Críticas y atrasos juegan otra vez contra Acuerdo Transpacífico

Manifestación durante negociaciones del TPP en Sydney, el 25 de octubre de 2014. Crédito: SumOfUs/cc by 2.0
Manifestación durante negociaciones del TPP en Sydney, el 25 de octubre de 2014. Crédito: SumOfUs/cc by 2.0

Por tercer año consecutivo, negociadores de gobiernos de 12 países con costas al océano Pacífico no lograron alcanzar el plazo interno fijado para llegar a un acuerdo sobre un controvertido tratado comercial liderado por Estados Unidos.

Los negociadores del pacto, conocido como Acuerdo Transpacífico de Asociación para la Cooperación Económica (TPP, en inglés), dicen que el proceso está a punto de finalizar, pero sus críticos se muestran muy optimistas de que tanto la opinión pública como los tiempos políticos vayan cada v más en contra del tratado.

“El motivo por el que el gobierno de Barack Obama sigue incumpliendo plazo tras plazo, año tras año, es que está impulsando una agenda extremadamente impopular que beneficia a unas pocas grandes corporaciones a costa de la economía, el ambiente y la salud pública en cada país del TPP y más allá”, dijo Arthur Stamoulis, director ejecutivo de la Campaña Ciudadana para el Comercio Justo, una organización que se opone al tratado.

“Las personas y los parlamentos de la costa del Pacífico están empezando a darse cuenta de que el TPP será una mala noticia para sus países. Y eso incluye a Estados Unidos”, agregó en diálogo con IPS.[pullquote]3[/pullquote]

Los negociadores del TPP confirmaron en Beijing que el gobierno de Obama, que viene liderando las conversaciones sobre el tratado, había fijado como una meta clave para el escurridizo acuerdo la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), celebrada en la capital china el lunes 10 y este martes 11.

Obama ha convertido al TPP en un elemento crucial de su intento por reorientar la política de Estados Unidos para Asia, y por circunscribir económicamente a China, que no es parte de las conversaciones.

El lunes 10, el presidente estuvo en Beijing, donde admitió que el proceso del TPP ahora requiere presión política adicional.

“Durante las últimas semanas, nuestros equipos lograron grandes avances en la resolución de varios asuntos destacados relativos a un acuerdo potencial. Hoy es una oportunidad a nivel político para que derribemos algunos obstáculos”, dijo el presidente a los ministros de Comercio en Beijing.

Para garantizar que el TPP sea un éxito, señaló, los gobernantes también tienen que asegurarse de que todos sus ciudadanos entiendan los beneficios que el acuerdo les acarreará, por ejemplo “más comercio, más empleos buenos e ingresos más altos para las personas de toda la región, incluido Estados Unidos”.

Obama añadió que las conversaciones por el TPP tienen la posibilidad de derivar en un “logro histórico”. Un comunicado divulgado por los 12 países parte de las negociaciones sugirió que “el fin” del proceso está en la mira.

Sin embargo, persisten las discrepancias, e informes de prensa señalan al proteccionismo agrícola como un punto particularmente espinoso.

Otros sostienen que hay una frustración sustancial en torno a una serie de temas, muchos distantes de las preocupaciones comerciales tradicionales y que incluyen impacto ambiental, salvaguardas laborales, fijación de precios de medicinas, normas relativas a patentes y la capacidad de los inversores de eludir las leyes nacionales, entre otros asuntos.

En muchos sentidos, el amplio espectro de temas que toca el TPP es el responsable de fortalecer la preocupación pública. Ahora que Obama tiene que recorrer sus dos años finales en el poder, los críticos confían cada vez más en su capacidad de evitar el acuerdo.

Y cuando es probable que la campaña por las elecciones presidenciales de 2016 cobre vigor ya a mediados del próximo año, la aprobación de cualquier acuerdo comercial importante por parte de legisladores estadounidenses será improbable hasta 2017 por lo menos.

