Dilema mexicano: vehículo particular o transporte colectivo

La mayor integración del transporte público de pasajeros es uno de los grandes retos para el próximo gobierno de la capital de México, una de las urbes con más tráfico del mundo, si quiere garantizar el derecho a la movilidad humana.

Las autoridades del Distrito Federal, asiento de esta megalópolis latinoamericana, han invertido multimillonarias cantidades en el transporte colectivo, pero han fracasado en que los diferentes sistemas existentes convivan multimodalmente.

«Parte de la integración tiene que ver con lo físico, que sea mucho más fácil moverse de un sistema a otro, explicó Bernardo Baranda, director para América Latina del estadounidense Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés).

«También tiene que ver con el diseño de estaciones, que lo multimodal esté mejor integrado», dijo a IPS el experto, cuya oficina tiene sede en México.

El no gubernamental ITDP promueve alternativas de transporte colectivo frente a la movilización en vehículos particulares y asesora a Ciudad de México en esta área.
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En la zona metropolitana del valle que concentra el distrito de la capital del país y varios municipios del estado de México que lo circundan, se producen diariamente 49 millones de desplazamientos, 53 por ciento de los cuales se efectúa en transporte público y 17 por ciento en vehículos privados, según el Centro de Transporte Sustentable.

El sistema en esa área, habitada por más de 20 millones de personas, se compone de autobuses, microbuses, el Sistema de Transporte Colectivo Metro y el Metrobús, a menudo desconectados entre sí y que movilizan cada día a 14,8 millones de personas.

La jefatura de gobierno del Distrito Federal, en manos del izquierdista Partido de la Revolución Democrática desde 1997, pasará el 5 de diciembre de Marcelo Ebrard a su correligionario Miguel Mancera.

El metro (tren subterráneo), con una red de 11 líneas y un recorrido de 201 kilómetros, mueve a cinco millones de usuarios, una cantidad solo superada por los 6,8 millones de pasajeros desplazados en automóviles particulares, según cifras de la distrital Secretaría de Transportes y Vialidad.

El Metrobús, con cuatro rutas por 95 kilómetros, transporta diariamente a unas 800.000 personas.

Entre los mayores factores que contribuyen a la desintegrada expansión del transporte colectivo es la proliferación de asentamientos humanos en las zonas periféricas, indican los especialistas, que presentan a la próxima administración capitalina diferentes formulas para humanizar el sector.

«Una de las preocupaciones mayores es la falta de políticas públicas hacia un desarrollo urbano controlado», señaló a IPS el especialista Daniel Zamudio, de El Poder Ciudadano.

«El que cada vez haya más desarrollo inmobiliario hace que se incrementen los viajes más largos, más inseguros y más costosos», explicó el coordinador de Transporte Público de la organización no gubernamental.

En el Programa Integral de Transporte y Movilidad 2007-2012, el gobierno distrital se comprometió a crear 10 líneas de Metrobús, un sistema prepago de buses de rápido tránsito (BRT por sus siglas en inglés) con carriles exclusivos y unidades articuladas.

Pero solo se tendieron cuatro de esas rutas y las autoridades prefirieron construir la línea 12 del metro, de 24 kilómetros, que a un costo de 2.000 millones de dólares enlaza las zonas occidental y oriental de Ciudad de México y que está por inaugurarse.

Además, Ebrard optó por edificar nuevos tramos viales elevados, que incentivan el uso de los automóviles, de acuerdo a los críticos de la iniciativa.

En total, la inversión pública y privada en infraestructura de transporte suma 4.700 millones de dólares en el sexenio del gobierno que finaliza.

Pero aún así, parte de los planes contemplados en el programa 2007-2012 quedan pendientes para que los acometa Mancera.

«Hay que pedirle al gobierno entrante que sea más agresivo en ampliar el Metrobús, que mejore las operaciones actuales. La prioridad debe ser un transporte público de calidad. Hay que empezar a hacer obra en áreas más desfavorecidas, como en el oriente (de la ciudad)», formuló Baranda.

El ITDP presentó este martes 23 el plan «Perspectivas de crecimiento de la red de Metrobús y transporte integrado del Distrito Federal a 2018», en que proyecta un crecimiento anual de entre 25 y 30 kilómetros de ese sistema, para sumar 10 líneas en 2018, cuando beneficiaría a dos millones de personas.

El informe estima una inversión anual de unos 117 millones de dólares para esas obras. En 2013 se podría construir un tendido que enlace el oriente y el sur capitalinos, en un proyecto que el gobierno distrital ya tiene estructurado.

Con las nuevas 10 rutas, se ahorraría diariamente 290.000 horas diarias en traslados, se evitarían 11.000 toneladas de dióxido de carbono, uno de los gases responsables del recalentamiento del planeta, y bajarían los accidentes viales en 30 por ciento.

«Es necesario crear líneas alternativas que alimenten al Metrobús, para que la gente pueda saltar al transporte público masivo. Además, hay que restructurar las paradas de autobuses y las estaciones del metro», para que sean accesibles y fomenten el derecho a la movilidad, propuso Zamudio.

Desde el 17 de este mes, los usuarios pueden adquirir la Tarjeta del Distrito Federal, con la cual pueden abordar indistintamente el metro y el Metrobús. A futuro, también se podrá pagar con ella el servicio de buses colectivos, taxis y parquímetros, así como rentar bicicletas.

Mancera ya tiene en sus manos los «Acuerdos para la Movilidad», elaborados la plataforma «Ciudadanos con visión», integrada por seis organizaciones civiles, que sugiere expandir, modernizar e integrar una red de transporte público de calidad.

También plantea la necesidad de consolidar un marco institucional y legal para un mejor transporte público.

En términos de movilidad, la plataforma recomienda articular las políticas de desarrollo urbano y movilidad, consolidar una ciudad compacta y ordenada e implantar una inversión pública metropolitana eficiente y sustentable.

Las medidas formuladas por el ITDP mejorarían el espacio público y la seguridad del usuario, reducirían tiempos de traslado, ampliarían la cobertura de la red del transporte masivo, descongestionarían corredores saturados y mejorarían la conectividad de la red.

«Los problemas de movilidad se solucionan priorizando el transporte público. Tener un buen sistema de transporte satisface las necesidades de la gente», resaltó Baranda.

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