Café y banano juntos para mejorar ingresos de agricultores ugandeses

El cultivador de café Joshua Wamukota tiene un terreno en el centro de Uganda y es uno de los muchos en plantar café y banano juntos, una práctica climáticamente inteligente. Crédito: Wambi Michael/IPS
El cultivador de café Joshua Wamukota tiene un terreno en el centro de Uganda y es uno de los muchos en plantar café y banano juntos, una práctica climáticamente inteligente. Crédito: Wambi Michael/IPS

Los agricultores ugandeses prueban cada vez más plantar café, el principal producto de exportación, con banano, un cultivo alimentario básico, como forma de hacer frente a las consecuencias del cambio climático en este país africano.

En el densamente poblado monte Elgon, en la cadena Ruwensori, los pequeños agricultores plantan los dos cultivos juntos, a pesar de las recomendaciones del sistema de extensión agrícola colonial de separarlos en el centro y el oeste del país, donde se creía que abundaba la tierra.

Pero con la creciente presión poblacional y el cambio climático, ya no es posible, aunque estudios del Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA) y otras organizaciones muestran que los agricultores de Uganda logran 50 por ciento más de ingresos al combinar el cultivo de café con el de banano, en vez de optar por uno solo.

Realizado en más de 30 distritos de Uganda, el estudio muestra que la producción de café se mantuvo cuando se combinó con el cultivo de banano, que, además, permitió aumentar los ingresos de los agricultores.

Según el agrónomo Piet Van Asten, del IITA en Kampala, la región donde se cultiva la variedad de café Arábico, en el monte Elgon, logró un rendimiento de 4,441 dólares anuales por hectárea cuando se combinó con el cultivo de banano, por encima de los 1.728 dólares y los 2.364 dólares que se obtienen cuando se plantan de forma independiente.

En las áreas donde se planta la variedad de café Robusta, en el sur y suroeste de Uganda, el ingreso anual por hectárea de cultivos asociados ronda los 1.827 dólares, más que los 1.286 dólares que deja el monocultivo.

Van Asten y otros investigadores del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) sugieren que el cultivo asociado también puede ayudar a los agricultores a hacer frente a las exigencias que impone el cambio climático.

La perspectiva de que la temperatura promedio en Uganda aumente dos grados centígrados en la próxima década, lo que generará lluvias irregulares, tendrá un impacto negativo en el café, el principal cultivo comercial de este país.

El café genera alrededor de 20 por ciento de los ingresos de exportación y es la principal fuente de ingresos de los pequeños agricultores. Tanto la variedad Robusta como la Arábica necesitan un clima tropical cálido que solo se encuentra en las mayores altitudes, por lo general por encima de los 1.400 metros.

Si no se adapta el sistema, concluye el estudio, las áreas por debajo de los 1.300 metros probablemente quedarán inutilizables para la producción de la variedad Arábica. Las que están entre 1.300 y 1.700 metros quedarán comprometidas si los agricultores no cambian las prácticas actuales que usan las variedades tradicionales y utilizan pocas tecnologías para crear sombra y conservar el agua.

La asociación de ambos cultivos resulta una alternativa prometedora.

La sombra que da el banano puede reducir la temperatura en los cafetos en dos grados o más. Además, la cubierta permanente, el sistema de raíz y el mantillo del banano evitan la erosión y la degradación del suelo en terrenos accidentados.

Los investigadores sugieren que plantar bananos en campos de café también ayuda a mitigar los efectos del cambio climático al capturar dióxido de carbono del aire que, a través del mantillo, enriquecen las reservas de carbono del suelo.

El banano es un producto básico importante y generador de ingresos en Uganda y es fundamental para la seguridad alimentaria. Este país tiene uno de los mayores consumos de banano por persona del mundo. Se produce todo el año, lo que permite generar un ingreso modesto, pero continuo, a diferencia del café, que se produce una o dos veces al año.

La evidencia muestra que plantar café a la sombra de los bananos mejora la calidad del grano. También se comprobó que disminuye la aparición de la enfermedad de la roya en 50 por ciento en plantas que no están a la sombra, muy importante en un contexto de aumento de enfermedades por el incremento de la temperatura.

Nicholas Muhangu, un agricultor que produce café de la variedad Arábica en el monte Elgon, en el este de Uganda, dijo a IPS que plantar los dos cultivos a la vez en el mismo terreno duplicó sus ventajas.

Además, “el banano es igual de importante como cultivo alimentario y es el único que prospera en esta área”, explicó.

Muhangu observó que cultivos como el maíz no funcionan bien en la región porque es demasiado fría y demora en madurar. “No puedes decir que eres agricultor si no tienes café y banano. Tenemos pequeños terrenos y hay que cultivarlos juntos”, aseguró.

Van Asten y sus colegas investigaron por qué el cultivo asociado de café y banano no está generalizado en este país y concluyeron que una de las desventajas es que aumenta la competencia por agua, nutrientes y luz.

“Pero se puede resolver con buenas prácticas agrícolas integrando insumos como fertilizantes y nutrientes orgánicos”, explicó.

“Solo tiene que asegurarse que los bananos estén adecuadamente podados para evitar las hojas innecesarias y ambos cultivos podrán coexistir confortablemente”, coincidió Muhangu.

George Wanakina, un trabajador del distrito de Mbale, en una de las áreas donde se cultiva café y banano, dijo a IPS que la combinación de esos cultivos forma parte del estilo de vida y del conocimiento de los agricultores locales y que se ha pasado de generación en generación.

“Solo necesitamos formas de difundir el conocimiento autóctono a otras partes del país ahora que cuenta con el respaldo de investigaciones científicas que prueban que puede ser uno de los mecanismos para hacer frente al cambio climático”, puntualizó Wanakina.

George William Bazirake, científico del Instituto de Investigación Industrial de Uganda, dijo a IPS que la piel del banano y la cáscara y las hojas del café pueden ser una opción climáticamente inteligente para retener nutrientes en el suelo.

Un análisis de IITA en el este de Uganda revela que aumenta la proporción de plantaciones con cultivos asociados en los últimos cinco años; 85 por ciento de los agricultores actualmente mantienen por lo menos una parcela con cultivos de café y banano combinados.

El estudio también muestra que la mitad de los productores de café en el centro y oeste de Uganda todavía se dedican al monocultivo.

IITA estudia los beneficios de la asociación de cultivos de café y banano en Burundi, República Democrática del Congo, Ruanda y Uganda desde 2006.

Los beneficios incluyen: mayor fertilidad del suelo al suministrar material para el mantillo, protección del suelo y de la planta de café de las temperaturas extremas, mejor calidad y producción de café, manejo del riesgo de los ingresos, intensificación sostenible de pequeños terrenos, gestión del agua, protección de la erosión y escorrentía cuando hay lluvias abundantes.

El gobierno todavía no adoptó oficialmente la práctica porque hay múltiples actores y un terreno no regulado en materia de adaptación al cambio climático, lo que demora su aceptación.

Sin embargo, los últimos estudios y publicaciones internacionales incluyen referencias al cultivo asociado de café y banano como una práctica climáticamente inteligente. Ruanda, por ejemplo, registró un significativo cambio de actitud cuando el gobierno comenzó a promover la práctica del cultivo asociado.

Traducido por Verónica Firme

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