Ya hay cura para el ébola, pero queda mucho para acabar con el brote

Trabajadores de salud hablan con un paciente de ébola que permanece aislado, en un Centro de Tratamiento de Ébola, en Beni, República Democrática del Congo. Se han encontrado dos medicamentos para tratar con éxito al letal virus, porque permite a las comunidades el tratamiento temprano de los enfermos. Crédito: OMS
Trabajadores de salud hablan con un paciente de ébola que permanece aislado, en un Centro de Tratamiento de Ébola, en Beni, República Democrática del Congo. Se han encontrado dos medicamentos para tratar con éxito al letal virus, porque permite a las comunidades el tratamiento temprano de los enfermos. Crédito: OMS

Paulatinamente, la gente de República Democrática del Congo (RDC) comienza a saber que los científicos han descubierto dos medicamentos que son efectivos en el tratamiento del ébola, lo que ayuda a reducir el miedo que despertó el último brote de la enfermedad en el país. Pero queda mucho para controlar el virus.

Tras meses de intensa investigación, se encontró que dos drogas analizadas, la mAb114 y REGN-EB3, resultaron efectivas en un ensayo clínico, según una comunicación conjunta, el 12 de agosto, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y varias instituciones de RDC que participaron en el hallazgo.

Es el primer ensayo multidrogas de un medicamento para controlar el muy letal virus del ébola, que cobró la vida de unas 1.800 personas desde agosto de 2018.

«Estas son muy buenas noticias para los pacientes», dijo a IPS la médica Esther Sterk, asesora de Médicos Sin Fronteras (MSF) para Enfermedades Tropicales. «Es bueno que se recomienden estos dos medicamentos porque no solo esperamos que mejoren sus posibilidades de supervivencia, sino que también son más fáciles de administrar para el personal médico», añadió.

Las complejidades de recibir tratamiento

Pero el último brote de enfermos por el virus ha generado temor entre las comunidades locales. Con los epicentros del brote en áreas mayormente afectadas por conflictos, las comunidades tienen miedo y desconfianza de los trabajadores médicos. Según los informes, muchos también encontraron que el proceso de detección de la enfermedad era intimidante.

El 13 de agosto, Goma, la capital de la provincia de Kivu del Norte y una ciudad de dos millones de personas, se llenó de manifestaciones después de que se difundió la noticia de que dos pacientes con ébola habían sido sanados y dados de alta en centros sanitarios locales.

«La gente lo malinterpretó y pensó que el gobierno y los blancos estaban conspirando para infectarnos a todos con ebola al dejar que estos pacientes se fueran a sus casas. Solo más tarde ese día nos dijeron que estas personas recibieron el alta porque fueron tratadas con una nueva cura que se acaba de encontrar «, dijo a IPS el comerciante Christian Kasereka.

En julio, Marixie Mercado, portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), dijo a IPS que «el brote de ébola se está produciendo en un entorno extremadamente complejo y la respuesta debe tener en cuenta los desafíos políticos, socioculturales y de seguridad”.

Ella explicó que por esa razón Unicef estaba liderando el trabajo de participación comunitaria. «Trabajamos con una amplia franja de líderes comunitarios y religiosos influyentes, medios de comunicación, escuelas y sobrevivientes del ébola, para brindar conocimientos cruciales sobre síntomas, prevención y tratamiento a los hogares y comunidades más expuestos”, explicó.

«Estamos aprendiendo de la investigación y el análisis intensivos y continuos de los comentarios de la comunidad para comprender mejor las necesidades locales, los temores y las preocupaciones, y para adaptar la respuesta de maneras que sean social y culturalmente aceptables. Existe una creciente participación de la comunidad sobre los mecanismos de  respuesta, pero es necesario que esa participación sea mucho mayor», planteó Mercado entonces.

A juicio de Unicef y de otras agencias internacionales hace falta una mayor apropiación y comprensión de la comunidad para detener el brote en las zonas conflictivas de RDC, como evidenciaron las protestas en Goma.

