ONU mantiene la presión para crear zona sin armas nucleares en Medio Oriente

Una prueba nuclear. Crédito: ONU
Una prueba nuclear. Crédito: ONU

La propuesta para crear una zona libre de armas nucleares (ZLAN) en el Medio Oriente, una de las regiones más conflictivas del mundo, lleva dando vueltas desde nada menos que 1974 por las salas donde se reúnen diferentes comités y otras instancias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Ahora hay un nuevo esfuerzo para negociar un tratado legalmente vinculante comenzó con la Conferencia para el Establecimiento de una Zona Libre de Armas Nucleares en esa región, celebrada entre el 18 y el 22 noviembre, que provocó, o reavivó,  preguntas que necesitan respuestas: ¿cuán realista es la propuesta frente a la oposición implícita de Estados Unidos e Israel? ¿Sigue la propuesta en el ámbito de la fantasía política?

Emad Kiyaei, director de la Organización del Tratado Central (OTC, antigua Organización del tratado de Medio Oriente) y exdirector del Consejo estadounidense-iraní, expresó a IPS su confianza en las negociaciones recién abiertas.

A su juicio,  una ZLAN en el Medio Oriente está lejos de ser una fantasía, y se basa en la buena voluntad de los Estados de la región para llegar a un acuerdo.

La Conferencia, dijo, fue «un paso positivo hacia adelante y los Estados participantes mostraron mayor flexibilidad y un discurso más constructivo del que hemos sido testigos en décadas sobre este tema».

Añadió que hay una cierta conciencia de que ante el peligro de una carrera de armamento nuclear en Medio Oriente, las visiones no pueden continuar iguales.

Kiyaei consideró que “sin embargo, es una amenaza real, y esta amenaza se ve agravada aún más por los Estados  con armas nucleares que han utilizado el Medio Oriente en sus juegos de poder y lo han convertido en chivo expiatorio al no alcanzar un documento final en la Conferencia de Revisión del TNP (Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares) de 2015″.

Se mostró convencido de que los Estados de la región medio oriental comprenden la gravedad de la amenaza y la necesidad de un proceso integral que reduzca las tensiones y sirva como punto de partida para avanzar en una discusión de buena voluntad sobre el tema.

Las Naciones Unidas aseguran que ha estado trabajando para eliminar las armas nucleares, incluso a través del TNP, así como el Tratado sobre la Prohibición de Pruebas Nucleares y el Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares, que aún no entraron en vigor.

Rebecca Johnson, directora del Instituto Acrónimo para la Diplomacia del Desarme y autora «Unfinished Business (negocios inconclusos)» sobre negociaciones multilaterales, dijo a IPS que “no podría ser más grande lo que está en juego para la seguridad internacional y regional”.

«Poner fin a la posesión y uso de armas nucleares de destrucción masiva en Medio Oriente tiene que ser una prioridad vital para todos», remarcó.

A su juicio, «es útil que la mayoría de los P5 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia), y Estados relevantes de la región asistieron a la Conferencia de la ONU”.

“Pero es muy preocupante que Estados Unidos e Israel decidieran entorpecerla», dijo.

«Esa es una posición peligrosa”, afirmó Johnson, particularmente después que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se retiró unilateralmente del acuerdo nuclear con Irán de 2015, “lo que abrió la puerta para que Teherán acelere sus planes de producción nuclear, incluido el enriquecimiento de uranio».

«La política, por supuesto, es clave aquí», consideró Johnson.

El secretario general de la ONU, António Guterres, acogió con satisfacción lo que calificó como «conclusión exitosa de la Conferencia», con la adopción de una Declaración Política. También respaldó los continuos esfuerzos para que Medio Oriente se convierta en una Zona Libre de Armas Nucleares y otras armas de destcrución masiva.

Actualmente, hay cinco ZLAN en el mundo: América Latina y el Caribe, África, Asia Central, El sudeste de Asia y el Pacífico Sur.

Las cinco potencias nucleares declaradas en el mundo son los P5 del Consejo de Seguridad, a las que se suman otras cuatro potencias nucleares no declaradas: Corea del Note, India, Israel y Pakistán.

Pero hay al menos tres países en Medio Oriente –Arabia Saudí, Egipto y el propio Irán- que albergan intenciones de contar con armas nucleares, aunque sea en un futuro lejano.

Kiyaei, director de la OTC,  dijo que desde 2016 la sociedad civil medio trabaja con los gobiernos de la región y la comunidad internacional, para romper el prejuicio de esa ZLAN no es posible allí y reafirmar que con voluntad política el proceso puede concluir positivamente.

La OTC, junto con con expertos internacionales, ha realizado un borrador de tratado de una ZLAN, con varias posibilidades de avance, si esa voluntad política cristaliza en forma evidente.

Johnson, por su parte, dijo que “el principal desafío diplomático es llevar adelante un proceso positivo que se relacione positivamente con los regímenes de tratados existentes que cubren todo tipo de armas de destrucción masiva».

Como mínimo, habría sido importante para la Conferencia de este noviembre comprometerse a celebrar una conferencia de seguimiento bajo los auspicios de la Asamblea General de la ONU.

«También deberían considerar qué iniciativas positivas (para alcanzar esa ZLAN) pueden llevarse a cabo durante la Conferencia del Tratado de No Proliferación (TNP) en 2020”, dijo la especialista.

«He estado hablando con varios gobiernos de la región y del P5 sobre qué iniciativas diplomáticas podrían ser prácticas para proponer en 2020”, detalló.

Tijjani Muhammad-Bande, presidente de la Asamblea General de la ONU, advirtió a los delegados a la Conferencia sobre la existencia de más de 15 000 ojivas nucleares almacenadas en todo el mundo, y el hecho de que “cualquier uso de estas armas sería una catástrofe humanitaria y ecológica, causando daños irremplazables».

Las armas nucleares solo se han usado una vez en la historia, los bombardeos de 1945 sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, en lo que representó la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, atestiguan su poder devastador, agregó.

T: MF

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