Sustituir grasas trans en EEUU alimentaría deforestación en Asia

Vestigio de palma aceitera en una turbera incendiada. Crédito: Cortesía de Wetland International

En Estados Unidos crece la preocupación sobre los riesgos de las grasas trans desde 1999, por lo que la demanda de aceite de palma, un sustituto barato, más que se duplicó en la última década y se espera que siga aumentando, a la par de la inquietud por la deforestación en varios países del sudeste asiático por su cultivo.

En esa región se produce 85 por ciento del aceite de palma del mundo.

Las grasas trans son un lípido parcialmente hidrogenado que se agrega a muchos alimentos congelados y horneados para mejorar su durabilidad y sumar sabor. La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos propuso prohibirlas luego de que estudios demostraron que podían ser causa de enfermedades cardiovasculares, y prohibió efectivamente su uso en julio.

La prohibición, junto con la pujante demanda de China e India, es uno de los varios motivos que muchos expertos atribuyen al aumento de la demanda de aceite de palma.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la demanda mundial de aceite de palma probablemente aumentará 60 por ciento para 2050, en comparación con los registros de 1999.

Las importaciones de este producto en Estados Unidos aumentaron más de 80 por ciento desde ese año, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

“El aceite de palma tiene muchas de las mismas propiedades que posee el aceite hidrogenado; ese es uno de los motivos por los que es tan común como reemplazo”, explicó Lael Goodman, analista de bosques tropicales en la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, en una entrevista con IPS.

“Mientras las empresas se fijan a su alrededor para ver qué usar en vez de estos aceites parcialmente hidrogenados, el aceite de palma es el aceite vegetal más barato del mercado”, agregó.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y Greenpeace Internacional, las plantaciones dedicadas a obtener aceite de palma son la principal causa de deforestación en Indonesia y Malasia.

Aunque Estados Unidos importa la mayor parte de su aceite de palma de Malasia, el aumento de la producción malasia se enlenteció por lo limitado de la tierra y de la mano de obra, señaló el Departamento de Agricultura. Indonesia es el mayor exportador desde 2011.

En este gráfico se responde a la pregunta: ¿Se enlentece la pérdida de bosques primarios en Indonesia? Crédito: Instituto de Recursos Mundiales
En este gráfico se responde a la pregunta: ¿Se enlentece la pérdida de bosques primarios en Indonesia? Crédito: Instituto de Recursos Mundiales

Las preocupaciones sobrevienen en un momento en el que Indonesia prevé duplicar su producción de aceite de palma para 2020, en respuesta al aumento de la demanda, aunque ya está sufriendo uno de los registros más elevados de deforestación.

Joko Widodo, presidente de Indonesia, volvió más estricta la moratoria contra la deforestación impuesta este año al país. Sin embargo, la moratoria, que se introdujo en 2011, no ha logrado controlar la expansión de las plantaciones de palma aceitera en bosques primarios y turberas, según el estadounidense Departamento de Agricultura.

Un estudio realizado por investigadores de la estadounidense Universidad de Maryland y el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, en inglés), una organización de expertos con sede en Washington, reveló que Indonesia perdió más de seis millones de hectáreas de bosques primarios entre 2000 y 2012. Esa área equivale a la mitad de la de Gran Bretaña.

“Aún no poseemos datos para 2014 o 2015, y hubo una disminución en 2013, pero el resultado final todavía es que el ritmo de deforestación es uno de los más altos que se hayan registrado en la historia del país”, dijo a IPS el gerente de comunicaciones del Programa de Bosques del WRI, James Anderson.

El país también es conocido por causar contaminación atmosférica en el sudeste asiático, debido a la quema de bosques que a menudo se vincula con el despeje de tierras para plantar palmas aceiteras.

“Cuando se despejan las turberas, que son suelos muy ricos en carbono, pueden arder durante meses o incluso años. Y esto emite muchas partículas a la atmósfera que se propagan por toda Asia y constituyen un enorme problema sanitario cada año”, dijo Goodman.

Los incendios suelen llegar a su clímax cada septiembre. En 2013, Malasia y Singapur se vieron seriamente afectados por la contaminación aérea. El Servicio Meteorológico de Singapur prevé que la neblina que llega desde Indonesia será igual de perjudicial este año, con la llegada de la temporada de El Niño.

Goodman dijo que las empresas, bajo presión del público, han empezado a centrarse en el aceite de palma que no produce deforestación.

“Hay una atención corporativa muy grande sobre de dónde viene el aceite de palma”, señaló la experta.

[related_articles]“Muchos de esos compromisos se iniciaron en 2015, algunos de ellos no empezarán hasta 2020. Apenas estamos comenzando a ver lo que esperemos marque una diferencia en los próximos años”, agregó.

La Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible se creó en 2004 como entidad certificadora de esa sostenibilidad. El sitio web de esa organización sin fines de lucro señala que tiene unos 2.000 miembros, que representan a 40 por ciento de la industria, y que certifica a 20 por ciento del aceite de palma que se produce en el mundo.

En los últimos años, varias empresas, como Dunkin’ Brands, Krispy Kreme y McDonald’s, han asumido compromisos para comprar aceite de palma libre de deforestación.

Global Forest Watch (GFW), una iniciativa del WRI, realiza un seguimiento de las quemas y despejes de bosques en Indonesia. El servicio ofrece, en tiempo real, mapas de deforestación y puntos álgidos para los usuarios.

Según el WRI, entre las empresas que usan el sistema figuran Unilever e integrantes de la Mesa Redonda.

“Muchas empresas carecen de las herramientas para implementar realmente los compromisos, simplemente porque es muy difícil rastrear sus cadenas de suministro para saber si el aceite de palma procede de un lugar que es deforestado”, dijo Sarah Lake, de GFW, en diálogo con IPS.

El servicio GFW, dijo, fue ofrecido sin cargo a las empresas para que reciban alertas y monitoreen sus tierras en casos de deforestación o incendios.

“Nuestro enfoque no es necesariamente reducir el uso de aceite de palma. Este puede ser perfectamente sostenible. Solo es cuestión de asegurarse de que se está obteniendo aceite de palma que no esté vinculado a un comportamiento ambientalmente problemático”, dijo Lake.

 

Editado por Kanya D’Almeida

 

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