Ciclones y crisis económica marcan proceso electoral en Mozambique

Los dos ciclones tropicales que azotaron Mozambique en marzo y abril causaron más de 1.000 muertes y dejaron damnificadas a 2,1 millones de personas, de los 31 millones de habitantes del país del sureste de África. Estas catástrofes naturales y la desaceleración de la economía serán los dos grandes factores que incidirán en las elecciones generales de octubre. Crédito: Andre Catuera/IPS
Los dos ciclones tropicales que azotaron Mozambique en marzo y abril causaron más de 1.000 muertes y dejaron damnificadas a 2,1 millones de personas, de los 31 millones de habitantes del país del sureste de África. Estas catástrofes naturales y la desaceleración de la economía serán los dos grandes factores que incidirán en las elecciones generales de octubre. Crédito: Andre Catuera/IPS

Mozambique aún trata de recuperarse del desastre provocado por dos inéditos ciclones tropicales, mientras la devastación que dejaron tras de sí ahonda la crisis económica interna e impactará en las elecciones que se realizarán en esta nación del sureste de África en octubre.

De hecho, al día de hoy este país de habla portuguesa no cuenta con fondos suficientes para financiar el proceso que debe concluir en las urnas el 15 de octubre, porque la Comisión Nacional Electoral (CNE) solo cuenta con 44 por ciento de los 235 millones de dólares necesarios para organizar los comicios.

El ciclón Idai tocó tierra desde el océano Indico el 14 y el 15 de marzo en las centrales provincias de Sofala,  Manica y Zambézia y Tete, al que siguió el ciclón Kenneth el 25 de abril, que afectó a la provincia norteña de Cabo Delgado.

Los ciclones también han dificultado que la CNE complete el registro de votantes, cuya realización se planificó entre el 15 de abril y el 30 de mayo. Pero en las provincias afectadas por Idai el proceso todavía no pudo comenzar y en  Cabo Delgado tuvo que interrumpirse.

El daño causado por los dos ciclones es enorme. Datos difundidos  por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) indican que más de 2,1 millones de los 31 millones de habitantes del país quedaron damnificados.

De ese total, al menos 60.000 personas en las regiones central y norte del país aún viven en centros habitacionales improvisados ​​creados por el gobierno y organismos asistenciales. Mientras, 1,67 millones de personas siguen recibiendo asistencia alimentaria, atención médica y agua del gobierno y las oenegés, según el PMA.

Datos oficiales provisionales indican que los dos fenómenos climáticos provocaron la muerte de más de 1.000 personas, mientras escuelas, hospitales, carreteras, puentes y numerosos edificios quedaron destruidos.

Muchos mozambiqueños lo han perdido todo, incluido su documento de identidad,  como explicó a IPS el investigador y activista social Jessemusse Cacinda. «Muchas personas perdieron sus documentos y la posibilidad de registrarse para votar se reduce considerablemente», explicó.

Originalmente, la CNE tenía la meta de registrar a unos 14 millones de votantes este año, tres millones más que las elecciones nacionales anteriores del país, en 2014. Este año, además, en el país se votará por primera vez para elegir a los 11 gobernadores provinciales.

Pero el presidente de la CNE, Abdul Carimo, ha reconocido que el organismo electoral va estar lejos de alcanzar el registro de 14 millones de votantes.

Sea como sea, el ministro de Economía y Finanzas, Adriano Maleiane, dijo en una entrevista con el canal privado STV que el gobierno y la CNE encontrarán formas de hacer posibles las elecciones.

«Si la solución es la reorientación de los gastos dentro del límite que se ha fijado, probablemente no tengamos que recurrir a un (llamado a la ayuda) internacional», dijo Maleiane.

Crisis económica

El economista Manuel Victorino destacó a IPS que hay dificultades para distribuir los recursos existentes entre las elecciones y las necesidades derivadas del impacto de Idai y Kenneth, porque  las cuentas públicas del país están en crisis.

Como auxilio,  el Banco Mundial anunció a comienzos de mayo 545 millones de dólares en apoyo a los afectados por el ciclón Idai en Mozambique, Malawi y Zimbabwe. De esta suma, se destinan 350 millones de dólares a Mozambique.

El presidente del organismo multilateral, David Malpass, indicó que los fondos se destinarán a restablecer el suministro de agua, junto con la prevención y cuidado de enfermedades, además de garantizar la seguridad alimentaria, proporcionar protección social y establecer sistemas de alerta temprana de eventos climáticos.

La reconstrucción no será fácil.

