Ciudad verde modelo de Guyana revela ambicioso plan nacional

Las luces LED son una de las tecnologías de iluminación más eficientes para el alumbrado público. Crédito: Desmond Brown/IPS
Las luces LED son una de las tecnologías de iluminación más eficientes para el alumbrado público. Crédito: Desmond Brown/IPS

A unos 80 kilómetros del océano Atlántico se encuentra este pueblo de Bartica, donde nace el río Essequibo y considerado la puerta de entrada al interior de Guyana. Esta localidad de unos 15.000 habitantes es el punto de partida para quienes trabajan en la selva extrayendo oro y diamantes.

Un nuevo proyecto permitirá instalar en Bartica un sistema fotovoltaico de 20 kilovatios pico (kWp) en la escuela secundaria, además de una iluminación eficiente y de luminarias públicas con luces LED.

El Ministerio de Presidencia, a través de su oficina de cambio climático y en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), lanzó este mes el proyecto Asociación Cambio Climático Japón-Caribe en Bartica.

La asociación, financiada por el gobierno japonés con 15 millones de dólares, apoya a los países para avanzar en el proceso de mejoramiento de la planificación en materia de seguridad energética para la adaptación al cambio climático.

La directora de la Oficina de Cambio Climático del Ministerio de Presidencia, Janelle Christian, comentó que la asociación se dio en un momento oportuno pues ayuda a promover la idea del presidente Davida Granger de desarrollar a Bartica como una ciudad “verde” modelo.

“El proyecto de asociación y el apoyo del que se ha beneficiado y se sigue beneficiando se enmarca en la Estrategia de Desarrollo de un Estado ‘Verde’. Esta iniciativa piloto, que se implementará en Bartica, es una respuesta directa al pronunciamiento del presidente para que Bartica se convierta en ciudad ‘verde’ modelo”, señaló.

La estrategia ofrece un marco para elaborar planes y políticas de desarrollo a escala nacional en materia de acción climática.

Christian señaló que la implementación de la asociación es un apoyo al compromiso del gobierno de realizar la transición para que 100 por ciento de la energía utilizada en instituciones públicas provenga de fuentes renovables para 2025.

“Con el apoyo económico y también de recursos que hemos podido aprovechar gracias a nuestros socios, las iniciativas ya comienzan a tener efectos”, destacó.

“El proyecto de Bartica no es único, sino que forma parte de un programa nacional que ya tendríamos que haber visto en algunas escuelas con sistema fotovoltaico a través de la Agencia de Energía de Guyana”, indicó.

“Además, bajo el Ministerio de Comunidades, hay y hubo recursos para instalar luminarias LED y sentimos que esos proyectos deben alinearse con los planes nacionales con respecto a nuestros logros y a la implementación de esos compromisos realizados”, añadió Christian.

La representante residente del PNUD, Mikiko Tanaka, dijo que el lanzamiento de la asociación está en línea con la trayectoria de desarrollo “verde de Guyana”. “Los recursos sin duda contribuirán a mejorar la capacidad de este país y de los otros siete beneficiarios para responder a las oportunidades y al riesgo climáticos”, indicó.

La asociación forma parte de una iniciativa regional, lanzada oficialmente en enero de 2016, que incluye a Belice, Dominica, Granada, Jamaica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Suriname y, ahora también Guyana.

Tanaka explicó que la asociación forma parte de un esfuerzo global para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pues se relaciona con el cambio climático.

“El logro de ese proyecto ayudará a Guyana en la búsqueda de transformarse en un estado ‘verde’, al impulsar una plataforma de esfuerzos colaborativos. El proyecto permite la adaptación y la implementación de tecnologías de mitigación y adaptación, que le dan a Guyana la flexibilidad para identificar, desarrollar e implementar proyectos piloto de demostración que buscan atender las ramificaciones significativas relacionadas con el clima”, explicó.

Mientras, el especialista de programa del PNUD, Patrick Chesney, dijo que la asociación es una respuesta importante que subraya la colaboración entre un país más desarrollado y otros en desarrollo.

“Es una respuesta ambiciosa y debemos juntar esa ambición con nuestra energía, con nuestra pasión y con nuestro conocimiento”, destacó Chesney.

“Guyana es el segundo país más verde de la Tierra, por lo que la iniciativa de crear un estado verde es simplemente montar la arquitectura, los mecanismos y garantizar que todo lo que hacemos es contribuir a hacer y mantener a Guyana verde”, añadió.

Además, el alcalde de Bartica, Gifford Marshall, elogió a las organizaciones por crear la asociación en la comunidad, lo que demuestra el interés del gobierno en el desarrollo de esta ciudad.[related_articles]

“Se trata principalmente de un consejo visionario que fue elegido por las personas para el desarrollo de Bartica, tenemos el compromiso de servir, fuimos elegidos para servir y eso es lo que haremos, y esos proyectos, por supuesto, lograrán grandes transformaciones para el municipio de Bartica”, señaló Marshall.

La gerenta de proyecto, Yoko Ebisawa, dijo que la asociación está diseñada para fortalecer la capacidad de los países del Caribe para invertir en tecnologías de mitigación y adaptación al cambio climático, como priorizaron en sus Acciones Nacionales de Mitigación Apropiada (NAMA, en inglés) y Planes de Adaptación Nacional (NAPs).

Esa tecnología ayudará a reducir la dependencia en la importación de combustibles fósiles, colocando a la región en un camino de desarrollo con bajas emisiones contaminantes, así como mejorará la capacidad regional para responder a las oportunidades y a los riesgos climáticos a largo plazo, a través de enfoques de desarrollo resilientes que van más allá de la respuesta a eventos extremos, explicó.

La asociación reúne a autoridades, expertos y representantes comunitarios para impulsar la innovación política para la difusión e incubación de tecnología climática. De esa forma, la asociación procura asegurar que se hace frente y se superan las barreras que impiden la implementación de tecnologías resilientes al clima de forma participativa y eficiente.

Eso hace que se implementen en el terreno medidas concretas de mitigación y adaptación, de acuerdo con las estrategias de los países a largo plazo.

A partir de, y con apoyo de, NAMA y NAPs, la asociación también apunta a la incubación de tecnología climática para sectores específicos, tanto públicos como privados, y las empresas y grupos comunitarios para que las tecnologías verdes con bajas emisiones contaminantes y resilientes al clima puedan probarse, refinarse, adoptarse y mantenerse como medidas prácticas para mejorar la resiliencia nacional, subnacional y comunitaria.

Traducido por Verónica Firme

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