Embarazos adolescentes aumentan en Zimbabwe

Zimbabwe experimenta un significativo incremento en el número de embarazos adolescentes. Crédito: Jeffrey Moyo/IPS

Todos los días, Pretty Nyathi*, de 17 años, se levanta de la cama, alimenta a su bebé, lo carga a su espalda y sale rápidamente al mercado para comprar verduras que luego revende en las calles de Bulawayo, la segunda ciudad más importante de Zimbabwe. Ella desearía que su vida fuera diferente.

“No hay nada bello en ser una madre adolescente”, dijo a IPS. “Desearía poder volver el tiempo atrás, a cuando estaba en la escuela, y ser como cualquier otra chica”.

Hace cinco años, su madre murió y ella tuvo que mudarse con su abuela, quien atiende un “shebeen” (bar) en Tsholotsho, 116 kilómetros al noreste de Bulawayo.

A los 14 fue violada por un cliente. “Intenté pedirle ayuda a mi abuela, pero ella me amenazó con echarme”, añadió.

Pronto, la abuela obligó a la joven a prostituirse con los clientes. “Perdí la cuenta de los hombres con los que me acosté sin usar protección”, dijo Nyathi.

En 2012 escapó a Bulawayo, donde vivió en las calles y sobrevivió también prostituyéndose. Dos meses después quedó embarazada, y en una clínica se le diagnosticó VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida).

Un pastor evangélico le ofreció refugio, y en el Hospital Mpilo comenzó a recibir tratamiento antirretroviral.

“Por la gracia del Señor, mi bebé es VIH negativo”, dijo Nyathi.

Ahora la joven vive con un familiar y se esfuerza por seguir el tratamiento. Este requiere “una dieta equilibrada, que me puede ayudar a vivir más y al menos ver a mi hija comenzando la escuela”, dijo.

Nyathi representa uno de los cada vez más numerosos casos de embarazos adolescentes en Zimbabwe.

En 2011, la tasa de fecundidad entre las adolescentes de entre 15 y 19 años era de 112 nacimientos por cada 1.000 jóvenes, cuando en 2006 era de 99 por cada 1.000, según el Estudio Demográfico y de Salud de Zimbabwe (ZDHS, por sus siglas en inglés).

“Se trata de un aumento significativo”, dijo Stewart Muchapera, analista de comunicaciones en el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en Zimbabwe, en diálogo con IPS.[related_articles]

Las jóvenes de áreas rurales, como Nyathi, tienen el doble de probabilidades de quedar embarazadas en la adolescencia. La tasa de fecundidad en el ámbito rural es de 144 nacimientos por cada 1.000 jóvenes, contra 70 por cada 1.000 en zonas urbanas.

Riesgos

“La pubertad es un periodo de rápidos cambios biológicos, y esa etapa de desarrollo debe ser bien afrontada por las jóvenes para superarla en forma segura”, dijo Muchapera.

Entre las muchas causas de embarazo adolescente, el experto mencionó la falta de información precisa sobre la pubertad, la cual vuelve a las adolescentes dependientes de lo que les digan otras jóvenes mal informadas o de los pocos datos que puedan obtener en Internet.

También señaló que algunas normas culturales o religiosas, como el matrimonio infantil, las relaciones intergeneracionales, la coerción sexual y el sexo transaccional, contribuyen con el embarazo adolescente.

El ZDHS señala que nueve de cada 10 zimbabwenses activas sexualmente de entre 15 y 19 años se encuentran en alguna forma de matrimonio, y que dos de cada tres jóvenes que tuvieron relaciones sexuales antes de los 15 años lo hicieron contra su voluntad.

El problema se ve agravado por la crisis política y económica de la última década, que propagó la pobreza y deterioró los servicios educativos y de salud. Las adolescentes practican sexo transaccional como medio de obtener alimento, ropa, educación y seguridad.

Simanga Nkomo, partera en Bulawayo, dijo a IPS que cada año asiste a madres cada vez más jóvenes, algunas de 14 años o menos.

“Es preocupante, ya que la mayoría de esas adolescentes no están informadas sobre salud materna y arriesgan sus vidas”, afirmó.

El riesgo de mortalidad materna es el doble para las jóvenes de entre 15 y 19 años que para las mujeres de más de 20, y cinco veces más alto para las niñas de entre 10 y 14 años.

Sipho Ncube* es otra madre adolescente de Bulawayo. Obtuvo buenas notas el año pasado en el colegio secundario, pero debió abandonarlo cuando quedó embarazada y dio a luz un bebé varón, ahora de siete meses.

“Comencé una relación, y una cosa llevó a la otra, hasta que descubrí que estaba embarazada. Tenía conocimiento sobre anticonceptivos, pero por algún motivo no usé ninguno”, contó a IPS.

Ncube y su bebé son VIH negativos, pero perfectamente podría haber sido de otra manera: la seroprevalencia nacional es de casi 15 por ciento entre personas de entre 15 y 49 años.

Unos 120.000 jóvenes zimbabwenses de entre 15 y 19 años contrajeron el VIH en 2012, y 63.000 eran mujeres, según estimaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.

Los padres de Ncube, que trabajan en Sudáfrica, la visitan tres veces al año y le envían algo de dinero. Ella cuida a sus hermanos, de 13 y siete años, en una casa alquilada de dos habitaciones en el suburbio capitalino de Mpopoma.

El padre del bebé trabaja en la occidental ciudad de Victoria Falls, y ayuda financieramente a Ncube cada vez que puede.

“Me lamento de todo, pero debo vivir con las tontas decisiones que tomé”, dijo Ncube a IPS. “Desearía volver al colegio y (a la vez) poder cuidar al bebé”.

* Los nombres fueron cambiados para proteger su privacidad.

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