para cubrir cinco por ciento del consumo".

El temor a no poder cubrir la demanda hizo que Egipto se mostrara más renuente a renunciar a sus derechos sobre el río. El consumo de agua por habitante disminuyó en 2000 a menos de 1.000 metros cúbicos por persona, al año, lo que le valió la calificación de país con "escasez de agua".

"La demanda actual se ubica entre 750 y 800 metros cúbicos, por debajo del promedio mundial de 1.000", indicó Raslan, jefe del departamento para Sudán y países de la cuenca del río Nilo, del Centro Al-Ahram.

En las últimas dos conferencias, los países de la cuenca del Nilo no lograron ponerse de acuerdo sobre un nuevo tratado.

La reunión realizada en mayo en RDC fracasó porque las cuotas de Egipto y Sudán no estaban explicitadas en el texto del acuerdo. "No cederemos nuestra parte del Nilo", declaró entonces el secretario Allam.

Los ministros del sector se volvieron a reunir a fines de julio en la ciudad costera de Alejandría, donde Egipto y Sudán se volvieron a negar a ceder sus cuotas históricas. Los países de la cuenca del Nilo terminaron concediéndoles seis meses para alcanzar un acuerdo o proponer uno nuevo.

En la conferencia de Alejandría, algunos países suavizaron su posición. "La RDC se mantuvo firme y no cedió ante los reclamos de Egipto, pero Uganda, Etiopía y Ruanda se mostraron más moderados", indicó Raslan.

"Después de la reunión entre Dinagmo y Allam, Etiopía se mostró más dispuesta a respaldar a Egipto a cambio de mayor asistencia económica y promesas de inversiones", señaló Shabaana.

El primer ministro egipcio Ahmed Nazif tiene previsto viajar a Etiopía en la segunda mitad de septiembre, tras el mes de ayuno musulmán de Ramadán.

La visita "confirmará el inicio de la consolidación de las relaciones entre Egipto y los otros países de la cuenca del Nilo y, en particular, con Etiopía", subrayó Allam.

Los intentos de este país para atraer a Etiopía ya arrojaron resultados diplomáticos, según Raslan.

"Tras el ofrecimiento de ayuda financiera de Egipto, Etiopia moderó notoriamente su posición respecto de compartir el río", señaló. "Addis Abeba incluso comenzó a oficiar de mediador entre este país y Sudán con RDC, Kenia y Tanzania".

Pero para Shabaana, Etiopía sólo se aprovecha de la situación. "Cada tantos años, Etiopía y los otros países de la cuenca arman un gran escándalo por las ‘desigualdades’ de los acuerdos", añadió. "Pero sólo es una forma de obligar a Egipto a brindarles mayor asistencia financiera".

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