Falta de fondos abona malnutrición en Zimbabwe

Los agricultores sufrirán la mengua del apoyo que reciben para capacitación y para promover la agricultura climáticamente inteligente por los recortes que sufrirá la partida salarial para los funcionarios que les ofrecen asistencia técnica en Zimbabwe. Crédito: Busani Bafana/IPS.
Los agricultores sufrirán la mengua del apoyo que reciben para capacitación y para promover la agricultura climáticamente inteligente por los recortes que sufrirá la partida salarial para los funcionarios que les ofrecen asistencia técnica en Zimbabwe. Crédito: Busani Bafana/IPS.

Las sucesivas malas cosechas redujeron el acopio de alimentos de Ndodana Makhalima y perjudicaron la calidad de la alimentación de su familia. Este agricultor de subsistencia, asentado en Lupane, unos 110 kilómetros al norte de esta ciudad del suroeste de Zimbabwe, aprendió a convivir con el hambre.

“Antes podía comer umxhanxa (mezcla de maíz y melón) e inkobe (mezcla de maíz, caupí y maní) todo el año, pero ya no”, relató Makhalima, de 56 años.

“Mi silo está vacío y la familia no tiene nada para comer. Creo que los niños nunca conocerán el tipo de alimentos que te hacían crecer y que solía comer de joven”, reflexionó al observar la dimensión de la mala calidad de la alimentación en las zonas rurales de este país africano.[pullquote]3[/pullquote]

Los agricultores de subsistencia deberán afrontar diversos problemas con el aviso emitido por la Red de Sistemas de Alerta Temprana de Hambruna (Fews Net, en inglés) sobre la ocurrencia de otra sequía durante la temporada 2015-2016, que podría agravar el estado nutricional en Zimbabwe.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) señala que millones de personas en este país necesitan asistencia alimentaria.

Pero lo que reduce las esperanzas de millones de agricultores como Makhalima es la falta de fondos que atraviesa el sector agrícola, que supo ser uno de los grandes contribuyentes al producto interno bruto (PIB) del país.

Zimbabwe necesita de millones de dólares para financiar los programas de irrigación dispersos por todo el país. El Ministerio del Clima y el Departamento de Servicios Meteorológicos anunciaron en octubre la siembra de nubes, pero el ejercicio todavía está por implementarse.

La oficina de meteorología también anunció que compraría una aeronave para llevar adelante la siembra de nubes, pero el Departamento había mencionado antes las limitaciones económicas que afectaron sus operaciones, y no queda claro de dónde saldrán los fondos para adquirir el avión.

Sin embargo, especialistas aclararon que solo puede hacerse cuando hay ciertas nubes favorables para que ocurra el proceso.

Al anunciar el presupuesto nacional, el 26 de noviembre, el ministro de Finanzas, Patrick Chinamasa, indicó que el sector agrícola requerirá 1.700 millones de dólares y que habrá que reservar 28 millones para la compra de insumos para 300.000 hogares rurales vulnerables.

En el marco del programa, los pequeños agricultores recibirán maíz, semillas pequeñas y fertilizantes.

Pero los sindicatos sostienen que se necesitarán más fondos, pues la agricultura, tan dependiente de las lluvias, deberá hacer frente a prolongados períodos de sequía.

“La importancia del sector agrícola radica en su contribución a las exportaciones, que ronda 30 por ciento, en que concentra entre 60 y 70 por ciento del empleo y alrededor de 19 por ciento del PIB, siendo una de las mayores fuentes de ingresos para más de 70 por ciento de la población”, detalló Chinamasa en la presentación del presupuesto al parlamento.

Según él, la producción agrícola, que cayó 51 por ciento respecto de la temporada 2013-2014, se recuperará 1,8 por ciento en la próxima de 2015-2016, a pesar de las alertas de que será seca.

Al día siguiente de la presentación del presupuesto, Chinamasa informó en un desayuno de trabajo que Zimbabwe suscribirá un acuerdo de 60 millones de dólares con el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) para financiar la irrigación, presentada por el Ministerio como la solución para impulsar la producción agrícola.

Pero a los agricultores de subsistencia, quienes dependieron de la asistencia técnica de los funcionarios de extensión agrícola, les esperan tiempos más duros, pues el ministro de Finanzas anunció que se recortarán sus actividades en el marco de los esfuerzos del gobierno por reducir la partida de sueldos.

Los recortes coinciden con la búsqueda por parte de los agricultores de conocimientos y capacidades para hacer frente a la vulnerabilidad climática, a la que se atribuyen las malas cosechas.[related_articles]

El gubernamental Comité de Evaluación de Vulnerabilidad de Zimbabwe (ZimVAC), que fija referencias para la nutrición rural con apoyo del PMA, informó que 1,5 millones de personas, 16 por ciento de la población rural, carecen de seguridad alimentaria.

El número representa un aumento de 163 por ciento respecto del año anterior, preció ZimVAC.

Las agencias de desarrollo relacionan la alimentación con la capacidad de las personas de llevar adelante vidas productivas con acceso a buena nutrición, una necesidad que se acentúa en grupos vulnerables como las personas con VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

El PMA ya puso en marcha la asistencia a pacientes malnutridos con VIH/sida y tuberculosis en todo el país por medio del Programa de Salud y Nutrición, que beneficiará a millones de personas en zonas rurales, según el Ministerio de Salud.

Pero existe la preocupación de que los problemas de la agricultura y las malas cosechas, que ya vaciaron los silos de los hogares rurales, dificulten el acceso al tan necesitado apoyo nutricional de los pacientes con VIH/sida, un requisito vital para pacientes que reciben terapia antirretroviral.

La Organización de las Naciones Unidas “reconoce que para lograr un desarrollo agrícola inclusivo y la seguridad alimentaria y nutricional, deben implementarse programas de protección social dirigidos”, puntualizó el subcoordinador regional para África austral y representante de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en Zimbabwe, Swazilandia y Botswana, David Phiri.

En el marco de los esfuerzos para mejorar la producción agrícola y la nutrición, la FAO y el PMA ayudan a los pequeños agricultores a adoptar la agricultura climáticamente inteligente, lo que completa los esfuerzos del gobierno para recuperar los programas de irrigación en todo el país.

Ese tipo de intervenciones pueden aportar la tan necesitada asistencia para agricultores como Makhalima, quienes dependen de la actividad agrícola para alimentarse y generar ingresos.

Traducido por Verónica Firme

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