Retos y soluciones en transporte unen a urbes latinoamericanas

Enrique Peñalosa, exalcalde de Bogotá (der.), entregó el Premio al Transporte Sustentable logrado por Ciudad de México a sus secretarios Tania Müller (izq), de Medio Ambiente, y Rufino León, de Transportes y Vialidad. Crédito: Cortesía de Bernardo Baranda
Enrique Peñalosa, exalcalde de Bogotá (der.), entregó el Premio al Transporte Sustentable logrado por Ciudad de México a sus secretarios Tania Müller (izq), de Medio Ambiente, y Rufino León, de Transportes y Vialidad. Crédito: Cortesía de Bernardo Baranda

La cooperación es un área que las grandes ciudades latinoamericanas deberían aprovechar mejor, para afrontar desafíos compartidos en materia de transporte, como el de su sostenibilidad y un desarrollo urbano más humano, sostienen especialistas.

«Los retos de las ciudades son similares. Se privilegió el uso del automóvil, conforme crecieron con deficiencias en su planificación, y ahora tienen que priorizar el espacio público», dijo a IPS el especialista Bernardo Baranda, director para América Latina del estadounidense Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés).

«La cooperación es muy interesante, porque se puede aprender mucho de lo que se hace en otras ciudades. Ahora se retoman proyectos de priorizar el transporte público, darle una mejor calidad y alternativas al usuario para que no use el automóvil», planteó.

El ITDP y otras ocho organizaciones internacionales entregaron el martes 15 en Washington el Premio al Transporte Sostenible 2013 al Distrito Federal, asiento de la capital mexicana, que fue recibido por sus responsables de las áreas de Transportes y Vialidad y de Medio Ambiente, Rufino León y Tania Müller, respectivamente.

En el Distrito Federal viven nueve millones de personas, aunque sumada su área metropolitana, que se desparrama por el circundante estado de México, la población asciende a 20,4 millones de personas, constituyéndose así en la tercera mayor megalópolis del mundo, por detrás de Tokio y Delhi, según la Organización de las Naciones Unidas.
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Las otras cuatro finalistas fueron las ciudades de Rosario (Argentina), Río de Janeiro (Brasil), Bremen (Alemania) y Kiev (Ucrania) entre nueve candidatas de ocho países.

El ITDP y el no gubernamental Centro de Transporte Sustentable- Embarq postularon a Ciudad de México en agosto, por añadir una ruta más al sistema Metrobús, una línea del Sistema de Transporte Colectivo Metro (tren subterráneo), extender el programa público de renta de bicicletas Ecobici e instalar parquímetros en algunos barrios.

La distinción fue compartida en la edición de 2012 por las ciudades de San Francisco (Estados Unidos) y Medellín (Colombia), mientras que en 2011 recayó en Guangzhou (China) y en 2010 en Ahmedabad (India).

El consultor Roberto Remes planteó a IPS que el premio al transporte sustentable resulta una oportunidad específica para que las urbes latinoamericanas, postuladas o no, se acerquen para compartir experiencias y posibles soluciones.

«Las buenas prácticas son un incentivo, pero hay que entender que hay un cabildeo de proveedores de tecnología que no necesariamente se alinean con las buenas prácticas. Es un defecto que los gobiernos busquen dónde aplicar esa tecnología en vez de ver cómo resuelven un problema específico», analizó.

«Faltaría que los gobiernos actuaran con base en el estado del arte y las buenas prácticas», refirió el especialista.

En abril de 2012 inició operaciones la Línea 4 del Metrobús, un modelo de tránsito rápido por carril dedicado (BRT por sus siglas inglesas) que consta en ese tendido de 28 kilómetros, en la capital mexicana, mientras que la Línea 12 del metro, de 24 kilómetros, arrancó en octubre de 2012.

Además, Ecobici, un sistema lanzado en 2010 por el gobierno metropolitano, suma casi 50.000 usuarios que han efectuado cerca de cinco millones de recorridos. El esquema cuenta ya con 264 cicloestaciones y 3.670 bicicletas en el centro y el oeste de la capital.

Finalmente, el proyecto de parquímetros Ecoparq funciona desde enero de 2012 en dos barrios del oeste de la ciudad y está por expandirse a otras zonas.

Estas medidas, aplicadas por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática que gobierna el Distrito Federal desde 1997, buscan reducir el uso del automóvil privado, que alimenta un transporte urbano caótico, y así obtener beneficios ambientales, como la reducción de la contaminación.

En la zona metropolitana del valle que concentra el Distrito Federal y varios municipios del colindante estado de México, se producen diariamente 49 millones de desplazamientos, 53 por ciento de los cuales se efectúa en transporte público y 17 por ciento en vehículos privados, según el Centro de Transporte Sustentable-Embarq.

La puesta en uso de sistemas tipo BRT ha crecido notablemente en la última década en metrópolis de la región, al grado de que existen en al menos 17 urbes, y lo mismo ha sucedido con los programas públicos de préstamo de bicicletas.

El premio es «un reconocimiento y un llamado a la continuidad, para hacerlo mucho más agresivo en los próximos años, darle a la ciudadanía mejores opciones de transporte», planteó Baranda.

«Todavía tenemos mucho que hacer en la integración de modos de transporte, para que al usuario le sea más fácil moverse de un modo a otro», añadió el director regional del ITDP, que negocia actualmente un convenio de colaboración con la administración capitalina.

En 2009, el especialista Carlos Pardo elaboró el reporte «Los cambios en los sistemas integrados de transporte masivo en las principales ciudades de América Latina», para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Allí se identifican entre los retos de las urbes regionales en el sector, la integración y coherencia con otros modos de transporte público, con el transporte no motorizado, con la política urbana y las inversiones públicas y privadas en transporte público y las prioridades respectivas.

Además, se cita el ajuste de los tiempos entre los de ejecución y los de tipo político, así como la elaboración de estudios de factibilidad y análisis de alternativas, para la realización de proyectos exitosos en el mediano y largo plazo.

En 2012 Río de Janeiro, que con 11,8 millones de habitantes es la segunda ciudad más poblada de Brasil después de São Paulo, abrió su primer corredor para buses rápidos, llamado Transoeste. Además, expandió el programa de bicicletas compartidas lanzado en 2011 y emprendió un proyecto para el mejoramiento del espacio público.

La argentina ciudad de Rosario, con casi 1,2 millones de habitantes, se concentró en mejorar el transporte, las bicicletas y el espacio público.

En octubre, el ITDP propuso el plan «Perspectivas de crecimiento de la red de Metrobús y transporte integrado del Distrito Federal a 2018», que presenta un crecimiento anual de entre 25 y 30 kilómetros de ese sistema, para sumar 10 líneas en 2018, cuando pasaría a beneficiar a dos millones de personas.

Para este año, el gobierno de Ciudad de México planea alargar el Metrobús y el programa Ecobici, de modo que se fortalezca la integración multimodal.

«Se tiene que saltar hacia un sistema integrado de transporte. No importa tanto el modo o la ruta, sino que el usuario esté cobijado por un sistema que tenga transbordos, con tarifas preferentes. La conectividad de todos los sistemas es muy importante», previó el consultor Remes.

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