Miami quiere amigarse con La Habana

"En camino al cambio". Barack Obama, cuando era aspirante a la Presidencia de Estados Unidos. Crédito: Bankole Thompson/IPS

Si el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quisiera ser más expedito y reanudar las relaciones con Cuba, cuenta con espacio político para hacerlo, según el análisis de un sondeo de opinión publicado en Washington este martes 11.

La encuesta, realizada en enero, arroja un apoyo de 56 por ciento de adultos estadounidenses en todo el país a la normalización de los vínculos diplomáticos o a un acercamiento más claro con La Habana, y una oposición de solo un tercio (35 por ciento).

Pero el resultado político clave es que una mayoría más amplia de los encuestados (63 por ciento) en el sudoriental estado de Florida apoyan la reanudación de relaciones y un mayor compromiso. Solo 30 por ciento de los floridanos encuestados se manifestaron en contra.

En Florida vive la más numerosa comunidad de cubanos-estadounidenses, incluyendo a varios de los más fieros enemigos del gobierno de Raúl Castro en el Congreso legislativo.

Además, 62 por ciento de los encuestados de origen latinoamericano en todo el país están de acuerdo con la normalización, y apenas 30 por ciento se oponen.

«Los cambios profundos en la política hacia Cuba serían bien recibidos por el pueblo estadounidense y, más aún, por los floridanos y los latinos», sostiene un análisis de los resultados escrito por Peter Schechter y Jason Marczak, director y subdirector respectivamente del Centro Adrienne Arsht para América Latina del Atlantic Council, un centro de pensamiento creado en 1961.[pullquote]1[/pullquote]

«Durante décadas, la política de Florida prevaleció sobre la política de Estado. Pero esto ya no es así. Si bien los que se oponen a la normalización tienen de su lado la emoción y la determinación, es claro que la demografía y la inmigración han cambiado la ecuación política en Florida», añaden.

El sondeo, realizado por consultores experimentados de los dos grandes partidos de este país, el gobernante Demócrata y el opositor Republicano, aparece cuando un conjunto de personalidades de Florida han hecho un llamado público de cambios hacia Cuba, subrayó el especialista en ese país caribeño Marc Hanson, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).

Dos candidatos demócratas a la gobernación de Florida –incluyendo al exrepublicano Charlie Crist, que gobernó ese distrito entre 2007 y 2011— se han manifestado también contra el embargo económico impuesto a Cuba hace casi 54 años.

La semana pasada, Alfonso Fanjul, uno de los acaudalados hermanos cubano-estadounidenses que controlan la industria del azúcar en Florida, habló de sus recientes visitas a su país de origen y de su interés en hacer negocios allí.

Otro prominente empresario de origen cubano, Jorge Pérez, pidió que se estreche el intercambio entre los dos países y expresó su deseo de exponer obras de artistas cubanos –incluso vinculados al gobierno de Castro— en su nuevo museo del arte en Miami.

«Hasta hace poco tiempo, expresar oposición al embargo constituía un suicidio político en Florida», recordó Hanson. Pero los recientes anuncios públicos muestran hasta qué punto «han cambiado los cálculos que manifestar apoyo a la normalización de las relaciones ya no constituye en absoluto un pasivo».

Obama, quien adoptó una postura más liberal sobre Cuba que su contrincante republicano John McCain en la campaña electoral de 2008, ganó en Florida, quizás el más notorio de los estados «oscilantes» tras los resultados de los comicios de 2000.

Luego de derogar, al inicio de su primer mandato, varias medidas que había adoptado George W. Bush (2001-2009) para restringir los viajes y las remesas de los cubanos-estadounidenses a la isla, Obama volvió a ganar en Florida en 2012, en buena medida porque logró atraer 10 por ciento más de votos de la comunidad de origen cubano.

Muchos observadores explicaron ese fenómeno como un cambio generacional en la comunidad cubana de Florida.

Pero luego de esas medidas iniciales, Obama se puso muy cauteloso, en gran parte por el arresto en La Habana de Alan Gross, contratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, condenado en 2011 a 15 años de prisión por distribuir sin permiso equipos informáticos y de comunicaciones a la comunidad judía en Cuba.

La mayoría de los analistas creen que La Habana busca canjear a Gross por «los cinco», como se conoce a los agentes de inteligencia cubanos condenados en Estados Unidos por espionaje y otros delitos a fines de los años 90. Uno de ellos obtuvo su libertad en 2011 y otro será liberado este mes.

Con todo, la administración de Obama dio algunos modestos pasos en estos últimos años, como facilitar los viajes a Cuba por motivos educativos y culturales y autorizar conversaciones bilaterales de nivel técnico sobre una variedad de asuntos, como las migraciones, que se habían suspendido en tiempos de Bush.

«Se actúa en los márgenes de la política, pero no en lo fundamental», indicó Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, un centro de estudios que reclama a Washington posturas más abiertas hacia La Habana como vía para mejorar las relaciones con el resto de América Latina.

Para la encuesta se realizaron entrevistas a 2.000 personas. Además de más de 1.000 adultos seleccionados en forma aleatoria, el sondeo incluyó sobremuestreos de 617 residentes en Florida y de 525 latinos.

  • Los hombres son más favorables a la normalización (61 por ciento) que las mujeres (51 por ciento).
  • 52 por ciento de los que se identificaron como republicanos quieren un cambio en las relaciones con Cuba.
  • 62 por ciento están a favor de que las empresas estadounidenses hagan negocios en Cuba.
  • 61 por ciento están a favor de levantar todas las restricciones de viajes.
  • Casi 80 por ciento están a favor de diálogos con La Habana sobre temas como contrabando y tráfico de drogas.

Con todo, pocos creen que una propuesta de aliviar el embargo resulte aprobada en este año electoral y en el clima polarizado del Congreso.

Pero, señalan algunos, los resultados de la encuesta deberían alentar a Obama a ejercer su autoridad ejecutiva para retirar a Cuba de la lista que lleva del Departamento de Estado de países que auspician el terrorismo y para facilitar los trámites para los viajes a la isla caribeña.

«La importancia de la encuesta es que alimentará la discusión política el próximo año», dijo a IPS el vicepresidente del influyente foro empresarial National Foreign Trade Council, Jake Colvin. «Me sorprendió realmente que los floridanos estuvieran más a favor de cambiar de política que el resto del país».

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