Ucrania también se quiebra en Donetsk

Un manifestante prorruso se enfrenta a la policía antidisturbios ucraniana en la puerta del edificio de la administración regional, en el centro de Donetsk. Crédito: Zack Baddorf/IPS

En la plaza Vladimir Lenin de esta oriental ciudad ucraniana, Yuroslav Korotenko mantiene una constante vigilia en una tienda de campaña instalada a pocos metros de la estatua del líder histórico de la revolución soviética.

“Nos quedamos aquí para salvar este monumento y este lugar, porque la gente en Occidente viene aquí a hacer la guerra”, dijo a IPS. “La gente de Donetsk piensa en la paz con la Federación Rusa y no quiere la guerra”.

Korotenko se define como protector de la plaza, donde miles de prorrusos han realizado manifestaciones diarias, en apoyo a la adhesión de Crimea a Rusia y en contra del nuevo gobierno ucraniano, formado tras la expulsión del presidente Viktor Yanukovych.

“La gente no acepta al nuevo gobierno que está ahora en Kiev”, dijo Alex Yoktov, nativo de Donetsk y asiduo a las movilizaciones prorrusas. “Es como cambiar a una oligarquía por otra”, sentenció.

Yoktov sostuvo que el movimiento de protestas proeuropeas en Kiev, conocido como Euromaidán, apeló a la violencia y “a extremistas para llegar al poder”.

“Me temo que los partidos nazis como Svoboda y otros estarán en el poder”, dijo a IPS. “Y podrán hacer lo que quieran. Será casi la misma situación que en Alemania… cuando los fascistas llegaron al poder”, añadió.

Con cerca de dos millones de habitantes, Donetsk es un importante punto económico, industrial y científico en el este de Ucrania, apenas a 80 kilómetros de la frontera rusa. Es además el centro administrativo de la óblast (provincia) del mismo nombre.

A comienzos de este mes, el concejo municipal llamó a realizar un referendo sobre el futuro de esta óblast para “proteger a los ciudadanos de posibles acciones violentas de parte de fuerzas nacionalistas radicalizadas”.

El órgano subrayó que considera a Rusia un socio estratégico.

Yoktov dijo sentirse más cercano a Rusia que a Europa. “Es como una relación familiar. Somos el mismo pueblo. Son nuestros hermanos”, afirmó.

Muchas personas en la provincia, incluyendo Yoktov, tienen familiares en Rusia.

Pero Nadiia Zima, una maestra de 24 años, no está de acuerdo. Ella participó de movilizaciones de Euromaidán en Donetsk.

Zima está convencida de que habrá un referendo en la región pronto, ya que el presidente ruso Vladimir Putin dijo que, al igual que Crimea, esta zona oriental ucraniana también es parte histórica de Rusia.

“Para mí, cualquier referendo es simplemente un deseo imperial del presidente ruso”, dijo Zima a IPS.[related_articles]

Ella está preocupada por el futuro de su país. “Tengo miedo de que comience una guerra”, afirmó. Pero “lo que más miedo me da es que nuestra región de Donetsk siga el mismo camino que Crimea”, detalló.

Vitalik, militante prorruso que monta guardia en un puesto de vigilancia ubicado a unos 20 kilómetros de Donetsk, también dijo tener miedo a una guerra. No quiso dar su apellido por temor a sufrir represalias de las fuerzas de seguridad ucranianas.

Estos voluntarios, sin armas y de organización autónoma, se identifican con la bandera de San Jorge, naranja y negra, que simboliza el valor militar ruso.

“Detenemos a los autobuses que van y vienen para verificar que no lleven armas, y también a personas extrañas”, dijo Vitalik a IPS. “Estamos protegiendo a Donetsk”, añadió.

Este trabajador de la construcción de 30 años dijo estar especialmente preocupado por la nueva Guardia Nacional Ucraniana, de 60.000 efectivos, que incluiría a miembros del grupo paramilitar Pravii Sektor (Sector Derecho), que protagonizó varios enfrentamientos en Kiev durante el Euromaidán.

“No es que no confiemos en los militares ucranianos. No confiamos en los jefes de los militares ucranianos”, dijo.

A más de 700 kilómetros de distancia, en Kiev, Vitalik Cojda es otro guardia voluntario, pero en este caso del grupo que resguarda el ingreso al bastión de Euromaidán, en el centro de la capital ucraniana. Es miembro del partido Svoboda, que muchos prorrusos consideran “extremista”.

Cojda está atento ante posibles “alborotadores”, que lleven armas o bombas. “Hacemos patrullaje y detenemos a todo aquel que se vea sospechoso. Todos ellos son enviados por Putin. Se puede notar su acento ruso”, dijo a IPS.

Cojda llegó a Euromaidán el 26 de noviembre, poco después de que empezaran las protestas. Contó que un amigo suyo de 19 años murió en sus brazos tras recibir un disparo en enfrentamientos con la Berkut, la unidad policial de elite antidisturbios.

“Fue muy difícil mirar a su madre a los ojos, porque había sido yo quien lo había invitado aquí… para proteger al país de los bandidos”, señaló.

El partido Svoboda, afirmó, “realmente está luchando por la verdad y por la libertad”. Cojda aseguró que permanecerá en pie de lucha hasta que las tropas rusas abandonen Ucrania.

La desconfianza hacia Euromaidán es resultado de una campaña de desprestigio lanzada por las elites rusas y ucranianas, sostuvo Aleksandr Beznis, activista proeuropeo en Donetsk.

“La gente no sabe la verdad”, dijo a IPS. “No hay extremistas” en el movimiento proeuropeo, aseguró, y sostuvo que “el mayor problema de Ucrania ahora es Rusia”, puntualizó.

Beznis vino a Donetsk desde Kiev para entrenarse en el uso de armas.

“También nos gusta Rusia, pero no queremos ninguna guerra aquí”, afirmó. “Como no queremos involucrarnos debemos apoyar nuestra seguridad y la democracia en Ucrania”, subrayó.

Su mayor temor es la guerra civil. “Espero que no suceda. Realmente lo espero. Trato de no pensar en ello”, afirmó.

Vitalik, en el puesto prorruso en las afueras de Donetsk, piensa igual: “Nadie quiere la guerra, todos quieren seguir en paz”.

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