Disminuir la vacunación es cambiar una crisis de salud por otra

Una niña es vacunada en Venezuela, uno de los países urgidos por la Unicef y la OMS a mantener las campañas de inmunización que han mermado en los últimos años. Foto: William Urdaneta/Unicef
Una niña es vacunada en Venezuela, uno de los países urgidos por la Unicef y la OMS a mantener las campañas de inmunización que han mermado en los últimos años. Foto: William Urdaneta/Unicef

Agencias del sistema de Naciones Unidas registraron una “disminución alarmante” en el número de niños que reciben vacunas esenciales en el mundo, debido a las disrupciones que causa la pandemia covid-19, lo que equivale a reemplazar una crisis de salud por otra igualmente dañina.

Tres cuartos de los 82 países que respondieron una encuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), conocida este miércoles 15, informaron interrupciones en sus programas de inmunización, relacionadas con la pandemia, a partir de mayo de 2020.

La situación es preocupante para América Latina y el Caribe, donde la cobertura de inmunización históricamente alta se ha reducido en la última década. En Bolivia, Brasil, Haití y Venezuela, esta cobertura se desplomó 14 por ciento desde 2010.[pullquote]3[/pullquote]

Estos países ahora también se enfrentan a interrupciones, de moderadas a severas, en las campañas de vacunación relacionadas con la covid.

Las vacunas “son una de las herramientas más poderosas en la historia de la salud pública, y ahora se inmuniza a más niños que nunca, pero el sufrimiento y muerte de los que no accedan a vacunas de rutina podrían ser mayores que los causados por la covid”, expresó el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

“Pero no tiene por qué ser así”, dijo Tedros, porque “las vacunas se pueden entregar de manera segura incluso durante la pandemia, y estamos pidiendo a los países que garanticen la continuidad de estos programas esenciales para salvar vidas”.

Las razones por las que se interrumpe la vacunación son variadas. Incluso cuando se ofrecen servicios, las personas no acceden a ellos por la renuencia a salir de casa, las interrupciones del transporte, las dificultades económicas, las restricciones de movimiento o el miedo a exponerse a personas con coronavirus.

Debido a la pandemia, al menos 30 campañas de vacunación contra el sarampión han sido canceladas o corren el riesgo de ser canceladas, lo que podría provocar nuevos brotes en 2020 y en los años sucesivos.

Datos de los primeros cuatro meses de 2020 apuntan a una caída sustancial en el número de niños que completan tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina. Se trata de la primera vez en 28 años que el mundo podría ver una reducción en la cobertura de esa inmunización.

Mejoras como la expansión de la vacuna contra el VPH (virus del papiloma humano)  a 106 países están en peligro de decaer.

La probabilidad de que un niño nacido hoy esté completamente vacunado con todas las vacunas recomendadas a nivel mundial para cuando llegue a la edad de 5 años es inferior a 20 por ciento, según estimaciones de la OMS y Unicef.

En 2019, casi 14 millones de niños no tuvieron acceso a vacunas que salvan vidas, la mayoría en África, y dos tercios se concentran en 10 países de ingresos medios y bajos: Angola, Brasil, Etiopía, Filipinas, India, Indonesia, México, Nigeria, Pakistán y la República Democrática del Congo.

También hubo progresos. Por ejemplo, la cobertura para la tercera dosis de la difteria en el sur de Asia aumentó 12 por ciento en los últimos 10 años, sobre todo en India, Nepal y Pakistán.

Sin embargo, las organizaciones internacionales de salud e infancia temen que ese progreso se deshaga por las interrupciones relacionadas con la pandemia.

La covid “ha convertido la vacunación de rutina previa en un desafío desalentador. Debemos evitar un mayor deterioro en la cobertura, y reanudar urgentemente los programas de vacunación antes de que las vidas de los niños se vean amenazadas por otras enfermedades”, afirmó la directora de Unicef, Henrietta Fore.

“No podemos cambiar una crisis de salud por otra”, resumió Fore.

A-E/HM

 

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