El crecimiento que traería el TPP: ¿El traje nuevo del imperio?

Jomo Kwame Sundaram
Jomo Kwame Sundaram

Aunque el principal motivo de Estados Unidos para impulsar el Acuerdo Transpacífico de Asociación para la Cooperación Económica (TPP, en inglés) fue contrarrestar la influencia de China, también pretende socavar la Ronda de Doha de negociaciones comerciales y apoyar los intereses de empresas estadounidenses.

Por lo tanto, se hizo aun más necesario legitimar al TPP en función de sus beneficios aparentes. Presentado como el acuerdo comercial de referencia del siglo XXI, no obstante es necesario determinar cuáles son las ventajas que realmente se pueden esperar y si estas superan los costos.[pullquote]3[/pullquote]

Escasas ventajas comerciales

El único estudio del gobierno de Estados Unidos sobre las probables consecuencias del TPP encontró un avance muy escaso en la reducción de los aranceles, de apenas 0,1 por ciento en el lapso de una década. De hecho, todos los estudios realizados proyectan un crecimiento económico directo insignificante debido a la liberalización del comercio del TPP.

En cambio, el Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE) acercó la hoja de parra para el traje nuevo del imperio con proyecciones mucho más infladas de los supuestos avances. En 2012 proyectó un crecimiento de 0,4 por ciento al cabo de una década de vigencia del TPP. Pero en enero el centro de estudios con sede en Estados Unidos afirmó que el crecimiento comercial derivado del acuerdo sería de 0,5 por ciento luego de 15 años.

Increíblemente, en base al mismo estudio del PIIE, el informe Global Monitoring Report del Banco Mundial, de enero de este año, logró duplicar el crecimiento derivado del TPP a 1,1 por ciento.

Si se utilizan métodos más convencionales para calcularlos, los beneficios comerciales serían mucho menores, como resultó en el estudio del gobierno de Estados Unidos. Los estudios del PIIE sostienen que los avances son mayores debido a “medidas no comerciales” y picos derivados de la inversión extranjera.

¿Análisis costo-beneficio?

Esto se justifica por el supuesto de que el TPP colocará a todos los países participantes dentro del 10 por ciento superior del ranking de negocios del Banco Mundial, a pesar de que las pruebas al respecto son ambiguas.

El estudio de 2012 supone de manera arbitraria que cada dólar de inversión extranjera directa en el bloque del TPP generaría un ingreso adicional anual de 33 centavos, divididos en partes iguales entre los países de origen y de destino, sin ninguna teoría, procedimiento de modelado o bases empíricas para estos supuestos.

Las normas que permiten a los inversores extranjeros demandar a los gobiernos en tribunales privados, o aquellas que socavan la regulación bancaria nacional, se convierten en reducción de costos que promueven el comercio, haciendo caso omiso de los costos y riesgos que implica ignorar las regulaciones y los impuestos nacionales. Los avances – que son presentados como enormes – tienen poca o ninguna base analítica en la economía, la evidencia o la experiencia.

Para argumentar a favor del TPP, el PIIE subestima los costos y los riesgos y exagera los beneficios. Disposiciones muy diversas del acuerdo se introdujeron al modelo de comercio como simples reducciones de costos, con poca consideración de los riesgos y los costos a la baja.

Aunque esos costos y riesgos no son considerados en serio, sin embargo las proyecciones se presentan como evaluaciones de costo-beneficio.

Al subestimar costos cruciales y exagerar los beneficios proyectados se exageran las ventajas netas.

Por ejemplo, las disposiciones para fortalecer, ampliar y extender los derechos de propiedad intelectual se convierten en simples reducciones de costos que incrementarán el comercio de servicios. Este análisis ignora las repercusiones sobre los consumidores o los gobiernos que subvencionan los precios de los medicamentos a los pacientes.

Beneficios ínfimos

Por lo tanto, los estudios del PIIE y el Banco Mundial exageran enormemente los beneficios del TPP. Los únicos beneficios cuantificables coherentes con la teoría y la evidencia económica son los de índole comercial derivados de los aranceles, pero constituyen una parte muy pequeña de las mejoras proyectadas.

Muchos beneficios implican ganancias de una sola vez, y no aumentan las tasas de crecimiento anuales de las economías. Además, estas ganancias deben compararse con los costos ignorados por el estudio, así como los detalles reales del acuerdo definitivo.

Incluso sin ajustar, los beneficios son pequeños en relación con el producto interno bruto de las economías asociadas al TPP. Pero aun estos son escasos y deben revisarse a la baja, ya que muchos de los supuestos realizados para estas proyecciones no están en el acuerdo definitivo.

Mientras que los beneficios comerciales previstos demorarán, en gran parte debido a las disposiciones del TPP, los principales riesgos y costos serán más inmediatos.

Además, cualquier impacto del TPP sobre los ingresos de los trabajadores queda excluido por el supuesto de que todas las economías operan constantemente con pleno empleo, mientras que la distribución del ingreso y las balanzas comerciales y fiscales permanecen fijas en el tiempo.

Si los insignificantes beneficios derivados del TPP se concentran principalmente en un número reducido de grandes empresas, y las pérdidas las sufren otros – los trabajadores, los consumidores o los contribuyentes – el acuerdo agravará la desigualdad.[related_articles]

Nuestro propio estudio – que aplica un modelo keynesiano de política macroeconómica, especificaciones más realistas y las proyecciones comerciales que hiciera el PIIE en 2012 – encontró un crecimiento menor, pérdidas netas de empleo, una mayor presión sobre los salarios, disminución de la participación del trabajo en el ingreso y una mayor desigualdad de ingresos.

¿Ganancia o pérdida neta?

El TPP hace mucho más que lo necesario para redefinir el papel del Estado con el fin de facilitar el comercio. Las “disciplinas” del acuerdo restringirán significativamente el margen de acción política necesaria para que los gobiernos aceleren el desarrollo económico y protejan el interés público.

Los dudosos mayores beneficios proyectados por los defensores del TPP hacen que sea aún más esencial considerar la naturaleza y la magnitud de los costos y riesgos que ignoran los ejercicios de modelización disponibles.

El TPP impondrá costos directos, por ejemplo, mediante la extensión de las patentes y el bloqueo de la producción y las importaciones de productos genéricos.

Las disposiciones del TPP sobre la solución de controversias entre inversores y el Estado permitirán a los inversores extranjeros demandar a un gobierno en un tribunal extraterritorial si aseguran que la nueva política o regulación reduce sus beneficios futuros esperados, incluso si las normas son de interés público.

Como los inversores extranjeros ya están bien protegidos por otros medios disponibles, estas disposiciones son completamente innecesarias.

Incluso los defensores de la liberalización comercial criticaron la inclusión de estas disposiciones extracomerciales en los acuerdos de libre comercio. En lugar de ser el acuerdo regional de libre comercio que se asegura que es, el TPP parece ser «un régimen de comercio gestionado que pone en primer lugar a los intereses corporativos».

Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor y no representan necesariamente las de IPS – Inter Press Service, ni pueden atribuírsele.

Traducido por Álvaro Queiruga

 

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