Bahamas construye resiliencia ante el aumento del nivel del mar

Escolleras como esta en Bahamas sirven para conservar, realizar actividades recreativas y proteger áreas pobladas de las olas y la marea creciente. Crédito: Desmond Brown/IPS
Escolleras como esta en Bahamas sirven para conservar, realizar actividades recreativas y proteger áreas pobladas de las olas y la marea creciente. Crédito: Desmond Brown/IPS

Los pequeños estados insulares en desarrollo abogan por el “1,5 para seguir vivos”, en alusión a que el aumento de la temperatura global debe mantenerse lo más posible por debajo de esa cifra para limitar los anticipados efectos devastadores del cambio climático en los países más vulnerables.

Pero para los países del Caribe, el desafío de las negociaciones climáticas es que aun si se logra el objetivo de limitar el recalentamiento global a entre 1,5 y dos grados centígrados, igual van a sufrir las consecuencias negativas para lo cual necesariamente tendrán que implementar programas de adaptación más fuertes.

En Bahamas, aun si el nivel del mar aumenta alrededor de 1,5 metros significa que 80 por ciento de su territorio quedará sumergido.[pullquote]3[/pullquote]

Para ayudar en la construcción de resiliencia frente a ese pronóstico funesto, el Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo y de la organización no gubernamental Caribsave otorgaron a Bahamas un fondo de 100.000 dólares.

El paquete económico forma parte del proyecto “Cambio climático, empresas comunitarias costeras: adaptación, resiliencia y conocimiento” (C-ARK), con un presupuesto total de 2,5 millones de dólares.

La directora regional de Caribsave, Judi Clarke, dijo que Bahamas había sido una elección fácil para la ayuda porque es uno de los territorios más bajos del mundo.

“Trabajamos con el gobierno bahameño desde hace casi 10 años en materia de resiliencia al cambio climático y tratando de reforzar la resiliencia de Bahamas y de su pueblo”, detalló Clarke a IPS.

“Queremos afrontar los tiempos difíciles que ocurren en materia de cambio climático y el impacto del aumento del nivel del mar, de las elevadas temperaturas y de la degradación ambiental para tratar de reducir la vulnerabilidad del producto turístico”, explicó.

Con una sede regional en Barbados, una oficina en Jamaica y entidades registradas en Santa Lucía, Granada y pronto en Guyana, el trabajo de Caribsave abarca todo el Caribe. Reúne conocimiento especializado, experiencia en gestión de proyectos y capacidad de movilización e innovación con el objetivo de lograr un futuro sostenible para todos.

El primer ministro de Bahamas, Perry Christie, dijo que la situación de su país y la de otros de la región adquirió un especial sentido de urgencia dada la información sobre el aumento de la acidificación de los océanos y de la temperatura en su superficie así como de la elevación del nivel del mar.

“La región no está totalmente capacitado para adaptarse o mitigar las pérdidas y los daños vinculados al cambio climático que se nos vienen”, dijo Christie a IPS.

“Eso, y en particular el aumento del nivel del mar, cambiará de forma irreversible la geografía y la ecología de muchos estados y territorios costeros”, puntualizó.

“Eso puede tener consecuencias particularmente desastrosas, las que causarían una recesión perpetua en cada uno de los estados de la Caricom (Comunidad del Caribe) por un período significativo, pues nuestra infraestructura, asentamientos y bienestar económico se concentran en áreas costeras, propensas a inundaciones”, explicó Christie.

“Para la región, el cambio climático magnifica las crecientes preocupaciones sobre seguridad alimentaria, escasez hídrica, seguridad energética y requisitos de recursos para la protección ante desastres naturales”, añadió.

El fondo económico para Bahamas se utilizará en micro, pequeñas y medianas empresas y en organizaciones de base en Nueva Providencia, Abaco y Andros.

Se espera que el fondo logre un impacto en más de 3.000 beneficiarios directos e indirectos.

“Bahamas tiene fama de estar al frente de las cuestiones ambientales y de buscar formas sostenibles para proteger el ambiente”, destacó la directora general del Ministerio de Turismo, Joy Jibrilu.

“Sabemos que el turismo es el pilar de nuestra economía, así que nos incumbe asegurarnos que protegemos el ambiente no solo para usarlo ahora, sino para las generaciones futuras. Son fondos como este los que permiten que, de hecho, exista la actividad”, destacó.

Las islas de Bahamas ya sufren los efectos de la variabilidad y el cambio climático debido a los daños causados por sistemas climáticos severos y otros eventos extremos, así como variaciones más sutiles en la temperatura y las lluvias.

Las proyectos de modelos climáticos detallados para Bahamas hacen prever un aumento de la temperatura atmosférica promedio, menos precipitaciones anuales, aumento de la temperatura de la superficie marina y el potencial aumento en la intensidad de las tormentas tropicales.

La directora regional de Caribsave remarcó que no se trata de que el cambio climático sea un motivo de preocupación para el futuro.

“Ocurre ahora y cada vez son más los científicos que atribuyen eventos climáticos al cambio climático global porque la ciencia sustenta esa conclusión”, dijo Clarke.

“Aunque los pequeños estados insulares y costeros bajos como los del Caribe no sean los responsables históricos de las causas del cambio climático, somos algunos de los más vulnerables a sus impactos negativos”, recordó.

“Por ello, necesitamos adaptarnos y encontrar soluciones de largo plazo para los desafíos presentes y futuros”, apuntó.[related_articles]

“Pero también debemos desempeñar un papel en la mitigación del recalentamiento global, hacer lo posible por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. De todas maneras, tiene sentido desde el punto de vista económico. ¿En una región con tanto sol, por qué no lo usamos más?”, inquirió.

Ya se sienten las consecuencias adversas con el actual aumento de 0,8 grados en la temperatura en la erosión costera, las inundaciones, el blanqueamiento de corales y los más frecuentes e intensos eventos climáticos extremos.

Clarke destacó que los principales desafíos en el Caribe tienen que ver con el daño económico y físico derivado de eventos extremos como huracanes y tormentas tropicales, que se espera que aumenten en severidad y frecuencia debido al cambio climático, y condiciones de sequía que ocurren con mayor frecuencia en toda la región.

Se prevé que la tendencia continúe, lo que genera preocupación por los recursos hídricos y la productividad agrícola, precisó.

También acotó que aunque el aumento del nivel del mar parezca que son meros incrementos anuales, las áreas costeras bajas son vulnerables al aumento de las tormentas, magnificadas por ese fenómeno.

“Como gran parte de la población y de la infraestructura más importante se ubica en áreas costeras, esto genera gran preocupación. El aumento de tormentas asociadas a huracanes puede causar la pérdida de vidas y mucho daño físico en el litoral”, añadió Clarke.

Caribsave también prevé distribuir micro fondos en otros países de la región, como Barbados, Belice y Jamaica.

Editado por Kitty Stapp / Traducido por Verónica Firme

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