Sudáfrica tapa los agujeros que dejó el apartheid

El apuro del gobierno sudafricano por suministrar agua a millones de personas tras la caída del régimen del apartheid posiblemente haya comprometido la capacidad de prestar este servicio al país a largo plazo.

Sudáfrica es el trigésimo país más seco del mundo, pero es también uno de los consumidores de agua de crecimiento más rápido. Según el examen del presupuesto del Tesoro Nacional de 2012, la demanda de este escaso recurso está aumentando con tal rapidez que se prevé que supere la oferta en 2030.

El país está en una carrera contra el tiempo para tapar los agujeros de sus redes de suministro de agua, cuyas fugas están provocando escasez, al punto de poner en riesgo la seguridad hídrica nacional.

Jay Bhagwan, director ejecutivo de utilización del agua y manejo de residuos de la Comisión de Investigación sobre Agua (WRC, por sus siglas en inglés) afirmó que el desperdicio es una consecuencia natural de que las autoridades hayan tenido que ampliar el suministro a una gran mayoría de los 51 millones de habitantes de este país tras el regreso de la democracia.[pullquote]3[/pullquote]

«Después de 1994 tuvimos que brindar agua a la mitad de la población. Evidentemente esto generó una gran presión en los recursos y las instalaciones», explicó en entrevista con IPS.

«El mantenimiento no era la prioridad y ahora estamos comenzando a sufrir las consecuencias».

Un estudio realizado por el WRC en 2013 reveló que Sudáfrica pierde un promedio de 1.580 millones de kilolitros de agua al año, el equivalente de 4,3 millones de piscinas. El desperdicio, atribuido principalmente a cañerías con fugas y al robo de agua, representa más de un tercio del agua municipal.

Escasez de ingenieros capacitados

Kobus van Zyl, profesor adjunto de ingeniería hidráulica de la Universidad de Ciudad del Cabo y especialista en sistemas de distribución de agua, coincide en que abastecer a quienes carecían de agua durante el apartheid fue un factor que contribuyó a la actual escasez.

Pero la causa principal es el éxodo masivo de ingenieros y administradores de proyectos en los últimos 20 años, sostuvo.

«Hemos perdido gente capacitada, tanto en las municipalidades, como en el Departamento de Asuntos Hídricos», dijo Van Zyl a IPS.

«En consecuencia, hay una gran falta de ingenieros y gerentes de proyectos y es imposible administrar adecuadamente un sistema de distribución si no se cuenta con suficientes personas con la capacitación necesaria para hacerlo».

De las más de 230 municipalidades de Sudáfrica, solo 45 tienen ingenieros civiles y 79 carecen tanto de ingenieros como de técnicos, según un informe de Allyson Lawless, expresidenta del Instituto Sudafricano de Ingeniería Civil.

Para ilustrar la gravedad de la situación, el informe de Lawless señala que hay más ingenieros civiles trabajando en la infraestructura del zoológico de Auckland, en Nueva Zelanda, que en 86 por ciento de las municipalidades de Sudáfrica.

Menos agua, menos desarrollo

Además del costo anual de 642 millones de dólares que representa para la economía sudafricana, este desperdicio generalizado pone en peligro el desarrollo socioeconómico del país.

«El agua no solo forma parte de la economía, sino que la mantiene viva», advirtió Christine Colvin, gerenta del programa de agua dulce del Fondo Mundial para la Naturaleza en Sudáfrica.

«Mantener y hacer crecer la economía sin agua es como esperar que alguien siga viviendo sin sangre en el cuerpo», dijo Colvin a IPS.[related_articles]

Rejoice Mabudafhasi, viceministra del Departamento de Agua y Medio Ambiente (DWEA, por sus siglas en inglés) coincide con este análisis.

«Sin agua no podemos lograr las prioridades del gobierno, como el desarrollo de la infraestructura y la seguridad alimentaria», destacó Mabudafhasi en entrevista con IPS.

La escasez afectará los planes de suministrar este servicio básico a cientos de comunidades empobrecidas en toda Sudáfrica, que aún no tienen agua potable por cañería.

Van Zyl señaló que las áreas más pobres de Sudáfrica probablemente sean las más afectadas por la escasez.

«Las partes más secas del país serán las primeras en sufrir. Se trata de zonas comunales donde antiguamente se encontraban las denominados bantustanes, que aún están sumergidas en la extrema pobreza», sostuvo.

Van Zyl añadió que «las señales de alerta son ahora muy claras, la demanda superará la oferta a menos que se tomen medidas».

Al parecer, el presidente Jacob Zuma ha hecho caso de esas señales al solicitar a la ministra del DWEA, Edna Molewa, que disminuya la pérdida de agua a la mitad para 2014.

El Departamento ha redoblado los esfuerzos del programa Guerra a las Fugas (War on Leaks), cuyo objetivo es que comunidades y municipios trabajen juntos para denunciar y reparar las roturas.

Acerca de si este programa del DWEA podrá garantizar que Sudáfrica tenga suficiente agua en el futuro, Van Zyl afirmó que las iniciativas son una señal positiva, pero es preciso tomar medidas adicionales para revertir la crisis.

«Con lo que se está haciendo actualmente, en el mejor de los casos lograremos tapar algunos agujeros. Debemos esforzarnos más porque se acaba el tiempo».

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