Kerry viajó a Medio Oriente por cumplido, según analistas

El Secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos, John Kerry, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en Jerusalén, el 9 de abril de 2013. Crédito: Departamento de Estado de Estados Unidos
El Secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos, John Kerry, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en Jerusalén, el 9 de abril de 2013. Crédito: Departamento de Estado de Estados Unidos

A pesar de las reiteradas promesas sobre su determinación y entusiasmo por resolver el estancado conflicto palestino-israelí, el último viaje del secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos, John Kerry, a Medio Oriente generó más escepticismo que esperanza entre especialistas de Washington.

De visita en Tel Aviv el 9 de este mes, Kerry calificó su conversaciones con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y con el presidente palestino Mahmoud Abbas de "muy constructivas", pero no pudo probar su esfuerzo.

Kerry celebró el compromiso de Netanyahu de promover la economía de Cisjordania, pero los esfuerzos parecen tenues tras la renuncia del primer ministro palestino Salam Fayyad.

"El crecimiento ayudará a ofrecer un ambiente en el que la gente tenga mayor confianza en los logros", declaró Kerry en Tel Aviv.

"Pero lo que quiero remarcar, y lo hago de forma contundente, es que esto no reemplaza ni es una alternativa a la vía política. No es un substituto. La opción política sigue siendo la principal. Pero esto se suma para que podamos facilitar esa opción, y creo que comenzará a arraigarse pronto", añadió.
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Especialistas en el conflicto palestino-israelí no comparten la visión positiva de Kerry, pues aún tienen muy presentes anteriores fracasos con medidas para generar confianza. A los expertos les preocupa la eficacia que puedan tener iniciativas económicas sin avances políticos.

El embajador Philip Wilcox, ex cónsul general de Estados Unidos en Jerusalén y actual presidente de la Fundación para la Paz en Medio Oriente, dijo a IPS que medidas económicas como a las que Kerry dedicó la mayor parte del tiempo que estuvo en la región no van a permitir reanudar las negociaciones.

"Pequeñas medidas como eliminar puestos de control o permitir un tránsito y un comercio más libre serán bienvenidas, pero no alterarán la actitud palestina", indicó Wilcox.

"No a menos que haya un freno a la construcción de asentamientos judíos, acompañado de las garantías de Israel de que esa es su política", apuntó.

John Mearsheimer, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Chicago y autor del libro "El lobby de Israel y la Política Exterior de Estados Unidos", cree que tanto Kerry, quien presidió durante cuatro años la Comisión del Senado sobre Relaciones Exteriores, como el presidente Barack Obama saben que no hay esperanza para una solución negociada con el actual gobierno israelí.

"Es difícil creer que tanto Kerry como Obama consideren que hay una posibilidad de alcanzar una solución de dos estados", dijo Mearsheimer a IPS. "Seguramente saben que Netanyahu se inclina por crear un Gran Israel y difícilmente haya algo que Estados Unidos pueda hacer para detenerlo", añadió.

"Eso me hace pensar que Kerry cumplió con su último viaje a Medio Oriente para poder ser rechazado y luego usarlo de excusa para relegar el conflicto palestino-israelí y concentrarse en Asia", opinó.

Obama soportó fuertes críticas por su gestión de este conflicto en su primer mandato (2009-2013). A menudo fue criticado por la oposición por no apoyar lo suficiente a Israel, y ahora por no prestarle la debida atención.

La primera visita de su segundo mandato a Israel apuntó a apaciguar las críticas. Kerry también viajó a la región antes y después que Obama.

Pero Yusef Munayyer, director ejecutivo del Centro Palestino en Washington, está convencido de que el mandatario estadounidense no tiene previsto gastar energía ni capital político en este asunto.

"El gobierno de Obama, básicamente, abandonó (la posibilidad de lograr) la paz entre Israel y los palestinos", dijo a IPS.

"En el primer mandato, trataron de involucrarse muy suavemente y, al igual que otras administraciones anteriores, no pudieron hacerlo de manera equitativa. Está claro que Obama renunció a este asunto. Insume demasiado capital político interno y, con otros temas en materia de política exterior, Palestina fue relegada", añadió.

Wilcox cree que todo el movimiento apunta más a atender los ataques políticos que a revitalizar el proceso de paz. De hecho, sin logros políticos genuinos, hasta las mejoras económicas pueden resultar esquivas.

"El gobierno de Obama se siente vulnerable a las críticas de que se rindió y tiene que parecer activo y manejando un conflicto que no está listo para una solución", indicó Wilcox.

"Pero aun el logro de medidas económicas efectivas no es fácil. Ante la falta de confianza de los inversores en que haya paz, no habrá muchas inversiones para la economía palestina", alertó.

La idea de Munayyer de que "Netanyahu está muy feliz" con el estancamiento actual del conflicto fue reafirmada por un alto funcionario israelí, quien dijo al periódico Haaretz que, pese a las solicitudes de Kerry, "Israel se opone a que el tema de las fronteras y de la seguridad estén en la etapa preliminar de las negociaciones".

"Y se lo dijimos a Kerry. Hay un consenso total al respecto entre todos los ministros vinculados al tema de los palestinos", señaló.

Teniendo en cuenta la renuncia de Fayyad a los pocos días de la visita de Kerry y las conversaciones económicas, declaraciones como esas dejan serias dudas sobre la calificación positiva que hizo el secretario de Estado de su viaje.

Incluso el supuesto acercamiento que el presidente Obama promovió entre Israel y Turquía, poniendo fin a casi tres años de interrupción de las relaciones diplomáticas, genera escepticismo.

Wilcox no cree que el presunto acercamiento se consolide. El primer ministro turco Recep Tayyip "Erdogan irá a Gaza, y no hay un cambio significativo en el régimen (israelí) de bloqueo allí", apuntó.

Turquía también se negó a participar en un Grupo de Diálogo del Mediterráneo, de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, debido a que también lo integra Israel.

También lanzó una dura advertencia al Estado judío de no dar largas a las negociaciones sobre la indemnización a las familias de las víctimas turcas del barco Mavi Marmara (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=95551).

El gobierno de Netanyahu no respondió a Ankara, pese a las críticas del excanciller Avigdor Lieberman, aliado del primer ministro israelí, de que pedir disculpas a Turquía era un error.

Eso muestra que Israel está dispuesto a tratar de adaptarse al deseo de Estados Unidos para intentar relanzar las conversaciones con los palestinos y arreglar la relación con Turquía, al menos por el momento. Pero la distención de las relaciones sigue siendo un camino escabroso.

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