Atención médica vigilada en el sur afgano

El caso de los tres trabajadores humanitarios italianos arrestados este mes en Afganistán es una señal de que la atención médica a las víctimas de la guerra en el sur corre serios riesgos.

Crédito: Emergency
Crédito: Emergency
El cirujano Marco Garatti, el enfermero Matteo Dell'Aira y el técnico en logística Matteo Pagani, de la organización no gubernamental Emergency, con sede en Milán, regresaron a Italia el 21 de este mes luego de pasar una semana detenidos por las autoridades afganas.

Habían sido acusados de participar en un complot para asesinar al gobernador de la conflictiva provincia meridional de Helmand, Gulab Mangal, pero recuperaron su libertad al ser exonerados de los cargos.

Su hospital en la conflictiva provincia de Helmand fue clausurado cuando las fuerzas de seguridad hallaron dentro armas y explosivos. Aún no está claro si el sanatorio será reabierto y si seguirá siendo administrado por la organización benéfica.

La acusación contra los italianos sonaba desde un principio descabellada.
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Emergency señaló que las bombas habían sido colocadas en el hospital por desconocidos, y su fundador, Gino Strada, afirmó que la liberación de los tres miembros de la organización había demostrado que se trataba de un plan para desacreditarla.

Al igual que otros grupos benéficos como la Cruz Roja, Emergency atiende a heridos sin importar de qué bando sean, socorriendo incluso a integrantes del movimiento islamista Talibán.

Pero, a diferencia de otras organizaciones, ha lanzado duras críticas al gobierno de Hamid Karzai por el alto número de víctimas civiles en la ofensiva contra los talibanes y ha acusado a la coalición internacional liderada por Estados Unidos de impedir que heridos lleguen al hospital.

"Probablemente sería correcto decir que todo pasó porque contamos lo que estaba sucediendo en la guerra", señaló Dell'Aira en conferencia de prensa el viernes. "Esto molestó a algunas personas porque contamos las historias de todos nuestros heridos, 40 por ciento de los cuales son niños y niñas", añadió.

La libertad de acción que tenía el personal de la organización pudo haber motivado sospechas en ciertos sectores de que el hospital era utilizado como refugio por insurgentes.

Además, el hecho de que Emergency haya actuado en dos ocasiones como mediador para el gobierno italiano en negociaciones por la liberación de periodistas también sugiere que tenía alguna forma de contacto con grupos insurgentes, despertando aun más desconfianzas.

Los miembros de "Emergency están en el radar porque se han mostrado problemáticos, criticando a las autoridades afganas y a la alianza internacional", dijo a IPS el analista Luca La Bella, experto en Asia para el Centro de Estudios internacionales, con sede en Roma.

"Eso no es sabio. Convertirse en enemigo del gobierno es algo que tarde o temprano pone en peligro tus operaciones", sostuvo.

Sin embargo, el caso probablemente habla más del estado de situación en Afganistán que de las relaciones de una organización no gubernamental con las autoridades, especialmente considerando que sus operaciones en el resto del país parecen no estar bajo amenaza.

El episodio se produjo en el marco de crecientes roces entre Karzai y sus aliados internacionales.

El mandatario acusó a Occidente, entre otras cosas, de haber orquestado a través de sus diplomáticos la notoria debacle electoral del año pasado.

Una comisión independiente liderada por representantes internacionales rechazó por ilegítimos un tercio de los votos que habría recibido Karzai en los comicios, dejándolo políticamente mal parado.

En medio de una crisis sobre el nombramiento de los integrantes de esa comisión, Karzai había aprobado un decreto por el cual se atribuía el poder de elegir a los cinco miembros, lo que enfureció a los donantes. Más tarde se alcanzó un acuerdo por el cual se incluyeron a dos extranjeros con poder de veto.

La Bella cree que el caso con Emergency es fruto del deseo de Karzai de demostrar que no es una marioneta en manos de los donantes internacionales y proyectarse como un verdadero líder nacional en el marco de sus intentos de lograr la paz con los insurgentes.

"Luego de haber sido obligado a retractarse en el tema de las designaciones para la Comisión de Reclamos Electorales, Karzai tuvo que responder y lo hizo con Emergency", sostuvo La Bella.

"Hace esto porque necesita consolidarse entre los afganos —que están muy orgullosos de su independencia— como líder capaz de defender la soberanía nacional frente a las potencias y encontrar la reconciliación con los insurgentes. Sabe que no puede tener las dos cosas (legitimidad a nivel nacional y a nivel internacional)", añadió.

"Desea acercarse a los insurgentes, mientras que Estados Unidos quiere luchar para debilitarlos (antes de dialogar), controlando el sur y demostrando que el Talibán puede ser derrotado. Karzai preferiría iniciar ahora un proceso de reconciliación", sostuvo.

Algunos expertos también ven el hecho de que los militares británicos ayudaron a los afganos a sellar el hospital de Emergency como una señal de que no todo está bien incluso dentro mismo de la alianza internacional.

"Uno de mis investigadores de campo, recién llegado de Helmand, dijo que muchas personas con las que habló opinaban que el incidente era resultado de una disputa dentro de la comunidad internacional, entre las fuerzas italianas y británicas en este caso", dijo a IPS Idrees Zaman, del centro de estudios afgano Cooperación para la Paz y la Unidad.

"En el sur de Afganistán, particularmente en Helmand, la falta de cooperación y las rivalidades internas entre las fuerzas de la coalición es un gran tema en estos días", señaló.

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