Sterk advirtió que si bien los medicamentos mejoraron las posibilidades de supervivencia de los pacientes, los equipos que trabajan en el terreno no podían relajarse, ya que era imperativo encontrar formas de reducir la transmisión.

«Esta es una buena noticia, pero por sí sola no terminará el brote de ébola. Todavía necesitamos encontrar urgentemente una forma de reducir la transmisión, lo que requiere colocar a las comunidades afectadas en el centro de la respuesta al priorizar sus necesidades de atención médica y repensar la actual estrategias de respuesta fallidas», dijo Sterk a IPS.

Subrayó que los dos medicamentos van a mejorar las probabilidades de cura de los pacientes, “pero los desafíos persisten”.

Entre ellos, la integrante de MSF incluyó “romper la cadena de transmisión, mejorar el seguimiento de los contactos, alentar a las personas a que se presenten en un centro de salud lo antes posible, así como apoyar la infraestructura de atención médica en la región para que esta se mantenga durante este periodo crítico”.

La OMS se hizo eco de estas inquietudes, al indicar en la declaración del 12 de agosto que no se está tratando un número suficiente de infectados ni al ritmo adecuado para poder controlar el brote. Actualmente, las personas afectadas tardan entre cinco y seis días en buscar tratamiento.

Euloge Ishimwe, jefe de comunicaciones de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) para la región de África, dijo a IPS que las personas con síntomas a menudo retrasan o evitan ir a un centro de salud o un centro de tratamiento del ébola, lo que pone en riesgo a sus familias y sus comunidades.

«Esto también tiene un impacto crítico en nuestro trabajo con las comunidades. Si las comunidades participan y entienden el tratamiento y ven a más personas sobreviviendo a la enfermedad, es más probable que busquen atención médica temprana», añadió.

MSF ha trabajado junto con varios socios y bajo la supervisión de la OMS para participar en la implementación de los ensayos clínicos, mientras apoyaba los centros de tratamiento del ébola en varias localidades de RDC entre enero y febrero de este año.

El estudio es parte de la respuesta de emergencia en la RDC, en colaboración con una amplia alianza de socios internacionales, incluidos MSF, la Alianza para la Acción Médica Internacional y el Cuerpo Médico Internacional, además de instituciones estadounidenses.

Tras detenerse el estudio, los dos medicamentos que demostraron ser exitosos comenzaron a ser administrados a todos los que desarrollaron el virus.

«Debemos avanzar para implementar los resultados de esta investigación. Continuaremos realizando investigaciones rigurosas con nuestros socios. Incorporaremos esos hallazgos en la respuesta al brote a través de una variedad de estrategias de prevención y control», indicó Mike Ryan, director del Programa de Emergencias de la OMS.

¿Qué sigue?

El profesor Jean-Jacques Muyembe, director general del Instituto Nacional de Investigación Biomédica de la RDC (INRB) y codescubridor del ébola en 1976, dijo que la ciudad de Goma ahora estaba fuera de peligro ya que se habían identificado unos 200 contactos y casos sospechosos.

«Estamos esperando los últimos resultados y monitoreos a medida que se refuerzan los puntos de entrada a la ciudad», afirmó el directivo de una de las instituciones que participaron en la investigación y ensayos clínicos sobre los dos medicamentos.

Pero la efectividad de esos medicamentos no significa que el brote esté cerca de terminar en RDC y mucho menos en que África pueda declararse libre del ébola, insisten los especialistas participantes en el nuevo tratamiento, precisó a Ishimwe, de la Cruz Roja.

Pero aunque así sea, Anita Masudi, residente de Butembo, en la provincia de Kivu del Norte, uno de los epicentros del brote  de ébola, se siente aliviada.

“Estamos todos muy contentos con lo que está sucediendo, aunque no estoy segura de si podamos relajarnos y que esto sea el final del ébola en Kivu del Norte. Pero ya no tengo miedo», afirmó.

T: MF

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