La ONU busca beneficiarse de la inteligencia artificial

La inteligencia artificial y otras innovaciones tecnológicas pueden aportar soluciones que ayudan a mejorar el alcance y la eficiencia de programas de agencias de desarrollo, así como optimizar la asignación de recursos escasos. Crédito: Manuel Elias/UN Photo.
La inteligencia artificial y otras innovaciones tecnológicas pueden aportar soluciones que ayudan a mejorar el alcance y la eficiencia de programas de agencias de desarrollo, así como optimizar la asignación de recursos escasos. Crédito: Manuel Elias/UN Photo.

Las innovaciones tecnológicas que lleva adelante la ONU incluyen inteligencia artificial (IA), aprendizaje automático, traducciones automáticas y robótica, entre otras. Pero estas pueden llegar a reducir puestos de trabajo y es necesario preparar a los jóvenes para el futuro mercado laboral.

La ONU (Organización de las Naciones Unidas) también ha experimentado con vehículos aéreos no tripulados (drones) ni armados en operaciones de paz porque “ayuda a mejorar el conocimiento de la situación y a fortalecer la capacidad de proteger civiles”.

En una reunión del Consejo Económico y Social y su Comité Económico y Social en 2018, un robot llamado Sophia participó en una sesión interactiva con la secretaria general adjunta Amina J. Mohammed.

Entre las innovaciones tecnológicas introducidas en el foro mundial y, en especial, en los servicios de conferencias electrónicas, se destaca el uso de eLUNa, una herramienta de traducción asistida por computadora diseñada específicamente para traducir documentos de la ONU.

El secretario general, António Guterres, señaló que el avance tecnológico se produce gracias a la combinación de la potencia informática, la robótica, los macrodatos y la IA, que generan revoluciones en la salud, el transporte y la manufactura en todo el mundo.

“Estoy convencido de que estas nuevas capacidades pueden ayudar a sacar de la pobreza a millones de personas, lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y facilitar el salto de los países en desarrollo hacia un futuro mejor”, expresó Guterres.

Frente a directivos de unas 31 agencias de la ONU, en noviembre de 2018, Guterres identificó algunos de los desafíos de los avances tecnológicos, que separó en cuatro áreas distintas: IA, ciberespacio, biotecnología y el impacto de las aplicaciones tecnológicas en la paz y la seguridad “con el fin de identificar puntos de entrada específicos para la participación de la ONU y determinar áreas prioritarias en las que el sistema de la ONU puede agregar valor”.

Para conocer más de este asunto, IPS conversó con Christopher Fabian, asesor principal de la Oficina de Innovación Global del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), una de las agencias a la vanguardia en materia de IA sobre cómo utilizar este tipo de innovación con fines programáticos y operativos.

Siguiendo los “Principios de Desarrollo Digital”, la organización promueve aplicaciones y el desarrollo de aprendizaje automático e IA centradas en la equidad, ya sea a través de conjuntos de datos para capacitación justos y abiertos o mediantes discusiones sobre equidad algorítmica y pobreza de información, explicó.

Por ejemplo, Unicef desarrolla Magic Box (Caja mágica), una plataforma colaborativa que fue posible gracias a la participación de privados como Telefonica, Google, IBM, Amadeus y Red Hat, que compartieron sus datos y su experiencia por el bien común.

Al aprovechar los datos en tiempo real generados por el sector privado, Unicef puede lograr una comprensión fundamental de las necesidades de las poblaciones más vulnerables y tomar decisiones más informadas sobre cómo invertir sus recursos para responder a desastres, epidemias y otros problemas, precisó Fabian.

Además, a través de su Fondo de Innovación, el primer vehículo financiero de la ONU, colabora con innovadores de países donde está presente Unicef para construir y probar soluciones al ritmo necesario para acompañar la rápida evolución de los problemas que afectan a niñas y niños beneficiarios de la agencia.

El fondo, lanzado en 2016 con 17,9 millones de dólares, ofrece una financiación flexible para los innovadores que comienzan y permite que Unicef evalúa, financie y genere soluciones tecnológicas de código abierto con rapidez, las que podrían tener un impacto positivo en la vida de niños vulnerables, explicó Fabian.

IPS: ¿Cuáles son los aspectos positivos y negativos de la automatización? Y en particular en Unicef, ¿la eficiencia es el criterio clave?

