Bioseguridad en avicultura, una nueva esperanza para Indonesia

James McGrane, jefe de equipo del Centro de Emergencia para la Lucha contra Enfermedades Transfronterizas de los Animales (Ectad), de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en su oficina en Yakarta. Crédito: Kanis Dursin/IPS.
James McGrane, jefe de equipo del Centro de Emergencia para la Lucha contra Enfermedades Transfronterizas de los Animales (Ectad), de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en su oficina en Yakarta. Crédito: Kanis Dursin/IPS.

El productor avícola de Indonesia, Bambang Sutrisno Setiawan, hace tiempo que escuchaba hablar de bioseguridad, pero nunca le prestó mucha atención, ni siquiera cuando la mortal cepa H5N1 lo obligó a sacrificar miles de gallinas ponedoras en 2003 y 2009.

Después de 18 años dedicado a la cría de pollos, Bambang decidió convertir su segunda granja avícola y construir tres zonas bioseguras, convencido de que es la única forma de salvar a su empresa de las continuas amenazas de la gripe aviar y de otras enfermedades.

“Mi segunda pollería biosegura pronto estará en funcionamiento”, dijo Ilung, como lo conocen sus amigos, en entrevista telefónica con IPS en junio desde Semarang, en Java Central, a una hora en avión de Yakarta.[pullquote]3[/pullquote]

El productor avícola de 44 años tiene dos granjas de aves, con 30.000 gallinas ponedoras cada una y un espacio para contener a 10.000 pollos de un día.

Ilung transformó una de sus granjas en una producción biosegura en noviembre de 2015, tras participar en seminarios y capacitaciones organizadas por el Servicio de Salud Animal y Ganadería y el Centro de Emergencia para la Lucha contra Enfermedades Transfronterizas de los Animales (Ectad), de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

La bioseguridad en tres zonas es uno de los programas del Ectad Indonesia, que promueve la contención de la influenza aviar altamente patógena (HPAI, en inglés), que sigue asolando a este país de 250 millones de habitantes, desde que fuera detectado por primera vez en 2003.

El modelo divide la granja en tres áreas separadas: una zona roja para las áreas externas de alto riesgo de enfermedad, la amarilla para los servicios de riesgo medio y, la verde, de acceso restringido, limpia y sumamente segura.

Para pasar del área roja a la amarilla hay que ducharse y cambiarse toda la ropa y los zapatos, y para seguir avanzando a la verde, hay que pasar por otro cambio de zapatos para así mantener los estándares de bioseguridad.

Según Ilung, la bioseguridad deja afuera a las enfermedades y reduce los costos de desinfectantes y medicamentos en 30 por ciento y 40 por ciento, respectivamente.

“La producción también aumenta a 60 kilogramos por cada 1.000 ponedoras, comparado con los 50 de antes, y lo más importante, no ha aparecido ningún brote de enfermedad desde noviembre de 2015”, destacó Ilung, padre de dos hijos y dedicado a la cría de aves desde 1999.

En 2009, Ilung tuvo que sacrificar casi a la mitad de sus ponedoras cuando la influenza aviar golpeó otra vez a su granja aviar. Antes de eso, tuvo que vender 11.000 pollos de forma prematura para reducir las pérdidas tras descubrir que 300 ponedoras habían muerto por el virus H5N1 en 2003.

Robby Susanto, un productor de aviar de 62 años de Solo, en Java Central, dijo que la bioseguridad ofrece muchos beneficios a los criadores.

“Nuestro beneficio neto aumentó entre 11 y 35 por ciento desde que practicamos la bioseguridad aviar”, dijo a IPS por teléfono desde Solo, a 80 minutos en avión de YaKarta.

Susanto comenzó con la cría de aves en 2010, tras participar en proyectos pilotos de bioseguridad en el Ectad, junto con otros cinco criadores.

“La bioseguridad permite que la influenza aviar y otras enfermedades no afecten a sus 100.000 ponedoras, y ayuda a mantener la producción de cinco toneladas de huevos al día”, detalló.

Un estudio del Ectad Indonesia reveló que por cada centavo destinado a la bioseguridad en tres zonas, las granjas aviares obtienen 12 de ganancia.

Ilung dijo que gastó unos 5.000 dólares por cada granja biosegura.

Indonesia figura como uno de los principales lugares donde la influenza aviar H5N1 pasó a los humanos desde 2005, lo que hizo que al año siguiente el Ectad abriera una oficina en este país.

