ONU evasiva ante negación estadounidense de visa a embajador iraní

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, saluda a Hasán Ruhaní, presidente de Irán, antes de la reunión ministerial del Movimiento de No Alineados el 27 de septiembre de 2013. Junto a Ruhaní está Javad Zarif, canciller iraní. Crédito: UN Photo/Rick Bajornas

Cuando la ciudad de Nueva York fue elegida como sede de la ONU, se adoptó el acuerdo de 1947 que obligaba a Washington a facilitar, o a no obstaculizar, el fluido funcionamiento del foro mundial.

Sin embargo, con el paso de los años se produjeron claras violaciones de este acuerdo, por ejemplo cuando Estados Unidos denegó el visado al líder palestino Yasser Arafat para hablar en la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en 1988, y ahora las cancelaciones generalizadas de cuentas bancarias de más de 70 misiones diplomáticas acreditadas ante la sede del organismo multilateral en Nueva York.

El lunes 7, el Senado de Estados Unidos reclamó en forma unánime al presidente Barack Obama que niegue el visado al embajador que Irán acaba de designar ante la ONU, Hamid Abutalebi, con el argumento de que en 1979 participó en la toma de rehenes de la embajada estadounidense en Teherán.

El embajador a la espera de visa dice que solo ofició de traductor y negociador entre los rehenes y sus captores, y que él ni siquiera estaba en Teherán cuando un grupo llamado los Estudiantes Musulmanes tomó físicamente la embajada.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien actualmente visita África, se negó implícitamente a intervenir en la disputa, a juzgar por lo expresado por uno de sus portavoces.

El viceportavoz de la ONU, Farhan Haq, dijo a IPS que se trata esencialmente de una disputa bilateral entre Estados Unidos e Irán.

“Veamos qué acontece y si necesitamos pronunciarnos… veremos lo que necesitamos decir”, declaró la semana pasada.

“No creo que tomemos la iniciativa, intentando especular con lo que podría pasar según las actuales circunstancias”, agregó Haq.

Ante la pregunta de si Estados Unidos, como país anfitrión, puede impedir que embajadores ante la ONU asuman sus puestos, Haq dijo el martes 8 a los periodistas que no formularía declaraciones, pues el asunto se está manejando de manera bilateral.

Samir Sanbar, ex secretario general adjunto de la ONU que se desempeñó en varios cargos bajo cinco secretarios generales diferentes, dijo a IPS que el caso iraní refleja la confusión existente entre la política bilateral y la diplomacia internacional.

“Aunque las relaciones entre dos Estados miembros están sujetas principalmente a las cuestiones recíprocas, la membresía de la comunidad internacional tiene criterios inclusivos más amplios, incluyendo, por ejemplo, el acuerdo de sede de la ONU de 1947 con el país anfitrión”, agregó.

“Con todo el apoyo debido a la causa palestina, una diferencia básica respecto del rechazo de visado al presidente Arafat es que aunque la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) tenía estatus de observadora, Irán es miembro fundador de la ONU, independientemente de la inclinación política” de su gobierno, dijo Sanbar, exjefe del Departamento de Información Pública del foro mundial.

[related_articles]Justo después de la votación en el Senado, la portavoz del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, Marie Harf, dijo a la prensa que Washington había planteado “serias preocupaciones” ante Irán a propósito de la designación de su embajador.

“Pero nos tomamos muy en serio nuestras obligaciones como nación anfitriona de la ONU”, añadió.

Consultado sobre si se le había negado la visa a algún embajador acreditado ante la ONU, Haq dijo que esa era una cuestión histórica que databa de hacía bastante tiempo.

“La Biblioteca de la ONU tiene muchos recursos que ustedes necesitan para averiguar algo que se remonta a la historia de la ONU”, planteó.

“Lo que puedo decir es que hubo tiempos con diferentes problemas sobre las credenciales, que se resolvieron de distintas maneras. En esencia, casa caso es único”, agregó.

En su discurso ante la Asamblea General de 1988 en Ginebra, tal vez la única de su clase, Arafat arremetió contra Washington: “Nunca se me ocurrió que mi segunda reunión con esta honorable Asamblea desde 1974 tendría lugar en la hospitalaria ciudad de Ginebra”.

Cuando Washington le vedó el ingreso a Arafat, quien presidía Estados Unidos era el republicano Ronald Reagan (1981-1989).

El mes pasado, un embajador africano al que le cancelaron arbitrariamente sus cuentas bancarias dijo a los delegados que es tiempo de considerar seriamente la reubicación de la sede de la ONU lejos de Estados Unidos, por el ambiente cada vez menos amigable hacia los diplomáticos del foro mundial en Nueva York.

Sanbar dijo a IPS que, cuando la Asamblea General se mudó temporariamente a Ginebra para oír a Arafat, el funcionario más veterano de la Secretaría General de la ONU y de Estados Unidos en ese momento, el secretario general adjunto de Asuntos de la Asamblea General, Joseph Verner Reed, republicano como Reagan, asumió una posición valiente al presentarse a esa reunión.

Es interesante destacar la posición asumida por el actual secretario general adjunto para los Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, exembajador de Estados Unidos en Líbano y secretario de Estado adjunto para Asuntos de Oriente Próximo quien, como funcionario de la ONU, ya visitó Teherán dos veces, agregó Sanbar.

“Por la naturaleza de su trabajo, la ONU es una organización de paz. Todo paso hacia la reconciliación será mejor que los intentos de confrontación”, dijo.

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