“La resistencia contra el TPP es más fuerte que nunca, y se está intensificando”, dijo Stamoulis.

Preocupaciones corporativas

Las elecciones legislativas del 4 de este mes en Estados Unidos hicieron que el debate pasara a centrarse en un asunto que será clave para cualquier eventual TPP: si se va a permitir a Obama negociar unilateralmente o si el texto propuesto requerirá la aprobación punto por punto por parte del Congreso.

Como los acuerdos comerciales suelen tocar tantos temas internos delicados, en el pasado los presidentes de Estados Unidos pidieron que la aprobación se negociara sin participación de los congresistas, habilitándolos apenas para una votación al final del proceso.

Los electores estadounidenses están preocupados por el potencial impacto del TPP en la economía interna, entonces ambas cámaras del Congreso son reticentes a aprobar los pedidos de Obama para contar con estas facultades.[related_articles]

Pero ahora el asunto puede derivar en un debate dentro del opositor Partido Republicano, que en los comicios de la semana pasada aumentó su mayoría en la Cámara de Representantes y en enero asumirá el control del Senado.

Aunque la cámara baja se ha opuesto persistentemente a la aprobación de la vía rápida para Obama, el nuevo liderazgo republicano en el Senado sugiere que esa legislación podrá ser una prioridad clave a comienzos del año próximo.

“La mayor parte del partido (Demócrata, de Obama) no profesa ningún entusiasmo por el comercio internacional. Nosotros pensamos que es bueno para Estados Unidos”, dijo Mitch McConnell, primer senador republicano y quien determinará la agenda del órgano en 2015, en una conferencia de prensa realizada luego de las elecciones.

“El presidente y yo debatimos sobre eso… y pienso que está interesado en avanzar. Le dije: ‘Envíenos acuerdos comerciales. Estamos ansiosos por echarles un vistazo’”, señaló.

El nuevo potencial movimiento sobre la vía rápida ha desatado un furioso debate entre los conservadores, particularmente entre quienes tradicionalmente han apoyado los grandes negocios y quienes cada vez están más preocupados por el impacto de la globalización sobre los trabajadores de Estados Unidos. Esta división se ha intensificado desde la crisis financiera de 2008.

“Apenas en los últimos años hemos visto surgir una pequeña conspiración de republicanos internacionalistas aliados con las grandes empresas, y es esta ala corporativista la que presiona a favor del libre comercio”, dijo Curtis Ellis, portavoz de la American Jobs Alliance y director ejecutivo del sitio conservador ObamaTrade.com, entrevistado por IPS.

“Si vamos a mudar todas nuestras fábricas al exterior, el pueblo estadounidense se quedará con las migajas. Y realmente, incluso los partidarios del TPP admiten que no tiene que ver tanto con el comercio sino más bien con las inversiones, con garantizar reglas generales de gobernanza mundial en materia de inversiones”, añadió.

De hecho, de los 29 capítulos propuestos para el TPP, apenas cinco versan directamente sobre comercio, según Public Citizen, una organización de defensa de los derechos del consumidor con sede en Washington.

“Las disposiciones no comerciales promoverán salarios más bajos, precios más altos de las medicinas, más alimentos importados inseguros y nuevos derechos para que inversores extranjeros reclamen pagos de los Tesoros nacionales por leyes internas que ellos creen perjudican los nuevos privilegios que podrían obtener con el TPP”, dijo el lunes 10 la activista Lori Wallach, directora del programa de vigilancia del comercio mundial en esa organización.

“Pese al intenso secreto que envuelve a las negociaciones… muchas naciones del TPP se han dado cuenta de que ahora el tratado que se ofrece será perjudicial para la mayoría de la gente, aunque las grandes corporaciones que presionan para que se apruebe puedan mejorar sus márgenes de ganancia”, expresó.
Editado por Kitty Stapp

 

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe