Temor, tiroteos y saqueos en capital de República Centroafricana

La inseguridad aún reina en la República Centroafricana pese a que Michel Djotodia, líder de la alianza rebelde Séléka y autoproclamado presidente del país, prometió crear una «brigada roja» para frenar los saqueos y la violencia.

El presidente François Bozizé (de traje) fue derrocado el domingo 24 por un golpe de Estado. Crédito: Kayikwamba/CC by 2.0
El presidente François Bozizé (de traje) fue derrocado el domingo 24 por un golpe de Estado. Crédito: Kayikwamba/CC by 2.0
"No estamos seguros, aun cuando los rebeldes impusieron un toque de queda en Bangui. Hay tiroteos por todos lados, lo que nos asusta a nosotros y a nuestros hijos", señaló Bibi Mengbi, una residente de la capital centroafricana, en diálogo con IPS.

En Bangui, los cortes de agua y electricidad son frecuentes desde el domingo 24, cuando los rebeldes tomaron el poder.

"Hay menos jóvenes armados disparando al aire y saqueando, pero la tensión sigue siendo alta. (El expresidente François) Bozizé distribuía armas entre grupos de jóvenes", dijo por su parte a IPS el periodista John Mourassen, también de la capital.

Djotodia declaró nula la Constitución y disolvió el parlamento el domingo.
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La Unión Africana condenó el golpe de Estado y suspendió a la República Centroafricana de la organización regional, emitiendo además una prohibición de viajes a ese país y congelando las cuentas bancarias de siete líderes de Séléka, incluyendo al autoproclamado presidente.

El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas también condenó la suspensión de las instituciones centroafricanas e hizo un llamado a que regresara el orden constitucional.

En su primera declaración oficial, el lunes 25 en Bangui, Djotodia prometió que respetaría el Acuerdo de Libreville, pacto de paz firmado en enero los rebeldes y el gobierno de Bozizé.

Séléka, coalición de grupos insurgentes, lanzó en diciembre su ofensiva contra Bozizé.

Djotodia se comprometió además a mantener en el gabinete a Nicolas Tchangaye, primer ministro del gobierno de unidad creado tras el pacto de enero. El nuevo presidente también dijo que habrá elecciones en menos de tres años.

El Acuerdo de Libreville establecía la celebración de elecciones parlamentarias en 2014 y presidenciales en 2016, al término del segundo periodo de gobierno de Bozizé.

El pacto también estipula que los actuales líderes del gobierno de transición –el presidente y los ministros- no pueden postularse a la reelección. Ahora surgen dudas de si los rebeldes respetarán esta cláusula.

Según Jean Kinga, abogado en Brazzaville, el autoproclamado presidente de la República Centroafricana probablemente violará las disposiciones legales.

"Suspendió todas las instituciones legislativas y judiciales, así que tiene libertad para hacer lo que le plazca. Puede tomar represalias contra miembros del antiguo régimen", dijo a IPS.

Pero, para ganarse la confianza del pueblo, Djotodia necesita unir a todas las partes, "particularmente al sector de Bozizé y a la oposición política", sostuvo Mourassen.

El fin de semana, los rebeldes tomaron control de la capital, frente a la inacción de la Fuerza Multinacional de África Central (FOMAC, por su acrónimo en francés).

La FOMAC, comandada por el general congoleño Guy Pierre García, no participó de ningún combate durante la toma de Bangui.

De hecho, la fuerza multinacional habría sido atacada por el propio ejército centroafricano, leal a Bozizé, quien huyó de la capital y se refugió en Camerún. Su familia se encontraría en la República Democrática del Congo.

Las relaciones entre Bozizé y el presidente de la Comunidad Económica de los Estados de África Central, el mandatario chadiano Idriss Deby, se enfriaron desde mayo de 2012. El entonces jefe de Estado centroafricano rechazó el consejo de Deby de promover el diálogo con sus opositores.

Quinientos uniformados chadianos que apoyaban al gobierno Bozizé se retiraron de la República Centroafricana en octubre de 2012 luego de que el mandatario los acusó de cometer atrocidades.

Bozizé fue abandonado también por otros gobiernos de África central, y optó por pedir la protección militar de Sudáfrica.

Las fuerzas de Pretoria desplegadas en la República Centroafricana para proteger al gobierno Bozizé perdieron a por lo menos a 13 uniformados en combates con los rebeldes.

Djotodia acusó a Bozizé de volverse cada vez más autoritario, y de renegar del Acuerdo de Libreville, patrocinado por el presidente de la República del Congo, Denis Sassou Nguesso, mediador en la crisis.

Jonas Mokpendiali, residente de Bangui desde 2003, dijo estar preocupado por el futuro de su país. "Nada parece cambiar. (Jean- Bédel) Bokassa fue derrocado, Andre Koligba fue derrocado, (Ange- Félix) Patassé fue derrocado y ahora es el turno de Bozizé, quien pensó que era el amo de Bangui con su brutal dictadura", dijo a IPS.

Gabriel Mialoundama, sociólogo de la Universidad de Brazzaville, sostuvo que los últimos acontecimientos en Bangui eran parte de una larga crisis política.

"Desde que llegó al poder, François Bozizé no unió a la población. Su estrategia fue excluir a sus oponentes, particularmente al presidente Ange-Félix Patassé", quien falleció en 2011, dijo a IPS.

"Si Djotodia trabaja duro para traer una nueva Constitución y poner en orden la casa de la República Centroafricana organizando elecciones en las que no sea candidato, entonces le habrá hecho un gran servicio al país", añadió con optimismo.

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