Zimbabwe come gracias a los pequeños agricultores

Los pequeños productores maiceros de Zimbabwe abastecen las reservas nacionales. Crédito: Misheck Rusere/IPS.

Moses Chiengerere es uno de los cientos de miles de productores de maíz de pequeña escala que abastecen del grano a Zimbabwe. “Alrededor de 24 sacos (dos toneladas) van para el estatal Consejo para la Comercialización de Cereales, que me permite obtener dinero en efectivo de inmediato”, explicó.

“Los precios son bajos, pero a cambio de venderle al Consejo uno recibirá un trato preferencial en caso de sequía”, indicó Chiengerere a IPS, atribuyendo su exitosa cosecha al uso de estiércol vacuno como fertilizante.

Sobre los agricultores de parcelas pequeñas, que antes contribuían anualmente con poco menos de la mitad de los 1,8 millones de toneladas de grano a la reserva nacional del Consejo para la Comercialización de Cereales, recae ahora la responsabilidad de abastecerlo casi por completo.

Esto se debe a que los agricultores comerciales de Zimbabwe, la mayoría de los cuales son beneficiarios del controvertido y violento programa de reforma agraria de 2000, producen muy por debajo de las expectativas, pese a ocupar las tierras más productivas.

En el marco de ese programa, más de 300.000 personas ocuparon por la fuerza tierras que antes poseían y ocupaban unos 4.000 agricultores comerciales blancos. También les concedieron títulos de propiedad sobre esos predios.

Pero según un informe divulgado en julio por la Agencia Nacional de Estadísticas de Zimbabwe, titulado “Encuesta nacional de pobreza, ingresos, consumo y gasto”, el año pasado los agricultores comerciales contribuyeron con un escaso 15,6 por ciento a la reserva nacional.

[related_articles]En 1994, los agricultores comerciales, que laboran terrenos de entre seis y 20 hectáreas, contribuyeron con 2,1 millones de toneladas de maíz a la reserva nacional.

Aunque no hay cifras oficiales sobre la cantidad de pequeños productores maiceros en el país, la Unión de Agricultores de Zimbabwe estima que seis millones de minifundistas cultivan en seis hectáreas o menos. Aparte del maíz, también producen sorgo y mijo.

Los expertos ofrecen varios motivos para el aumento del aporte que los pequeños agricultores hacen a las reservas de granos del país.

Según el experto agrícola y director ejecutivo del Instituto Africano de Estudios Agrarios, Sam Moyo, es consecuencia directa de la comercialización de la producción de granos por parte de pequeños agricultores que antes solo se dedicaban a los cultivos de subsistencia.

Esto hizo que agricultores comerciales se concentraran en otros cultivos con mejores retornos, dijo a IPS.

“Con nuevas políticas que alientan la tecnología, los servicios de extensión, nuevas semillas y fertilizantes para los pequeños agricultores, su producción empezó a crecer”, señaló.

“Como también comen lo que cultivan, tienen un gran incentivo para cultivar. Ahora compiten muy bien con los agricultores comerciales”, dijo Moyo, agregando que los pequeños productores ocupan entre 65 y 70 por ciento de las tierras agrícolas del país.

Ted Mandizha, de la provincia de Mashonaland Occidental, es uno de quienes cultivan maíz para consumo de su familia (1,5 toneladas, según dijo a IPS), y luego vende el excedente (dos toneladas) al Consejo de Mercadeo de Granos.

Pese a que la temporada de lluvias es cada vez más corta, Mandizha puede producir un cultivo abundante. Él cree que el uso de semillas diseñadas para zafras breves es una ventaja.

“Es asunto de usar una variedad de semilla de temporada corta, y también resistente a las sequías. Todo esto contribuye con un mejor rendimiento en estos tiempos de cambio climático”, dijo Mandizha, quien cultiva desde hace más de 20 años.

Sembrar al comienzo de la temporada también marca una diferencia, señaló.

“Uno de los trucos para asegurarse un mejor rendimiento es plantar antes. Eso es lo que yo hago, para que cuando lleguen las lluvias el cultivo ya esté avanzado, y a veces use la humedad subterránea para madurar. Es diferente de los días en que teníamos temporadas lluviosas más prolongadas”, dijo.

Pero aunque pequeños agricultores como Mandizha reciben apoyo y subsidios, Moyo destacó que las políticas del gobierno no apoyan a los cultivadores comerciales ni los ayudan a adaptarse a las cambiantes tendencias agrícolas.

Moyo dio el ejemplo de Zambia, donde 50 kilogramos de fertilizante que normalmente costarían unos 40 dólares se venden a un precio subsidiado de unos 10 dólares.

Sin embargo, en Zimbabwe, el mismo volumen de fertilizante se vende a un precio de mercado de entre 35 y 50 dólares. Moyo dijo que estos altos precios vuelven inviable la producción de granos, de ahí que los agricultores comerciales se pasen a otros cultivos, como el tabaco y las hortalizas.

El director de la Unión de Agricultores de Zimbabwe, Paul Zakaria, dijo a IPS que la brecha entre la producción comercial y la comunitaria se debe a la incapacidad de los cultivadores comerciales de producir a gran escala sin recursos adecuados.

“Si uno quiere irrigar, tiene que tener una bomba que funcione, electricidad, ya sea a diésel o hidroelectricidad, y tiene que tener la capacidad financiera para hacer eso. Todos sabemos que la mayoría de las personas que se reasentaron en granjas comerciales” no tienen estos recursos, dijo Zakaria.

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