Humo asesino acecha en las islas del Pacífico

Los cigarrillos son populares entre los productos que ofrecen vendedores de mercaderías importadas en Port Moresby, Papúa Nueva Guinea. Catherine Wilson/IPS.

Gobiernos de las islas del Pacífico occidental, donde se cree que vive un tercio de los fumadores del mundo, iniciaron una larga batalla contra la creciente cantidad de enfermedades no transmisibles, responsables de 75 por ciento de las muertes en la región.


Kiribati y las islas Marshall tienen la mayor prevalencia de diabetes del mundo, con 25,7 por ciento y 22,2 por ciento respectivamente. Fiyi, en tanto, soporta la mayor carga de muertes causadas por enfermedades no transmisibles en la región: 501 por cada 100.000 habitantes.

Los principales factores incluyen un fuerte consumo de tabaco y alcohol, sedentarismo y mala alimentación. Todo esto se ve exacerbado por la rápida urbanización y por un consumismo en expansión.

En 2011, dirigentes de las islas del Pacífico declararon que las enfermedades no transmisibles son el eje de un problema con impactos a largo plazo, entre ellos productividad económica, pérdida de ingresos en los hogares e insostenibles costos en materia de salud.

La limitada capacidad de los servicios sanitarios para afrontar las crecientes demandas de servicios preocupa cada vez más. Los gobiernos ya cubren la mayor parte del gasto nacional en salud, con hasta 90 por ciento del total en Vanuatu y 87 por ciento en Samoa, y son pocas las posibilidades de aumentar los presupuestos.

“No creo que ningún país pueda afrontar la carga que implican las enfermedades no transmisibles, ni siquiera los países de altos ingresos”, dijo a IPS la médica Wendy Snowdon, del Centro de Investigaciones del Pacífico para la Prevención de la Obesidad y las Enfermedades No Transmisibles en la Escuela de Medicina de Fiyi.

“Su tratamiento es costoso y, mientras los países de la región incrementan sus inversiones para afrontarlas, la única solución viable es el impulso efectivo de la prevención, lo que podría reducir la carga”, sostuvo.

Desafiar hábitos arraigados y controlar el acceso al tabaco son imperativos para reducir la prevalencia de la hipertensión, la diabetes y el cáncer, así como para abordar las enfermedades cardiovasculares, que son las que causan más muertes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) cita al tabaco como el segundo mayor factor de riesgo de muertes relacionadas con enfermedades no transmisibles, 80 por ciento de las cuales se producen en países de ingresos bajos y medios.

[related_articles]La prevalencia del tabaquismo en los hombres va de 74 por ciento en Kiribati y 60 por ciento en Papúa Nueva Guinea hasta 55 por ciento en Tuvalu y 47 por ciento en las islas Cook. Entre las mujeres, aunque el hábito va en aumento, la prevalencia es menor, de 43 por ciento en Kiribati, 41 por ciento en las islas Cook y 27 por ciento en Papúa Nueva Guinea.

Stephanie Erick, de Tala Pasifika, un servicio cardiaco de Nueva Zelanda que busca empoderar a los pueblos del Pacífico en materia de control del tabaco, dijo a IPS: “La práctica de fumar se ha insertado con los años en las prácticas culturales (del Pacífico), por ejemplo con la costumbre de beber kava”.

“Desde el punto de vista social, se ha vuelto parte del dar regalos (de paquetes de cigarrillos libres de impuestos) por parte de turistas extranjeros que llegan a países de las islas del Pacífico”, añadió.

Un informe divulgado el año pasado por la fundación estadounidense Legacy y la Asociación del Pacífico para las Islas Sin Tabaco puso de relieve que la dependencia empieza a una edad muy temprana.

Veinticinco por ciento de los estudiantes de secundaria en las islas Marianas del Norte son fumadores. En las islas Marshall, casi 90 por ciento de los tabaquistas se inician en la adolescencia, y dos tercios son consumidores diarios cuando llegan a los 18 años.