“Indonesia fue uno de los lugares con más casos de influenza humana y más muertes hasta 2014”, precisó James McGrane, jefe de equipo del Ectad Indonesia, en entrevista con IPS en Yakarta.

Este país detectó el primer caso de gripe aviar en 2003. Desde entonces, el virus H5N1 causó la muerte de millones de aves en 32 de las 34 provincia indonesias, y puso en peligro el sustento de muchas personas, según el Ectad Indonesia.

Hasta 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registró 199 casos confirmados de influenza aviar en humanos con 167 personas fallecidas en Indonesia. Este es el país con el mayor número de casos, seguido de Egipto, con 120 fallecidos en 359 casos, y Vietnam con 64 en 127.

La negligencia de los criadores, quienes no quieren respetar estándares adecuados de seguridad, es una de las principales razones de que mueran tantas personas en Indonesia.

Además de impulsar la bioseguridad, el Ectad Indonesia ayudó al gobierno central y a los locales a desarrollar e implementar el Sistema Participativo de Respuesta y Vigilancia a fin de contener la HPAI en las pequeñas granjas avícolas de las 32 provincias.

En 2015, el sistema ya tenía 2.500 funcionarios capacitados en 350 distritos de 30 provincias. La iniciativa, según McGrane permitió detectar y hacer frente a 10.000 brotes de la HPAI en estos años.

“En 2009, tras una evaluación del sistema, se hizo más énfasis en el trabajo con granjas avícolas comerciales, y se lanzó un programa para fortalecer las relaciones con, y la vigilancia en, la industria comercial”, precisó McGrane.

Desde 2012, el Ectad ayudó a implementar la bioseguridad avícola en seis granjas comerciales piloto.

El director de Salud Animal, de la Dirección de Salud Animal y Ganadería del Ministerio de Agricultura, Fadjar Sumping Tjatur Rasa, subrayó que la bioseguridad contribuyó a reducir el número de casos de influenza aviar en Indonesia.

“Todavía tenemos casos todos los años, pero el número disminuye año a año”, precisó al ser consultado por IPS.[related_articles]

El ministerio registró 255 casos de H5N1 en 2016, en comparación con los 123 de 2015, los 343 de 2014, y los 470 de 2013.

Este país tuvo su peor brote de influenza aviar en 2007, cuando se confirmaron 2.751 casos, antes de que se redujeran a 2.293 casos, en 2009, y a 1.502, en 2010. El ministerio lleva registrados este año solo 94 casos.

Fadjar se mostró optimista de que el número de casos de gripe aviar siga disminuyendo ahora que Indonesia adoptó el enfoque de “Un mundo, una salud”, que subraya el vínculo entre enfermedades animales y humanas.

El enfoque reconoce que la salud humana, animal y de los ecosistemas está interrelacionada y que cualquier posible, o riesgo de, enfermedad, requiere del esfuerzo conjunto del personal de la salud, como veterinarios, médicos, funcionarios de salud pública, epidemiólogos, ecologistas, toxicólogos, etc. y las instituciones responsables para lograr el optimo estado de salud de personas, animales de criadero y silvestres y ambiente.

“Ahora el Ministerio de Salud nos alerta si sospecha de que un paciente tiene el virus de la influenza aviar. Nosotros también tenemos que informarles si sospechamos de un brote”, explicó Fadjar.

El Ectad Indonesia ayudó al gobierno a crear la plataforma en línea Monitoreo del Virus de la Influenza para supervisar la circulación de la HPAI.

Desde su creación en 2014, la plataforma registró un aumento, entre otras cosas, del número de casos de la cepa H5N1 cargados en su sistema, cepas genética y antigénicamente caracterizadas, y mejoró el conocimiento sobre los virus de la gripe aviar en Indonesia.

“La caracterización y el monitoreo del virus de la influenza es fundamental para el desarrollo de vacunas locales y efectivas contra las cepas de la HPAI en Indonesia”, explicó McGrane. “Las cepas seleccionadas se usan para probar la eficacia de las nuevas vacunas creadas por compañías locales”, añadió.

“En la actualidad, el Ectad sigue respaldando el control de la HPAI y de otras enfermedades zoonóticas, como la rabia y el ántrax, además de concentrarse en nuevas y reemergentes amenazas a la salud mundial, que se propagan de los animales a los humanos, como el ébola, el MERS-CoV (síndrome respiratorio por coronavirus de Medio Oriente) y el Zika”, detalló.

Traducido por Verónica Firme

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