Conflicto por la tierra en uno de los mayores tugurios de África

Esta zona del asentamiento informal de Kibera fue una de las más afectadas por el enfrentamiento tribal de 2007. Sus habitantes temen que la controversia por la propiedad de la tierra pueda desatar violencia de similares características. Crédito: Miriam Gathigah/IPS.

La controversia sobre la propiedad de la tierra en Kibera, un asentamiento informal de esta capital y uno  de los mayores de su tipo en toda África, podría desembocar en actos de violencia en su población estimada en un millón de personas.


Los nubios que viven allí desde hace más de 100 años quieren que Kibera quede registrada como territorio de su comunidad, pero sus intenciones chocan con las de un sinnúmero de kenianos que se asentaron en la zona en los últimos 60 años.

La comunidad nubia llegó por primera vez a Kenia como soldados sudaneses del ejército británico a fines del siglo XIX, pero no fueron reconocidos como grupo étnico oficial hasta el censo de 2009.

Al no poder volver a su país tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el gobierno colonial instaló a los soldados y sus familias en las afueras del suroeste de Nairobi. La tierra donde fueron reubicados se llamó Kibra, una aldea que creció hasta convertirse en la actual Kibera.

Desde entonces, los nubios reclaman la tenencia de Kibera pero no fueron reconocidos legalmente como sus dueños, y el territorio aún pertenece oficialmente al Estado.

«Mi abuelo, Deyeb Aljab, fue uno de los primeros nubios en instalarse en Kibra”, dijo Hussein Dong ‘, un arrendador de Kibera. “Era dueño de 0,6 hectáreas, pero nunca nos dieron los títulos de propiedad.”

La comunidad nubia está “preocupada por la creciente animosidad hacia nosotros de las otras tribus porque el gobierno tiene planes de otorgarnos los títulos de propiedad sobre 116 hectáreas ”, agregó.

Pero muchos residentes aseguran que no se oponen a que la comunidad nubia posea tierras en Kibera, sino que les preocupan sus propias parcelas.

Gary Otieno, que vive en Makina, uno de los 13 barrios del tugurio, dijo a IPS que los residentes “quieren que el gobierno comparta la tierra de Kibera equitativamente entre todas las tribus que viven aquí.”

«Algunos de los nubios ya vendieron sus viviendas a personas de otras comunidades», según Otieno. “¿Los nuevos dueños vivirán en ‘casuchas flotantes’ una vez que el terreno sobre el que están construidas tenga un título de propiedad que le pertenece a un nubio que ya no está en posesión de la misma?”, cuestionó.

Si bien las cifras oficiales sólo cuentan a 15.000 nubios en Kenia, el consejo de ancianos nubios impugnó esos números. Yusuf Diab, el secretario del organismo, aseguró que en 2009 había al menos 100.000 nubios en este país de África oriental.

[related_articles]Dong ‘ señala que la mayoría de los nubios viven en Kibera, pero otros están desperdigados por todo el país en las principales ciudades.

“Aún estamos creciendo en número. Es lamentable que mientras los británicos ubicaron a los nubios en más de 1.600 hectáreas de tierra, ahora se nos ofrezcan 116 hectáreas”, dijo.

El activista por los derechos humanos Felix Omondi, de la organización Bunge la Wananchi (El parlamento del pueblo) expresa que hay mucho en juego en torno a la propiedad de la tierra en Kibera.

«Es tierra de primera calidad debido a su proximidad a la ciudad de Nairobi. Existen muchos intereses creados en Kibera. También hay poderosos inversionistas interesados​​. En septiembre de 2013, el ministro de Tierras Charity Ngilu dijo que la tierra en (los barrios de) Kisumu Ndogo, Gatwekera, Laini Saba y Kianda ya se vendió. Nadie sabe quién es el propietario”, comentó.

Para Omondi, las preguntas superan a las respuestas.

«¿Quién vendió esta tierra, el gobierno o los nubios? Además, la Autoridad Nacional de Gestión Ambiental tiene planes para desalojar a los residentes de Kibera que viven cerca del río Ngong”, sostuvo.

“La línea del ferrocarril entre Kenia y Uganda atraviesa el asentamiento y con el reciente accidente de diciembre, cuando un tren perdió el control y se estrelló contra varias de las viviendas, hay planes para demoler algunas junto a la vía del tren”, explicó el activista.

Aunque un censo de 2009 indicó la existencia de 170.000 personas en Kibera, el Centro Jurídico de Kibera calcula que hay más de un millón de habitantes hacinados en un espacio menor al del Parque Central de Nueva York.

La enorme población de Kibera convierte a sus residentes en una circunscripción electoral de vital importancia para los políticos.

«La mayoría pertenece a la comunidad luo y ejercen una influencia importante sobre la política en el condado de Nairobi”, dijo Omondi.

“El asentamiento también ofrece jóvenes dispuestos a participar en manifestaciones políticas a cambio de dinero, e incluso sufrió violencia durante las disputadas elecciones presidenciales de 2007”, agregó. En esa ocasión, los enfrentamientos tribales dejaron más de 1.000 muertos en todo el país.

“Se produjo una gran cantidad de violencia y derramamiento de sangre en Kibera, pero ninguna en los hogares de clase media adyacentes”, aseguró Omondi.

Otieno dice que la situación es tan volátil que, si no se maneja bien, podría conducir al derramamiento de sangre.

“La gente aquí está dispuesta a luchar por lo que es suyo”, advirtió.

“Durante la violencia (de 2007), muchos arrendadores perdieron el control sobre sus viviendas y desde entonces  no pudieron cobrar el alquiler a sus inquilinos. Quienes se aferran a su propiedad no la van a dejar ir”, afirmó Otieno.

A pesar de las tensiones recientes, la batalla para que Kibera quede registrada como propiedad de los nubios no es nueva.

“Comenzó en 1938”, dijo Diab. “Desde antes de la independencia (de Kenia en 1963), Kibera ya era tierra impugnada”.

Aunque en 1971 el Parlamento aprobó una ley que requiere que el Estado delimite las parcelas y otorgue títulos de propiedad a los legítimos propietarios de Kibera, el plan nunca se llevó a cabo.

En 2009, el gobierno inició un programa de reasentamiento para reubicar a los residentes de Kibera en casas que el gobierno construyó no lejos del barrio pobre, pero el proyecto fue recibido con controversia y resistencia similares.

 

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