Las repercusiones socioeconómicas para esta generación, a medida que envejezca, serán serias en una región que se esfuerza por cumplir con los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio con resultados no del todo exitosos.

La conexión entre enfermedades no transmisibles y discapacidad, como parálisis causadas por accidentes cerebrovasculares, amputaciones y ceguera, ya está cobrándose víctimas. En Fiyi, la diabetes es la principal causa de amputaciones y la segunda de ceguera en la adultez.

Un informe de la australiana Universidad de Sydney culpa al tabaquismo por la carga de cáncer de pulmón en entre 39 y 47 por ciento de los hombres de las islas del Pacífico, y pronostica que esto aumentará a entre 70 y 84 por ciento en las próximas dos décadas.

Los líderes de las islas del Pacífico, conscientes de las implicaciones para el futuro de la región, desarrollaron estrategias de respuesta a la crisis durante el Foro de Enfermedades No Transmisibles de 2012, que se centró en el control del tabaco y en crear capacidad en los servicios de atención primaria a la salud.

Su objetivo es lograr una reducción de 25 por ciento en las muertes relacionadas con  males no transmisibles en personas de entre 30 y 70 años para 2025.

Sin embargo, su implementación conlleva desafíos significativos. Muchos proveedores de servicios de salud están limitados por sus escasos recursos y bajo financiamiento.

Los ministerios de Salud promueven la prevención a través de enfoques de “la sociedad en su totalidad” y “el gobierno en su totalidad”, como la manera más probable de revertir el escenario actual.

Un paso crucial fue la ratificación del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco por parte de todos los estados y territorios miembros de las islas del Pacífico. El tratado es apoyado por la estrategia MPOWER, que promueve aumentos en el precio del tabaco y en los impuestos, prohibiciones de la publicidad de cigarrillos, regulación del uso de esta droga en espacios públicos y servicios para dejar de consumirla.

Jeanie McKenzie, asesora sobre enfermedades no transmisibles vinculadas al tabaco y al alcohol en la Secretaría de la Comunidad del Pacífico en Noumea, Nueva Caledonia, dijo a IPS que el Convenio Marco es un importante catalizador para el surgimiento de políticas relacionadas al tabaco en la región.

“La Secretaría viene llevando a cabo talleres sobre tabaco en Vanuatu, las islas Salomón, las islas Cook y Palau, y estos reflejan el hecho de que en estos países existe legislación” al respecto, dijo.

“Los países del Pacífico también están aumentando los impuestos al tabaco, con muchos incrementos de 20 por ciento o más”, agregó.

Este año, la venta de cigarrillos sueltos y el hábito de fumar en espacios públicos pasó a ser ilegal en las islas Salomón. Fiyi también introdujo nuevos requisitos de que las advertencias sanitarias gráficas cubran 60 por ciento de los paquetes de cigarrillos.

Aumentar el precio del tabaco afecta a grupos sociales que no los pueden pagar, “habitualmente jóvenes y mujeres, y actúa como desincentivo”, explicó McKenzie.

“Las leyes que impiden la venta de cajas de cigarrillos y la práctica ilegal de abrir un paquete y vender los cigarrillos por unidad también ayudan a abordar el problema de que los jóvenes puedan acceder” a ellos por un monto menor, planteó.

La OMS sostiene que cada 10 por ciento de aumento en el precio minorista del tabaco se induce a una caída de hasta ocho por ciento en el consumo en países de ingresos bajos y medios.

La nación de Niue, un atolón coralino ubicado al nororiente de Nueva Zelanda con 1.611 habitantes, es un caso de éxito temprano.

En julio anunció que medidas sostenidas de control del tabaco y apoyo a la salud habían obtenido una enorme reducción de la prevalencia del tabaquismo en los hombres, de aproximadamente 58 por ciento en las últimas décadas a 15,8 por ciento, y en las mujeres de 17 por ciento a 7,6 por ciento.

Esto sitúa a ese estado insular muy por delante de su objetivo de lograr que para 2021 fumen 25 por ciento menos de hombres y 13 por ciento menos de mujeres.

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