Idai y Kenneth azotaron Mozambique cuando el país vivía ya el impacto de una recesión económica, iniciada en 2015, cuando los socios del gobierno de Filipe Nyussi decidieron retirar su apoyo al presupuesto estatal, por el descubrimiento de deudas ocultas.

El Banco Mundial declaró tras los dos ciclones que «Mozambique continúa en incumplimiento de su Eurobono y los dos préstamos no revelados anteriormente».

Mozambique tiene un «crecimiento real del producto interno bruto (PIB) estimado en 3,3 por ciento en 2018, en comparación con 3,7 por ciento en 2017 y 3,8 por ciento en 2016. Esto es muy inferior al siete por ciento de crecimiento del PIB alcanzado en promedio entre 2011 y 2015», según al Banco Mundial.

Además, la Autoridad Tributaria de Mozambique dice que entre 2016 y 2017, más de 2.900 empresas cerraron sus puertas debido a la crisis económica y el desempleo ha aumentado.

Según la Organización de las Naciones Unidas,  la tasa de desempleo en Mozambique al comenzar el año era de alrededor de 21 por ciento de la población económicamente activa. Pero los ciclones provocaron nuevos cierres de empresas y pérdidas de empleos.

A pesar del fuerte aumento de la deuda, se esperaba que la economía mozambiqueña aumentara alrededor de cuatro por ciento este año, siete décimas más que en 2018, según el Fondo Monetario Internacional.

Uno de los motores de la economía, establece el organismo, serán los ingresos por gas natural, que aportarían 95.000 millones de dólares en los próximos 25 años.

Mientras, los mozambiqueños siguen luchando.

Sobre llovido, mojado

«La situación del país es mala. El costo de vida es demasiado alto, y el poder adquisitivo de los ciudadanos está disminuyendo mucho. Y ha empeorado debido a los ciclones Idai y Kenneth»,  dijo a IPS el comerciante António Sabonete, Tete, la capital de la central provincia del mismo nombre.

Sabonete tiene tres hijos y dice que decidió convertirse en comerciante cuando perdió su trabajo en 2016.

El activista social Cacinda dice que la situación económica podría afectar la reputación del partido gobernante en las elecciones generales.

El Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) ha dominado las urnas desde las primeras elecciones multipartidistas, en 1994, y de hecho ha gobernado el país ininterrumpidamente desde su independencia de Portugal, en 1975. Ahora Nyussi intentará que siga la hegemonía del partido con su reelección.

«El alto costo de la vida y la caída en la capacidad de compra de la gente pueden  debilitar y penalizar a Frelimo” en las elecciones, dijo Cacinda.

Por el contrario,  «los partidos de la oposición utilizarán todos estos elementos relacionados con la crisis para construir su propio discurso y tratar de atraer a los votantes”, para así mermar el apoyo al Frelimo, analizó.

A la crisis económica, agudizada por las dos catástrofes naturales, se suma la corrupción, que el propio Frelimo condenó públicamente, después de acusaciones a algunos de sus dirigentes, y apeló a que las autoridades judiciales continúen sus investigaciones y diriman cada caso.

Además de reprimir la corrupción, Cacinda considera que otra prioridad es que los políticos y gobernantes afronten el cambio climático, después que el país ha vivido su impacto con los dos ciclones tropicales, sin precedentes en este territorio.

«Mozambique y muchos de los países africanos no están preparados para enfrentar el cambio climático», dijo.

«Nuestros políticos deben tener una visión clara del tipo de país que pretenden gobernar y quieren dejar para las generaciones futuras. Debido a que se deben hacer planes de desarrollo locales que incluyan temas del cambio climático como un enfoque prioritario», dijo Cacinda.

Mientras tanto, otros se preocupan de cómo volver a empezar de cero.

Beira, la capital de la provincia de Sofala, fue arrasada por  Idai. Pero la gente ha comenzado a regresar a la devastada ciudad y tratan de recoger los pedazos de sus vidas.

Gervasio John es uno de ellos.

En una entrevista telefónica con IPS, John dijo que él y su familia regresaron a lo que quedó de su hogar en Manga Mascarenha, un barrio de Beira.

John comenzó a reconstruir su casa e igual que otros muchos lo está haciendo con sus propios recursos ya que el gobierno no cuenta con fondos para apoyar  la reconstrucción de viviendas.

«No es fácil, pero necesito hacer algo para reiniciar nuestras vidas después de Idai, a pesar del hecho de que no haya dinero», dijo John.

Con los aportes de  Nalisha Adams desde Johannesburgo

T: MF

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