Uganda responde con vacunación obligatoria a mitos en su contra

Mujeres esperan para vacunar a sus hijos en el Centro de Salud Kisugu en Kampala, Uganda. La enfermera en primer plano es Betty Makakeeto. Crédito: Amy Fallon/IPS
Mujeres esperan para vacunar a sus hijos en el Centro de Salud Kisugu en Kampala, Uganda. La enfermera en primer plano es Betty Makakeeto. Crédito: Amy Fallon/IPS

Patience*, una empleada doméstica de Uganda, pensaba vacunar a su hijo de tres años contra la poliomelitis durante las campañas de inmunización que se realizaron en este país africano hace un año, hasta que la esposa de su casero le advirtió algo que le hizo cambiar de opinión.

«La medicina que les están inyectando hará que cuando el niño sea adulto no pueda reproducirse. Ni se te ocurre vacunarlo, me dijo», recordó Patience, de 32 años, en diálogo con IPS.[pullquote]3[/pullquote]

En su vecindario, el barrio pobre de Kyebando, en Kampala, muchas familias «le mintieron al personal médico» porque estaban «aterrados» por lo que esa mujer les había dicho, añadió.

A principios de este año el presidente Yoweri Museveni promulgó la Ley de Vacunación de 2016, que incluye multas y una pena de seis meses de cárcel para los padres que no vacunen a sus hijos e hijas menores de un año de edad.

La ley también obliga a presentar una tarjeta de vacunación para poder acceder a los centros de cuidado infantil y a la educación infantil o primaria. También pretende proporcionar inmunización obligatoria a las mujeres en edad de reproducción y otros grupos contra la tuberculosis, la tos ferina, el tétanos, la hepatitis B, la poliomielitis y el sarampión, según la legislación aprobada por el Parlamento en 2015.

Veinte por ciento de las niñas y niños africanos aún no reciben las vacunas básicas que necesitan, incluidas aquellas contra el sarampión, la rubéola y el tétanos neonatal,  destacó un informe presentado por la Organización Mundial de la Salud en la primera reunión ministerial sobre Inmunización en África, celebrada en Addis Abeba, Etiopía, en febrero.

Uganda ocupó el peor lugar en África oriental por cobertura de inmunización. Un ejemplo es la cobertura que tuvo el país en 2014 contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, que fue de 78 por ciento en comparación con 80 por ciento en República Democrática de Congo, 81 por ciento en Kenia, 97 por ciento en Tanzania y 99 por ciento en Ruanda.

Según la legisladora Huda Oleru, que presentó la iniciativa legislativa en 2011, el mayor obstáculo para la vacunación en Uganda fue el culto “666”, integrado por poco más de 500 miembros que se niegan a vacunar a sus hijos y que está «creciendo» en todo el país, aseguró.

“Ellos decían que las vacunas están hechas con cerdos, animales salvajes y que nuestros hijos se comportarán como animales”, afirmó Oleru. La legisladora mantiene un diálogo con este grupo y espera que sus integrantes recapaciten, «a la larga”.

Pero por ahora, la ley es la «forma más fácil» de obligarlos a vacunar a sus hijos, sostuvo.

«Cuando ingresé al Parlamento (en 2006), me di cuenta de que no teníamos una ley de vacunación, y una ley es orientación… y nos guía en las zonas de impunidad”, observó Oleru.

Al menos 10 miembros de un grupo cristiano fueron detenidos por negarse a vacunar a sus hijos contra la poliomielitis, informó el diario Daily Monitor en mayo.

Henry Luzze, el director adjunto del Programa Nacional Ampliado de Vacunación de Uganda, dijo a IPS que el gobierno vacuna actualmente contra 10 enfermedades. También recibió la aprobación de la organización internacional Alianza para la Vacuna (GAVI, en inglés) para introducir la vacuna contra el rotavirus de la diarrea infantil, un «gran problema», según el médico.

Asimismo, pretende introducir una vacuna contra la rubéola en 2018 y una segunda vacuna contra el sarampión para ser dada a los 18 meses.

El sarampión sigue siendo una gran amenaza, después de los brotes de 2015 en el oeste del país, explicó.

«Todavía tenemos algunos distritos y comunidades que están por debajo de lo que queremos en términos de cobertura en la parte oriental del país, las zonas de gran altitud y donde no hay transporte», comentó Luzze.

Tampoco se está vacunando a los niños en varios distritos debido a la escasez de vacunas, pero gracias al apoyo de GAVI, Uganda adquirió refrigeradores que funcionan con energía solar para mantener las vacunas en zonas propensas a los cortes de energía.

La afluencia de refugiados de Burundi, República Democrática del Congo y Sudán del Sur, donde las tasas de inmunización son bajas, presenta un nuevo desafío para este país. En mayo se confirmaron al menos tres casos de fiebre amarilla, y se sospecha la existencia de decenas más.

De acuerdo con la nueva ley, «el gobierno proporcionará vacunas gratuitas y otros servicios relacionados” a todos los ugandeses en condiciones de ser vacunados.

La legislación «faculta a las organizaciones de la sociedad civil para enfrentar al gobierno», que podría ser llevado a juicio por la escasez de vacunas, manifestó Luzze.

Pero para algunos la ley es demasiado dura, y durante una campaña de vacunación contra la poliomelitis, celebrada en marzo, se informó que unos 2.000 niños y niñas menores de cinco años no fueron vacunados en Karamoja, en el noreste del país, según el diario Daily Monitor.[related_articles]

La Ley también estipula la creación de un Fondo de Inmunización que adquirirá las «vacunas y materiales relacionados, y cadenas de frío”.

“GAVI apoyó tanto a este país y todavía sigue dando, pero el reto es que GAVI tiene sus criterios. Pronto podríamos convertirnos en un país de medianos ingresos, entonces no seremos aptos para recibir su apoyo”, advirtió Oleru.

Luzze cree que la ley será fácil de aplicar porque «el presidente, los ministros, los parlamentarios, los líderes religiosos» la apoyan.

Moses Byaruhanga, el director de los servicios médicos y sanitarios de la policía ugandesa, informó que las autoridades acudirían a programas de entrevistas de radio para informar sobre la ley, pero añadió que las autoridades serán rigurosas.

«La policía podrá averiguar si (los padres) no llevaron a sus hijos a ser vacunados”, dijo, y agregó que los trabajadores de la salud, los dirigentes locales y las escuelas serían los ojos y los oídos de la comunidad.

Expertos internacionales en materia de inmunización, como Mike McQuestion, director de financiación de la inmunización sostenible en el estadounidense Instituto de Vacunas Sabin, han elogiado la nueva legislación por ser un «ejemplo de buen gobierno».

«La forma en que los ugandeses crearon esta ley es en sí impresionante. Varias instituciones públicas colaboraron para redactarla, revisarla y hacerla avanzar», indicó.

A finales de marzo, unas dos semanas después de que fuera promulgada la ley, Patience vacunó a su hijo contra la poliomielitis, en una campaña masiva puerta a puerta.

«Fue muy fácil. Solo le pusieron una gota en la boca y luego una marca en el dedo”, comentó, y añadió que el procedimiento solo duró tres minutos.

* El nombre de Patience fue cambiado por razones personales.

Traducido por Álvaro Queiruga

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