Países africanos muestran cierta transparencia en el gasto militar

Un panel de debate sobre políticas para la paz. Crédito: Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri).
Un panel de debate sobre políticas para la paz. Crédito: Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri).

Cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) comenzó a publicar informes anuales sobre el gasto militar, en 1981, no logró la participación de los 193 miembros de forma voluntaria en ese ejercicio de transparencia, principalmente porque el presupuesto de defensa y el gasto militar es un asunto secreto en la mayoría de los estados.

El objetivo original de los informes, según la Oficina de Asuntos de Desarme de la ONU, era facilitar la reducción del gasto militar, en particular dado que se destinan billones de dólares a defensa, llegando a 1,7 billones (millón de millones) en 2017.

La ONU ha reclamado de forma enérgica, pero sin éxito, que se desvíen sumas significativas del gasto militar hacia la asistencia al desarrollo, incluidos los necesarios 100.000 millones de dólares que se necesitan para reducir las emisiones de gases invernadero para 2020 y contener el impacto del cambio climático.

Según Unoda, unos 126 estados miembro envían sus reportes al secretario general de forma regular o lo hicieron al menos una vez.

Pero muy pocos países mandan sus informes cada año, a no ser por unos cuantos que lo hacen de forma regular, a pesar de las diferencias significativas en la forma de presentar los datos.

La transparencia en materia de armamento, según la ONU, contribuye a la seguridad internacional al fomentar la confianza entre los países.

Pero en un ejercicio de transparencia, numerosos países de África subsahariana han enviado reportes sobre su gasto militar, como refleja el último informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), publicado en la tercera semana de noviembre.

Según los análisis del instituto, entre los países con una transparencia relativamente alta se destacan: Burkina Faso, Chad, República Democrática del Congo (DRC), Costa de Marfil, Ghana, Namibia, Sudáfrica y Tanzania, dijo a IPS el investigador del Programa sobre Gasto Militar y Armamento de Sipri, Nan Tian.

Y entre los menos transparentes están Eritrea, Etiopía, Malawi, Lesotho, Gambia, Guinea Ecuatorial y Yibuti, apuntó.

La Unoda insiste en que la información militar es importante, y en particular el gasto militar, porque ayuda a construir la confianza entre los países.

Al mismo tiempo, también sirve para ayudar a los gobiernos a determinar si ocurren acumulaciones excesivas o desestabilizadoras de armas.

El Sipri también destacó que la transparencia en el gasto militar en África subsahariana es mayor que el esperado.

Entre 2012 y 2017, 45 de los 47 estados de la región estudiados hicieron público por lo menos un documento con el presupuesto oficial en Internet.

“Al contrario de lo que podría creerse, los países de África subsahariana muestran una gran transparencia respecto de su gasto militar”, observó Tian.

La ciudadanía de todo el mundo debería saber cómo y a dónde se destinan los fondos públicos.

Por otro lado, la participación global en los reportes sobre el gasto militar enviados a la ONU alcanzó su nivel más bajo, observaron Tian y Pieter Wezeman, investigador del mismo programa que Tian en Sipri, en un comunicado de prensa conjunto.

“La última información que tenemos es que en 2018, solo 32 países remitieron sus datos relativos al gasto militar de 2017”, indicaron.

En el período 2008-2017, solo cinco países de África subsahariana enviaron sus informes por lo menos una vez, y ninguno entre 2015 y 2017.

Este año “todavía no terminó, pero hasta donde sabemos, ningún país africano mandó informes en 2018”.

Pero los datos de Sipri muestran que los gobiernos de 45 países de la región publicaron sus presupuestos de defensa o cifras del gasto militar entre 2012 y 2016, precisaron Tian y Wezeman.

Esos estados podrían haber usado esa información para enviar a la ONU sus propios formatos o un formulario simplificado.

Natalie J. Goldring, del Programa de Estudios de Seguridad en la Facultad de Servicio Exterior Edmund A. Walsh, de la Universidad de Georgetown, dijo a IPS que el último informe de Sipri tiene buenas noticias para los analistas y activistas preocupados por la transparencia en materia de defensa.

El instituto documentó la publicación de 45 de los 47 países de África subsahariana por lo menos en algún año entre 2012 y 2017.

La ONU tienen desde hace tiempo un instrumento para reunir información sobre el gasto militar de los estados miembro.

Pero lamentablemente, la participación en ese instrumento ha sido lenta en los últimos años. Y la vasta mayoría de los países que mandaron este año información relativa a sus presupuestos de 2017 están en Europa.

El resto de las regiones del mundo están muy mal representadas.

“Es irónico que tantos países de África publiquen sus informes a título individual, pero decidan no enviar los mismos datos a la ONU”, observó Goldring, quien también representa al Instituto Acrónimo para la Diplomacia del Desarme ante el foro mundial para cuestiones de armas convencionales y comercio de armas.[related_articles]

Los estados miembro suelen aducir cansancio por la presentación de informes debido a los numerosos, y a veces hasta superpuestos, pedidos de información, los que se tornan una carga para agencias y departamentos escasos de personal, observó.

“Una solución posible sería tratar de reducir el número de informes y crear formularios estándares para recolectar datos que, de lo contrario, se remitirían en múltiples informes”, propuso.

“La inclusión de virtualmente todos los países subsaharianos en el informe de Sipri es una buena noticia, pero conocer el valor monetario del presupuesto militar no aporta más que eso. El gasto militar no es un buen reflejo del poderío bélico de los países”, acotó.

Por ejemplo, el espantoso poder de destrucción de las armas pequeñas y ligeras usadas en los conflictos en todo el mundo está totalmente desproporcionado con respecto a su costo relativamente modesto, añadió.

En lo que respecta a la transparencia de los países de Asia, América Latina y Medio Oriente, Tian y Wezeman señalaron que no hicieron comparaciones en el informe ni un análisis extensivo de otras regiones en los últimos años.

“Pero sobre la base de los continuos monitoreos que hace el Sipri del gasto militar en el mundo, podemos esbozar la situación en otras regiones”, apuntaron.

La transparencia en América Latina es relativamente alta, pues para todos los países suele haber información útil y detallada.

En Asia, la transparencia varía mucho. Los gobiernos de India, Pakistán, Bangladesh, Filipinas, Malasia, Kazajistán e Indonesia publican datos útil acerca de su gasto militar.

Pero en Vietnam, Camboya, Laos, Corea del Norte, Uzbekistán y Turkmenistán, el gasto militar se mantiene secreto, mientras que la información disponible de China es incompleta.

En Medio Oriente, la transparencia también varía mucho.

Turquía, Israel, Irán y Jordania publican información detallada, mientras que los datos públicos de Arabia Saudita, Marruecos, Egipto e Iraq son mínimos, y “no encontramos datos útiles de Emiratos Árabes Unidos ni de Qatar”, indicaron.

Traducción: Verónica Firme

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