AMBIENTE: Sociedad civil reclama gobierno global

Los ecos del fracaso de la cumbre de Copenhague sobre cambio climático calientan los debates sobre la reforma de la arquitectura legal internacional. La sociedad civil reclama un nuevo sistema, más ágil, efectivo e influyente.

Vista de Porto Alegre. La arquitectura ambiental también debe dar respuestas al ordenamiento de las ciudades. Crédito: Alejandro Arigón/IPS
Vista de Porto Alegre. La arquitectura ambiental también debe dar respuestas al ordenamiento de las ciudades. Crédito: Alejandro Arigón/IPS
Un grupo consultivo de ministros, formado hace un año para explorar cambios en el sistema multilateral propuso en los encuentros celebrados a fines de febrero en Nusa Dua, centro turístico de la indonesa isla de Bali, una serie de iniciativas para que los países traten de llegar a un acuerdo a mediano plazo.

Algunos gobiernos y organizaciones de la sociedad civil se inclinan por el funcionamiento de varios organismos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) bajo un mismo paraguas, mientras que otros proponen crear nuevas instituciones.

"Necesitamos una gobernanza ambiental fortalecida, con más poder y más presupuesto", señaló a Tierramérica Alida Spadafora, directora ejecutiva de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza de Panamá, al término del Foro de la Sociedad Civil.

"No sabemos si debe ser un organismo o un programa de la ONU, pero debe tener más influencia y financiamiento, porque cada vez es más evidente que no logramos resultados", subrayó.
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El foro social precedió a las reuniones simultáneas extraordinarias de las conferencias de las partes de los convenios de Basilea, Rotterdam y Estocolmo, sobre químicos y manejo de residuos y sustancias peligrosas, y a la XI sesión especial del Consejo de Administración del PNUMA/Foro Ambiental Mundial a Nivel Ministerial, celebradas del 22 al 26 de febrero en Bali.

Para Spadafora, "hay evidencias contundentes de que no estamos logrando revertir los graves problemas ambientales que tenemos, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y tantos otros asuntos en los que estamos perdiendo".

María Ivanova, directora del Proyecto Gobernanza Ambiental Global, describió este concepto como "la inclusión en el diseño y ejecución de políticas a las organizaciones de la sociedad civil".

Ivanova, quien también participó del foro social, sostuvo que pocos asuntos son tan intrínsecamente globales como el ambiente, pero las instituciones creadas "se probaron incapaces de resolver los problemas". De ahí la necesidad de un cambio, apuntó.

Para esta experta de la estadounidense Universidad de Yale, existen dos narrativas en torno a la gobernanza ambiental. Están quienes definen el sistema como exitoso y abierto a organizaciones no gubernamentales, y también quienes creen que es disfuncional, excesivamente fragmentado y que compite por los recursos.

"Tener muchas instituciones no necesariamente es malo, pero cuando no hay cooperación y se compite por los mismos recursos, entonces hay fragmentación… y los problemas ambientales siguen empeorando", alertó.

La necesidad de una reforma "es un asunto en el que coinciden gobiernos tan disímiles como el de Estados Unidos y el de Irán, que expresaron en distintos momentos preocupación por la continua degradación ambiental y coincidieron en que las instituciones multilaterales deben ser mejoradas", remarcó.

Tanto los ministros como la sociedad civil y el propio PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) están de acuerdo en que la comunidad internacional necesita instituciones efectivas, poderosas, con fondos y, sobre todo, coordinadas. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sostuvo en carta enviada a la conferencia que las cuestiones ambientales "no pueden resolverse con instituciones débiles" e instó a ser "creativos y productivos" al analizar alternativas.

Todos coinciden en que los cambios no se decidirán antes de la próxima conferencia de cambio climático, a celebrarse a fines de noviembre en México, pero el proceso sí habrá comenzado de cara a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable de 2012 en Río de Janeiro, conocida ya como Río+20.

"Si los gobiernos quieren hacer reformas y plantear estrategias para un acuerdo exitoso en Río, deben comenzar a dar señales claras desde ahora", declaró a Tierramérica el director ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner.

Un ejemplo de sinergia en busca de mayor eficacia, según Steiner, se manifestó en esta primera reunión simultánea de los convenios de Basilea, Rotterdam y Estocolmo.

Los ejecutivos y expertos de los tres tratados comenzaron a trabajar en forma coordinada y cooperativa para que los instrumentos de regulación que ofrecen a los Estados parte sean más eficaces para evitar que los tóxicos lleguen al organismo humano y a la vida silvestre.

La sociedad civil reclaman esa una nueva arquitectura, sobre todo porque consideran que el mayor empoderamiento se reflejará luego en las políticas de los gobiernos. En muchos países los asuntos ambientales no tienen siquiera ministerio y los recursos destinados son escasos.

El Foro de la Sociedad Civil emitió un documento en el que consideraron "esencial acelerar la implementación de reformas" en la gobernanza ambiental internacional.

Desde su perspectiva, las reformas deberían mejorar la dimensión ambiental de otras instituciones del sistema multilateral, como la Organización Mundial del Comercio, la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible, el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.

* Este artículo fue publicado originalmente el 27 de febrero por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

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