CHRISTOPHER FABIAN: La IA puede ayudar a Unicef de varias maneras, desde algoritmos de aprendizaje profundo, que pueden aprender patrones subyacentes de imágenes satelitales para mapear cada escuela del mundo, a modelos de predicción que nos pueden ayudar a prevenir la propagación de enfermedades. Ese tipo de soluciones pueden contribuir a mejorar el alcance y la eficiencia de los programas en el terreno, así como optimizar la asignación de recursos escasos.

Pero los desafíos son muchos. Primero está la falta de capacitación de calidad. Los datos sobre las poblaciones más vulnerables suelen ser escasos y poco confiables. Como colectivo, tenemos que comenzar a destinar más recursos hacia la recolección de datos del terreno para validar los registros existentes y eliminar el sesgo de las bases de datos.[related_articles]

¿Qué pasa cuando tenemos una diversidad de datos de buena calidad? Tenemos que seguir trabajando juntos para asegurarnos de que estos se usan para crear algoritmos justos e inclusivos. En Unicef tenemos que asegurar nuestra participación en la conversación que se da a escala global para poder poner la voz de los niños, en particular la de los más vulnerables, sobre la mesa.

En un esfuerzo por mitigar los riesgos, Unicef es uno de los socios fundadores de la Asociación sobre IA para beneficio de las Personas y la Sociedad e integra varios grupos de trabajo como “IA justa, transparente y responsable” e “IA, Trabajo y Economía”. La asociación se creó para investigar y establecer mejores prácticas para las tecnologías de IA a fin de promover la comprensión del público y su incidencia en las personas y las sociedades.

IPS: ¿Unicef es la única, o una de las pocas, agencias de la ONU que se encamina a contar con operaciones digitalizadas o muy automatizadas?

CF:  Hay iniciativas piloto para el uso de macrodatos, IA, cadena de bloques y otras innovaciones digitales en varias agencias y programas de la ONU, y a veces a través de la colaboración.

Con el fin de compartir experiencias y aprender de los mutuos logros y fracasos, Unicef fundó junto con el Programa Mundial de Alimentos, la Red de Innovación de las Naciones Unidas, una comunidad colaborativa informal de innovadores del foro mundial interesados en compartir y promover esta innovación en el sistema de la ONU.

Asimismo, las tecnologías de vanguardia y la digitalización están entre las prioridades del secretario general. Para fortalecer la cooperación digital y presentar propuestas a los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil, las organizaciones internacionales, la academia, la comunidad tecnológica y otros actores relevantes del mundo digital, se creó el Grupo de Alto Nivel para la Cooperación Digital.

Se espera que pueda crear conciencia sobre el impacto transformador de las tecnologías digitales en la sociedad y la economía, así como que contribuya a ampliar el debate público sobre cómo asegurar un futuro digital seguro e inclusivo, teniendo en cuenta normas relevantes en materia de derechos humanos.

IPS: Kai-fu Lee, autor de “Superpoderes de la IA: China, IA y el Nuevo Orden Mundial”, citado en un artículo de The New York Times, señala que la IA eliminará 40 por ciento de los puestos de trabajo en 15 años. Y un informe del Foro Económico Mundial (FEM), presentado en Davos en enero, estimó que 1,37 millones de trabajadores perderán su empleo por la automatización laboral en la próxima década. ¿Cuál es su pronóstico para Unicef?

CF: Según los últimos estudios, entre 75 millones y 375 millones de trabajadores (de tres a 14 por ciento de la fuerza laboral global) necesitarán cambiar de categoría ocupacional para 2030 si la automatización se da con un ritmo de medio a rápido. Asimismo, según el FEM, 65 por ciento de niñas y niños que ingresan a la escuela, tendrán empleos que todavía no existen. Eso significa que a pesar de que desaparecerán muchos trabajos, se crearán muchos nuevos.

Pero hay una gran evidencia de desajustes de capacidades entre los jóvenes y los empleadores; los jóvenes no están adquiriendo las capacidades que necesitan para conseguir un trabajo. Si logramos comprender las capacidades necesarias para el futuro del trabajo y podemos ajustar los sistemas educativos en consecuencia, niños y jóvenes tendrán mayor resiliencia para afrontar la automatización y estarán mejor preparados para el futuro.

Uno de los esfuerzos de Unicef apunta a la pobreza de información, una iniciativa que procura que cada niña o niño goce del derecho a la información, de oportunidad y de elección.

Se puede encontrar más información al respecto aquí.

Traducción: Verónica Firme

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