La ayuda humanitaria se pierde en las promesas

La violencia en India interrumpió el ciclo escolar de cientos de niños como este. Crédito: Priyanka Borpujari/IPS
La violencia en India interrumpió el ciclo escolar de cientos de niños como este. Crédito: Priyanka Borpujari/IPS

La multimillonaria ayuda que la comunidad internacional promete para la reconstrucción de zonas afectadas por la guerra o con otros fines humanitarios suele entregarse de forma tardía, parcialmente o no se entrega en lo absoluto.

Esta situación afecta más que nada a las víctimas, en su mayoría civiles, de las zonas en conflicto, como sucede en Gaza, Líbano, Siria y Yemen.

Pero también se extiende a los países devastados por terremotos, como Haití y Nepal, y al menos a tres países africanos donde se concentró la epidemia del virus del ébola.[pullquote]3[/pullquote]

En una conferencia internacional sobre la recuperación del ébola realizada en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York el 9 y 10 de este mes, los gobiernos de Guinea, Liberia y Sierra Leona solicitaron más de 3.200 millones de dólares de ayuda humanitaria con ese fin. Y los donantes prometieron que cumplirían con el pedido.

¿Pero cuánto de lo prometido se entregará, y cuándo?

En una sesión de preguntas, Matthew Lee, un periodista de Inner City Press (ICP), le preguntó a Helen Clark, administradora del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), qué medidas se están tomando para garantizar que la ayuda prometida efectivamente se cumpla.

El PNUD se pondrá en contacto con los donantes, respondió.

«¿Pero informarán públicamente sobre los que no pagaron?», se preguntó Lee en su blog.

“No parece que el PNUD aplique mecanismo alguno para reportar sobre el cumplimiento de las promesas referidas al ébola» anunciadas este mes, añadió.

«Si el sistema de la ONU va a anunciar este tipo de promesas, debería monitorearlas», sugirió.

En Yemen, mientras que la coalición liderada por Arabia Saudita bombardea al país, parece extraño alabar la promesa de ayuda condicional, especialmente porque aún no se ha pagado, comentó Lee.

Gregory Adams, director de Eficacia de la Ayuda en Oxfam, que realiza un seguimiento de las promesas de ayuda, dijo a IPS que antes de la conferencia sobre el ébola de este mes su organización humanitaria analizó tres crisis pasadas para verificar si los donantes cumplían con lo prometido.

«Encontramos que, en promedio, los donantes entregan menos de la mitad de lo que prometieron (47 por ciento). Pero, incluso ese porcentaje podría exagerar la cantidad que realmente les llega a los países», afirmó.

Por ejemplo, en 2011 la comunidad de donantes prometió en Busan, Corea del Sur que para fines de 2015 publicaría información oportuna, accesible y pormenorizada sobre el destino de su ayuda.

Pero muchos de esos donantes aún no publicaron la información completa. La única que está disponible refiere a poco más de la mitad de la ayuda oficial al desarrollo.

Como consecuencia, dijo Adams, una vez que la ayuda llega a un país en recuperación, es difícil saber con exactitud cuánto reciben los lugares donde más se necesita.

Esa falta de transparencia dificulta la participación local en las gestiones de planificación y recuperación, así como la posibilidad de exigir que los donantes, los gobiernos y los proveedores de servicios se responsabilicen por los resultados, expresó.

Una de las lecciones más importantes del ébola fue que los esfuerzos de respuesta y recuperación deben concentrarse en las necesidades de la población e incorporar sus recomendaciones, según Adams.

«Si la gente no sabe a dónde va la ayuda no puede planificar ni hacer recomendaciones, y no puede asegurarse de que… esté funcionando», argumentó.

Incluso el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, realizó un pedido especial a los donantes en diciembre cuando anunció la promesa de 10.000 millones de dólares como capital inicial para el Fondo Verde para el Clima, para el que se aspiran 100.000 millones de dólares anuales.

Ban pidió que «todos los países cumplan sus promesas lo antes posible y que más gobiernos contribuyan con la financiación del clima”.[related_articles]

Arabia Saudita anunció en abril una donación de 274 millones de dólares «para las operaciones humanitarias en Yemen», aunque está acusada de bombardeos generalizados sobre la población civil y de violar el derecho internacional humanitario en el conflicto en curso en ese país.

El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, respondió a las preguntas de los medios de comunicación sobre la entrega de esa ayuda.

«Creo que en este momento está en la etapa de memorando de entendimiento entre los saudíes y las diversas agencias de la ONU a las que se destinará el dinero. Ese proceso está en curso. Esperamos que concluya pronto”, declaró este mes.

El portavoz añadió que muchos de los mayores donantes tienen este tipo de memorandos de entendimiento con la ONU.

Dujarric no cree que exista un conflicto de interés, dado que Arabia Saudita es uno de los protagonistas en el conflicto en Yemen.

“No diría que es un conflicto de intereses. Recibimos con beneplácito las generosas contribuciones del reino de Arabia Saudita…  las agencias humanitarias de la ONU… tendrán la libertad de utilizar esos recursos en la forma que mejor les parezca para ayudar al pueblo de Yemen», agregó.

En marzo, en la tercera conferencia internacional de ayuda humanitaria para Siria, realizada en Kuwait, los donantes prometieron 3.800 millones de dólares. La Unión Europea aportó casi 1.000 millones, Estados Unidos 507 millones y Kuwait 500 millones de dólares.

Varias organizaciones internacionales no gubernamentales, como la Fundación Turca de Ayuda Humanitaria, la Sociedad de la Media Luna Roja de Qatar y la Organización de Caridad Islámica de Kuwait se comprometieron a aportar en conjunto unos 500 millones de dólares.

Pero hasta la fecha no se informó sobre el estado de la entrega de los montos prometidos.

Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga

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